viernes, 23 de febrero de 2007

El verano de las chicas muertas

Camino por la calle que bordea el camping de La Pedrera desde el tanque de la OSE hasta el comienzo del camping de Punta Fría. Su recorrido es paralelo al de uno de los barrancos del balneario, cubierto de eucaliptus, por el que he visto correr carpinchos y familias de esos enormes lagartos de campo con los que soñaba cuando era niño. La calle pasa por detrás del lujoso hotel de La Pedrera y a sus lados se han levantado un buen número de casas nuevas y caras. No me molestan; no son ofensivas a la vista como las construidas sobre los barrancos de la Playa del Barco o como la repulsiva Alarga, y -semi-ocultas detrás del hotel y entre los árboles- no obligan a nadie a contemplarlas todo el tiempo.

Cuando las casas empiezan a ralear, me encuentro con una pequeña valla de madera que me avisa que estoy entrando a Punta Rubia y a su camping. Mientras paseo entre la áspera vegetación natural que zumba con el sonido de cientos de chicharras invisibles, veo asomar detrás de unos matorrales a una vieja especie conocida: un enorme cactus cereus uruguayensis, que levanta sus múltiples brazos hasta unos tres metros del suelo.

No es del todo común ver estos cereus en su entorno natural; hace algunos años se pusieron de moda en las casas coquetas y al ser una planta de muy lento crecimiento como todos los cactus -un ejemplar puede demorar una década en alcanzar un tamaño apreciable- muchos viveros y muchos vivos se limitaron simplemente a arrancar ejemplares existentes y trasplantarlos a sus casas, en ocasiones a lugares despreciables y sin luz donde los cactus se vuelven amarillentos o mueren.

Pero este es un soberbio ejemplar y unos metros más allá veo otro. Me siento tentado incluso a robarme alguno de los brazos para que le vaya ha hacer compañía a mis cactus en Montevideo; allá tengo un pequeño ejemplar que no ha crecido más de quince centímetros en dos años. Pero cuando me acerco descubro cual es el motivo de que esta hermosa planta haya crecido tanto: está rodeada por casi dos metros de la siniestra espina de la cruz, ese matorral espinoso del cual mi abuelo me advertía en Maldonado, contandome historias de cómo eran capaces de atravesar la suela de un zapato y el pie a continuación, causando terribles heridas que no sanaban nunca. Mi abuelo era un gran mentiroso, o más bien un gran exagerador, pero esas espinas son realmente peligrosas.

Entre las temibles espinas de la cruz y las propias del cereus, el mutilar al cactus para adornar una casa parece un trabajo excesivamente peligroso. Un punto para la flora de Rocha en su batalla perdida contra el futuro.

***

La cajera del supermercado me ignora mientras bromea con uno de los empleados. No me está despreciando: es la legendaria lentitud rochense en acción, ya casi la había olvidado. Debe ser algo que tiene que ver con el calor y el océano, en ninguna otra parte de Uruguay la gente se mueve tan lento como los rochenses. Mientras espero a que se digne cobrarme la puta agua mineral que estoy intentando pagar y que tengo deseos de regarsela en la cabeza me doy cuenta de que en el fondo es un buen signo: ni los VoxPop ni el gran "estallido" de La Pedrera como lugar fashion ha conseguido que esta mina optimice su trabajo y acelere su ritmo para vender dos o tres botellas de agua en el tiempo de una. Prefiere terminar la conversación antes que ser efectiva, lo cual, si uno lo piensa, no está nada mal. Además no sé por qué mierda me fastidio: por primera vez en mucho tiempo no tengo ningún apuro para ir a ninguna parte.

***

La lectura en vacaciones para mí siempre es una lotería inexplicable. Quiero decir; casi todos los que tienen un cierto hábito de lectura -aunque este se limite a Dan Brown y Ludovica Squirru- encuentran en el verano una situación ideal para leer, ya sea por la disponibilidad de tiempo o por la serenidad del entorno. Yo también, pero no siempre, hay veranos en los que no puedo pasar de la solapa del libro más fascinante y veranos en los que me devoro bibliotecas. Esto tiene algo que ver con las comodidades de las condiciones de veraneo y, sobre todo, con la orientación hedonista de dichas vacaciones. Generalmente cuando hay mucho entusiasmo sexual o muchas drogas en la vuelta, suelo leer menos (aunque esto no explica el por qué es una cosa tan radical, de todo o nada).

Hacía mucho tiempo que no tenía unas vacaciones, así que decidí llevarme una bolsa entera de libros, no porque pensara que los podía llegar a leer todos, sino para tener varias opciones en caso de no entusiasmarme con alguno. Mi plan era, y fue, salir poco de noche y pasármela tirado el mayor tiempo posible, posición en la que la mejor compañía -sin contar a la de una mujer- es la de un libro. Estaba además intrigado por algo: en los dos últimos años leí mucho menos de mi promedio habitual y practicamente nada de ficción. En un principio lo atribuí al exceso de trabajo, pero me tenía un poco preocupado el haber perdido -aunque fuera temporalmente- esa capacidad de abstracción e inmersión imaginativa que sólo se consigue con la buena lectura, ese goce por el lenguaje. Al fin y al cabo, yo no sé lo que le hacen los años a esta afición. O tal vez ya me había leído todos los libros capaces de generar eso en mí.

Esta duda era y es una pelotudez, y a pesar de un pequeño aluvión de malas noticias que casi colapsan mis vacaciones, la segunda noche ya estaba fascinado con un libro, un reader recopilatorio de ensayos y algo de ficción de Susan Sontag, al que practicamente me devoré en la misma noche. En noches subsiguientes seguí con dos pequeños libros de cuentos de Machado de Assis y de Pirandello, entrándole de vez en cuando a una antología de poemas de Robert Creeley, todos ellos textos de una calidad casi inimaginable en el cada vez más pobre panorama de las letras actuales. Pero de todo lo que leí durante las vacaciones nada me impactó tanto como reencontrarme con un escritor que supo estar de moda y que supo ser despreciado cuando dejó de estarlo, y que en el medio fue uno de mis escritores favoritos aunque no fuera el más cool para mencionar en una charla. Me refiero al checo Milan Kundera.

Hacía años que no leía nada de él y el último libro de su autoría que me había caído en las manos, La lentitud, me había parecido malísimo. Pero antes de empezar las vacaciones me topé en una librería de usado con La ignorancia -hasta ahora su última novela- y encontrándola barata (otra señal de lo poco de moda que está el checo) la compré. El asunto era más que nada supersticioso: durante el año me había topado dos veces con el nombre de Kundera, a quién tenía bastante enterrado en el subconsciente. Una vez entrevistando a un director uruguayo que tenía unas filmaciones documentales del grupo checo Plastic People of the Universe, quién contándome fascinantes historias de la Praga de los 60, en la que estudió, me habló sobre una clase dada en su universidad por Kundera, quién era una celebridad semi-clandestina en su momento al que todos los alumnos de la universidad -incluyendo a los que no seguían esos cursos- fueron a ver. Un par de meses más tarde glosé la noticia de que finalmente se había editado La insoportable levedad del ser en Checoslovaquia, convirtiéndose en un best-seller a pesar de la muy conflictiva relación que Kundera tiene con su país natal. Y pocos días antes de toparme con La ignorancia, me encontré con un artículo sobre la escritora uruguaya Cristina Peri Rossi que también me hizo pensar inesperadamente en Kundera.

La nota volvía a repasar el inexplicablemente popular texto de Peri Rossi llamado Once de setiembre en el que cuenta que cuando los aviones se estrellaron contra las Torres Gemelas ella le estaba explorando la genitalia a su amante (yo estaba durmiendo la mona de una borrachera, hasta que una amiga me llamó para despertarme y avisarme, prendí la tele, vi a toda Manhattan cubierta de humo y me pegué el cagazo del siglo, ¿es eso mucho menos simbólico y poético?) y me hizo recordar la antipatía que tengo por Peri Rossi. Que se debe mucho menos a su obra que a algunas de sus declaraciones, como su insistencia en contarle al mundo que su amigo Julio Cortázar en realidad se murió de SIDA y no de cáncer, un dato totalmente irrelevante e incomprobable que hubiera sido un ejemplo perfecto para el libro de Kundera Los testamentos traicionados, que trata justamente de las deslealtades humanas de los intelectuales y sobre una larga lista de bajezas justificadas en aras de la literatura. Así, leyendo como Peri Rossi se la chupaba a su novia y como el acto exorcisaba la imagen de esas fálicas Torres Gemelas ardiendo, me vino a la cabeza el nombre de Kundera y de una declaración de Peri Rossi -cuando Kundera estaba en su apogeo- que decía que el checo era "un buen escritor pero un mal filósofo". En aquel entonces la derecha había abrazado a Kundera a causa de la implacable denuncia del comunismo real que tienen muchos de sus libros, sin percatarse de lo poco utilizable desde uina óptica de la derecha actual que es un escritor tan ligado con el iluminismo, la modernidad y la alta cultura, intereses que lo ponen invariablemente de punta en contra del camino único que la derecha identifica con la vida feliz. Pero de cualquier forma el checo era una figura incómoda en un tiempo en que -a menos que se fuera Borges- el ser un buen escritor y no ser de izquierda parecía una contradicción. Pero la Peri Rossi encontró la fórmula para anularlo en una sóla frase: Kundera era un buen escritor pero un mal filósofo.

Cualquiera que haya leído a Kundera sabe que decir eso es como decir que Iggy Pop es un buen cantante pero un mal rockero. El estilo de Kundera es tan transparente que hasta el más objetivista de la noveau roman parece un manierista a su lado, lo cual, por supuesto, no quiere decir que dicho estilo no exista, sólo que es utilizado magistralmente por Kundera para filosofar -en tono aparentemente leve- sobre cosas realmente importantes en las que el checo evidentemente pensó un buen rato. No siempre estoy de acuerdo con él, pero es eso lo que lo hace especial; la voz de Kundera es la de una modernidad clausurada por las desilusiones de la izquierda y la brutalidad triunfante del capitalismo tardío. Es una voz de magnífica derrota reflexiva que sólo habla para ajustarle las cuentas de la imbecilidad contemporánea y que, por supuesto, filosofa, porque si mal no recuerdo filosofar es simplemente pensar.

Tal vez a Peri Rossi le rechina una rara virtud de Kundera; la claridad con la que elabora sus teorías históricas o cotidianas, claridad tal que pueden ser entendidas por cualquiera que no sea un imbécil total y que, para algunos snobs terminales, puede ser confundida con levedad. Es algo similar a lo que ocurre con un escritor que posiblemente Kundera aborrezca, Charles Bukowski, rotulado como un trasgresor rústico que escribe sobre borracheras cuando en realidad es un estilista refinadamente sobrio que escribe sobre problemas existenciales. Por desgracia a esta claridad que es ante todo un acto de generosidad suele preferirse la deliberada oscuridad de cierta escuela francesa que va de Marguerite Duras hasta Michel Houllebecq, maestros en aparentar que están diciendo algo profundo cuando no están diciendo un carajo. Como Cristina Peri Rossi.

Así es que agarré La ignorancia el único día que llovió y no lo solté hasta que casi lo había terminado. Tenía miedo de que, como suele pasar con los artistas a los que no se revisa desde hace mucho tiempo, me desilusionara o le encontrara algún defecto que en su momento no hubiera advertido, pero no, me encontré en cambio con una de las mejores novelas de Kundera. Una novela sobre el exilio visto de una forma radicalmente diferente de las visiones legendarias y románticas que se produjeron en la America Latina posterior a las dictaduras, y en cierta forma una especie de continuación muy tardía de un libro magnífico que escribió hace ya 30 años, cuando pensaba que abandonaba simultáneamente a Checolsovaquia y a la literatura: La despedida.

Aquel era un libro muy melancólico y de sorprendente bajo perfil, sin ninguna teoría evidente intercalada con la narración; La ignorancia también es un libro en apariencia modesto pero alcanza leer los capítulos en los que Kundera habla con un desprecio apenas contenido sobre la Praga actual para comprobar que el tipo -que se confiesa próximo a la muerte en un capítulo estremecedor- todavía no perdió las garras. Pero con lo que me gana definitivamente es con su evocación de Arnold Schönberg. Kundera recuerda que Schönberg, posiblemente el músico más importante del Siglo XX y un ego gigantesco, era un firme convencido de haberle asegurado a Alemania el dominio musical en los siglos venideros gracias a su descubrimiento del dodecafonía. Kundera cuenta que si bien la figura de Schönberg fue dominante en el ámbito de la música culta en las décadas posteriores a su muerte, hoy en día está bastante olvidada fuera de los círculos académicos e incluso dentro del circuito de la música culta es raramente interpretada. Y la tésis de Kundera es que eso no es culpa de que el genial vienés se haya sobrestimado sino que sobrestimó el porvenir. Que por competir con Mahler y Stravinski no se dio cuenta de que el futuro era de la música hecha no para ser escuchada sino para ser percibida en fragmentos de ruido a través de mil imposiciones diarias y que el ruido, no la música (cuando hablo de ruido obviamente no hablo del noise, que es otra cosa que, al contrario, necesita mucha atención), era el porvenir.

Kundera escribe: "Pero el porvenir se convirtió en un inmenso río, el diluvio de las notas en el que flotaban, entre hojas muertas y ramas arrancadas, los cadáveres de los compositores. Un día el cuerpo muerto de Schönberg, a merced del trasiego de las olas embravecidas, chocó con el de Stravinski, y los dos, en una reconciliación tardía y culpable, siguieron su viaje hacia la nada (hacia la nada de la música, que es el estrépito absoluto)."

Tal vez si Peri Rossi descubriera sus orejas, siempre tapadas por los muslos de su novia, también escucharía ese estrépito sobre el que el checo advierte con esa mala filosofía que me pasa un dedo frío por la espalda.

***

La verdad es que mientras leo a Kundera, no estoy escuchando a Schönberg sino a Cheb Khaled, el rey del raï, esa especie de pop argelino que a pesar de usar cajas de ritmo y sintetizadores suena árabe por los cuatro costados. Una música que armoniza perfectamente con el rumor del mar y el viento, tan espiritual y sensual que de vez en cuando los líderes islámicos de Argelia mandan matar a alguno de sus cantantes, no vaya a ser que a alguien se le ocurra escuchándolos que el paraíso de los mártires puede ser accesible en la tierra.

Cuando dejo de leer, apago la luz y controlo los ritmos de la respiración durante varios minutos para relajar el cuerpo, y luego me dejo flotar encima de esa voz argelina que tal vez esté cantando sobre Alá, tal vez esté cantando sobre el sexo y en una de esas, ojalá, esté cantando sobre ambas cosas sin poder diferenciarlas.

***

Veo muchas parejas disparejas en la playa que va a Punta Rubia; muchas mujeres atractivas y de estupendo físico en su treintena o incluso en sus últimos veintes, acompañadas de hombres cincuentones o cuarentones largos con lentes de sol caros y remeras ambientadas. A primera vista parecen padre e hija, pero una caricia algo impúdica, un beso exhibicionista, deja en claro que no es así. Muchas de las mujeres tienen hijos pequeños que juegan con sus padres, que parecen sus abuelos. Los yanquis tienen un término despectivo para esta clase de mujeres: trophy wifes, esposas trofeo. Son las mujeres jóvenes por las que los empresarios exitosos o los personajes tardíamente famosos dejan a sus primeras esposas, al descubrir que, inesperadamente, mujeres que no les hubieran dado pelota cuando ellos eran jóvenes de pronto les dan entrada, atraídas por la notoriedad, la seguridad, el aplomo o el dinero. Y ellos creen que se lo merecen, que merecen tener un trofeo humano a su lado, como si fuera una etiqueta que indica cuánto valen. Tal vez esto sea sí una señal de la transformación de La Pedrera en un balneario para otra clase de gente, no para los reventados que solían ser sus reyes una década atrás.

Mientras observo esto me doy cuenta de que mi amiga argentina, con la que converso debajo del sol asesino, tiene siete años menos que yo y está estupenda, en la mejor forma física que le haya visto desde que la conozco, y en cambio yo estoy en forma casi esférica, mal quemado, mal vestido y peor afeitado. Supongo que alguno de esos surfistas que me miró con extrañeza mientras se iba a domar una ola debe haber sacado conclusiones igualmente radicales acerca de nosotros dos.

***

El último día llega un amigo con algo de faso. Antes de salir de noche para el centro de La Pedrera, donde hay una pequeña fiesta eletrónica, nos fumamos uno y quedo terriblemente colocado. Pienso que es mi desacostumbramiento al porro, pero mi amigo está igualmente impresentable, y mientras caminamos por la playa nuestra conversación parece salida de una película de Cheech y Chong.

Nunca había llegado a La Pedrera de noche, caminando desde la playa de Punta Rubia, y mientras me acerco voy quedando deslumbrado -tal vez con la ayuda del faso- por la belleza nocturna del Desplayado. La pequeña rambla que baja desde la punta rocosa de la península está moderadamente iluminada y, en combinación con las luces de las casas, ofrecen la cantidad justa de luz como para no perderse y sentir una cierta sensación de calidez. Los balnearios de Rocha suelen estar demasiado iluminados, como La Paloma o Aguas Dulces, o ser excesivamente oscuros, como Cabo Polonio y Valizas. Aquí hay la cantidad exacta como para parecer uno de esos pequeños puertos tropicales en los que uno se olvida de su familia y su profesión.

De cualquier forma, para caminar la luz es insuficiente, y me caigo en un enorme pozo en la arena, dándome una considerable piña y sufriendo un ataque de risa que me dura hasta que me duele la cara.

Cuando llegamos a la calle principal, esquivamos a los conocidos porque estamos demasiado colocados como para sostener una conversación elemental. Nos sentamos en una mesa de un puesto de empanadas, pero no podemos pedir nada -además el flaco que atiende está en un profundo ataque de desidia rochense-, pero nos enroscamos en una absurda conversación sobre Natalia, la chica que desapareció de un boliche de Piriápolis hace unos veinte días. Los dos decimos un montón de especulaciones próximas a la irracionalidad total, pero ambos creemos que está muerta.

Después de mucho deambular, bajar un poco el efecto del faso y tomarnos una cantidad asombrosa de cerveza, vamos a la fiesta. Allí bebo como un cosaco y llego a bailar un poco, hasta que es la hora de volver a Punta Rubia, otra vez por la playa. Esta vez, y aunque apenas puedo caminar, no me caigo en ningún pozo. La música del boliche, alejándose y mezclándose con el sonido del mar, parece el mejor ambient que haya escuchado en mi vida. Lo que pasa es que estoy contento, y hacía tiempo que no me sentía tan bien. Hacía tiempo.

Eine kleine Nachtmusik

***

Al otro día, el último de mis vacaciones, me levanto con una considerable resaca y voy hasta La Pedrera para hacer unas compras. Veo en los titulares de los diarios que encontraron a Natalia Martínez, la chica desaparecida en Piriápolis, muerta, como todos suponíamos. "Siniestro hallazgo" escriben en automático los muy hijos de puta.

Me acuerdo de una escena de Días de Radio de Woody Allen, tal vez una de las mejores que el neoyorquino haya escrito en toda su vida, en ella se retrata el cómo su familia -al igual que cientos o miles de familias estadounidenses- interrumpen sus preocupaciones individuales para seguir, hora tras hora, las operaciones de rescate de un niño que cayó en un profundo pozo en la tierra. Cuando finalmente lo sacan, el relator de la radio explica compungido que por desgracia el niño ya está muerto. La familia entera se abraza y llora como si hubiera muerto uno de los suyos.

Creo que hubo una reacción similar cuando encontraron el cuerpo de Natalia; habían pasado demasiados días de coberturas especiales y excesivas de casi toda la prensa. Ya todos conocíamos su rostro joven y fresco a través de muchas fotografías, conocíamos a su madre, a su padre, a su hermana y a sus amigos que suplicaban que quién fuera que la había secuestrado la dejara en libertad. Ya estaba muerta y de alguna forma todo el mundo lo sabía, pero nadie está muerto hasta que no se ve su cuerpo definitivamente inerte. Mientras tanto simplemente se está perdido o de viaje. Esa es la obscenidad definitiva de las desapariciones políticas; la imposibilidad de que el mono atávico que todos llevamos dentro pueda enfrentarse a la evidencia irrefutable de la muerte y, a partir de esa visión, empezar a elaborar el duelo. Natalia Martínez demoró un mes en ser encontrada y sólo ese mes de demora amplificó su muerte como una campana espantosa.

Por supuesto era la hermana de alguien que es amigo de alguien, como todo el mundo en Uruguay. Me da pena porque tenía 19 años, era una nena. Ojalá encuentren al asesino y lo maten así nomás, casi como sin querer.

Dos días después, en Montevideo, leo una noticia aún mas terrible: la modelo Eliana Ramos de 18 años fue encontrada muerta en su cuarto por su abuela. Seis meses antes había muerto en forma misteriosa su hermana, también modelo, llamada Luisel, de 22 años. Sobre la muerte de Luisel se había especulado mucho acerca de si habían sido drogas, si había sido anorexia, sin que se llegara a una conclusión decisiva. Tristemente fue la muerte de su hermana la que resolvió el asunto; ambas tenían una deficiencia cardíaca congénita que las fulminó en el mismo año. Conozco a la muerte desde chiquito, pero no en circunstancias tan excepcionalmente tristes. Unos días antes había sucedido algo similar, o peor incluso: una chica adolescente había muerto en un accidente de tráfico cerca de Castillos. Su familia, de Rocha viajó hasta allí para reconocer el cuerpo, al regreso tuvieron un accidente en el que murió su otra hija. Son cosas imposibles de imaginar.

Vi varias fotos de Luisel y Eliana, las modelos muertas, hijas de un futbolista. Eran excepcionalmente lindas y de aspecto mucho más sano que la mayoría de las modelos. Ninguna de ellas tenía esa especie de desgaste prematuro que sufren en el rostro las modelos jóvenes, sino que parecían extraordinariamente vitales y graciosas. Eliana en particular tenía un par de ojos algo adormilados, de esos que hacen que los hombres jóvenes se rompan la cara con otros hombres jóvenes. Pero mientras contemplo su belleza congelada en las fotos tengo presente que estoy mirando a dos chicas muertas, fulminadas por un chiste malo de Dios que algún imbécil considerará toda una paradoja.

Tal vez se considere al del 2007 el verano de los puentes cortados (otra vez), o el verano que los brasileños invadieron Punta del Este, o el verano de los escándalos de izquierda. Yo lo guardo bajo una etiqueta que en una de esas algún día use para algo: el verano de las chicas muertas.

***

Volviendo a Montevideo me pierdo por la ventanilla del ómnibus. No estoy tan relajado como debería estarlo, pero sí más de lo que he estado en los últimos cinco o seis veranos. En los últimos cinco o seis años. El sol enorme y rojo va cayendo sobre las sierras de Maldonado, acentuándo las sombras, los accidentes del terreno y el verde del campo, dibujando rayos entre los pinos que trepan las ondulaciones del suelo. No hay campos como los de Maldonado, esa tierra que en contra de mi propia biografía sigo llamando mi tierra.

38 comentarios:

Robertö dijo...

Andás clarito, Benito. Está bueno como uno se refleja en los posteos que hace. Vaya boludez. Pero te quería decir que se están leyendo cosas buenas desde que arrancaste acá.

La historia del cactus es perfecta. Me hiciste acordar a un autor que contacté gracias a tu recomendación en fyt: Maeterlink. Recordé el pasaje donde dice que cualquier planta salvaje, sobre todo las que viven en lugares donde es difícil obtener agua generalmente se rodea de defensas puntiagudas y peligrosas. Al llevar esa misma planta al cuidado periódico y fraterno de un jardín, las mismas defensas, ya innecesarias, comienzan a menguar en las sucesiones del ejemplar.

Sobre la gurisa esta que falleció. Escuché que un amigo la leía a través de msn muy quejosa sobre su alimentación y estilo de vida a consecuencia del modelaje. Está bien, salvo excepciones, todos estamos comiendo mal y viviendo mal. Pero salta más a la vista si es a consecuencia de que alguien explota algún talento natural que tengamos, aunque más no sea alguna simetría física o gracia natural.

Salud.

Ezequiel dijo...

valor, que post más terriblemente melancólico.

benito dijo...

Bueno, a diferencia de FYT -en donde escribía de a impulsos y publicaba enseguida- acá, además de otros cambios que tal vez no sean evidentes pero existen, espero por lo menos un día antes de subir un texto, tiempo en el que lo edito y pulo un poco.

Con respecto a las defensas de los cactus, hay otra razón para las púas además de la sed y la voracidad de los animales -que en ambientes de escasa vegetación obviamente se van a comer cualquier cosa verde- y es que, tal vez por contener agua, los cactus y tunas son muy sensibles a contraer hongos que los matan muy rápidamente; hongos cuyas esporas suelen estar sin que los notemos en nuestras manos, por lo que no es nada conveniente que los visitantes curiosos anden toqueteando los cactus. (un caso claro es el del peyote -además un cactus sin espinas- a los que inevitablemente cada persona que ve un ejemplar lo toca para ver su textura y solidez. Por suerte son plantas fuertes y el mejor ejemplar que tengo sobrevivió a un hongo amarillo que lo afeó bastante pero no pudo matarlo).

La concepción física de las modelos en la actualidad es totalmente antinatural y es un misterio el por qué no se mueren a cada rato (posiblemente porque el hombre es un bicho difícil de matar de hambre). Hace poco estaba viendo una página dedicada a las supermodelos de los años 60, y con la excepción de Twiggy -una mujer de complexión anormalmente delgada, posiblemente por alguna deficiencia congénita- todas las demás serían consideradas gorditas. No solo encima de una pasarela sino en cualquier boliche.

Pero en el caso de las hermanas Ramos, no hay forma de acusar a Pancho Dotto ni a nadie porque estuvieran sub-alimentadas. Alcanza ver una foto de cualquiera de ellas; flacas pero con buenas curvas, para comprobar que no es así y que su muerte tiene que ver con un caso de mala suerte inverosímil.

Amadeo dijo...

Lo que contas de la chica secuestrada me trae recuerdos cercanos. Es que resulta que hace varios meses en esta ciudad secundaria y provincial en la que vivo vienen pasando cosas extrañas. Hace un año desaparecio una mina que encontraron tirada en un zanjon en las afueras, despues desaparecio una maestra cuyo cuerpo todavia no aparece, ahora una farmaceuta (que encima es la madre del amigo de un amigo) descuartizo a una mujer y la guardo en el armario de su farmacia.

Un amigo se refirio a San Miguel de Tucuman como "Ciudad Juarez austral". Yo cada dia siento que vivo mas en Hub City o Gotham.

Precioso post, btw, me encantan cuando son subjetivos y autobiograficos.

Anónimo dijo...

Te quedó muy buena la crítica de Kundera. A mi me encanta. Jamás leí nada de Cristina nosecuanto y después de hoy jamás voy a leer nada de esa mujer.

No se por qué sos tan despectivo con Dan Brown y Ludovica Squirru, autores que también me encantan. ¿Cuál es el problema? Qué son buenos escritores pero malos filósofos?

Dan Brown por ej ha afectado más a la Iglesia Catolica con El Codigo Da Vinci que los masones en varios siglos. Lo que está muy mal, por supuesto.

benito dijo...

Bueno, no, Brown y Squirru me parecen malos escritores y filósofos nulos.

Brown es algo así como un Umberto Eco for dummies y la Squirru en realidad no escribe sino que divaga entusiasmada encima de un I Ching que dudo que entienda. Pero mi mención venía simplemente como ejemplo de autores realmente muy leídos y cuyas portadas vi por todas partes en la playa.

Anónimo dijo...

conoces monte hermoso? este verano tuve la ¿suerte? de ver a los ntvag en la playa. no me gustaron no mas. saludos.

Anónimo dijo...

Celebro tu vuelta Benito. Abrazo.

benito dijo...

Conozco Playa Hermosa, Monte Hermoso no, ¿dónde es?

En cuanto a NTVG, bueno, el que avisa no es traidor. Con todo hay algo que me tiene muy asombrado y es la inercia del éxito (o la fuerza de las distribuidoras). Es decir; la banda tuvo unos recitales exitosísimos en Montevideo y en Buenos Aires, superando incluso en lo local a La Vela Puerca o a Jaime Roos, por lo que se esperaba que su disco posterior a estos eventos fuera un monstruo de ventas. Pero en la mitad la banda se desvencijó, se fueron dos de los tres miembros fundadores y editaron un disco peor que el anterior (que ya era más flojo que los dos primeros), con dos temas de difusión que son lo peor que hayan hecho nunca. Quiero decir, en su carrera los NTVG han hecho algunos temas buenos ('No era cierto', 'Te quiero más') y temas legítimamente comerciales o gancheros ('Clara', 'Verte reír'), pero los temas de difusión de este disco eran un fracaso hasta para sus no gigantescos parámetros: 'Pensar' era un levante irritante de la melodía de 'Sex Bomb' y 'Fuera de control' es un ska de tres acordes sin melodía que hasta los Calzones hubieran dejado afuera de uno de sus discos. Y sin embargo el disco se convierte en semejante éxito, y se escucha a 'Fuera de control' hasta de cortina de Intrusos. Es como si hubieran mandado un carro por una bajada y fuera cada vez más rápido aunque ya no haya nadie al volante.

Anónimo dijo...

Excelente sitio again.

Por alguna razón no me deja comentar, este es el tercero que te dejo y no funca ni pa' atrás.

Siga escribiendo que hace que muchas nos deleitemos con su texto.

Anónimo dijo...

Vas a pensar que soy una mala persona, pero todos los veranos mueren chicas. Muchas chicas mueren y no se sabe que mueren porque muchas veces las muertes por maltrato pasan por accidentes. Y cuando son chicas pobres a nadie le interesa, al uruguayo medio no le interesa, y al periodismo no le interesa a no ser que tengan una muerte macabra. Hay muchas chicas que mueren de hambre porque no tienen que comer, hay otras que mueren de hambre porque quieren verse flacas en una pasarela. A mi me parece mucho más trágico el primer caso. Y a pesar de no ser el caso de estas dos chicas, hay muchas modelos que mueren por anorexia y bulimia. Y aunque son enfermedades en las que también hay responsabilidad social, me sigue pareciendo más grave que se mueran porque no tienen comida. Porque esas chicas no pudieron elegir. Y además a nadie le importa.

Anónimo dijo...

Celebro tu reaparicion en esta version mas cuidada.

Muy bueno todo lo de kundera, muy bueno.

Hay una cadena de mails sobre el caso Natalia que explica una conexion con una red de narcos, una supuesta denuncia y el consecuente asesinato con la proteccion de la poli. Nos les ha llegado? Bueno, la recibio un monton de gente pero sin embargo esa version no tomo relevancia en otros medios. Yo tambien tengo mis dudas de su veracidad pero que esas cosas pasan, pasan. Ademas es mejor tomar estos datos para investigar que consultar mediums.

Y sobre las "chicas trofeo" tenia ocultas espectativas de conseguir alguna cuando finalmente me llegue la fama y el dinero. Pero ahora que lo decis, tenes razon, es bastante ridicula la situacion. Asi que ya no quiero la fama ni el dinero. Mejor asi.

benito dijo...

Marujita: siempre hay algo peor que se puede mencionar en un diálogo, aunque se esté hablando de Hiroshima. Pero yo creo en lo que dijo el padrecito Stalin: "muere un hombre y es una tragedia, muere un millón de hombres y es una estadística". Es por eso que la gente se conmueve más con el diario de Anna Frank que con los estudios sobre Auschwitz.

Yo manejaría con cuidado el término de "hambre" y la idea de que es un fenómeno repetido en el Uruguay actual: de hecho el hambre, entendiéndola como desnutrición, como la incapacidad de conseguir los nutrientes para estar satisfecho y vivir sano es un fenómeno rarísimo en Uruguay, y los ejemplos que se conocen son o bien fenómenos ocurridos en los territorios sin ley del norte del país (Artigas, para ser exacto) o consecuencia de una brutal omisión por parte de padres o familiares de los desnutridos. El sistema de alimentación mínimo que provee el estado uruguayo a través de los merenderos y las escuelas es bastante completo y cuando uno lee que se encontró a un par de pibes desnutridos, casi inevitablemente es consecuencia de que sus padres hicieron alguna atrocidad con los recursos destinados a alimentos o con los alimentos propiamente dicho. También es un caso de inasistencia u omisión, pero sólo parcialmente estatal. Lo que quiero decir es que por mucho que el concepto "hambre" esté arraigado a determinada retórica, este no es un fenómeno realmente significativo dentro de la pobreza y las carencias del Uruguay empobrecido. Hambre de comida hay en muchos países, no es exactamente el caso de este, donde hay hambre de otras cosas igualmente vitales. Pero si uno se limita siempre al concepto y la retórica del hambre puede caer en la trampa de aquel gordo que en un acto de Alfonsín le gritó "¡Tenemos hambre!" y Alfonsín le respondió "A vos no te va tan mal, gordito". Y posiblemente el gordo realmente tenía hambre y necesidades urgentes, pero su panza desmentía la retórica utilizada.

Ahora, lo que sí es cierto es la sobredimensión que tuvo mediáticamente el caso Natalia en relación a otros casos similares y olvidados. Hay varias causas, desde la carencia de notas habitual todos los veranos a la cualidad simbólica del caso como pesadilla de clase media, que hizo que toda una clase se estremeciera de miedo imaginándose una situación similar con sus hijas. Pero también hubo un elemento de proyección de clase: cuando el Cosita y el Sapo hicieron su raid de violaciones, torturas y asesinatos por los alrededores del Cementerio del Norte, tuvieron proporcionalmente una menor cobertura mediática a pesar de que sus crímenes eran -al menos cuantitativamente- mucho más atroces. Pero creo que pesó el que sus víctimas eran todas chicas y mujeres de barrios obreros, atrapadas cuando salían a trabajar a una fábrica o cuando volvían de una. Por desgracia no es lo mismo morirse cerca del Cementerio del Norte que morirse en Laguna del Sauce.

Dicho sea esto, uno siente lo que siente, donde se sensibiliza, y punto. A mí me pegó el que dos hermanas modelos se murieran en sólo seis meses por un problema cardíaco genético, sin dudas que pasan cosas peores, pero yo hablo de lo que pasa por mí, no de todo lo que pasa.

Joe: Leí el mail ese sobre Natalia. La verdad me parece truchísimo y, a su manera, estructurado como una nueva advertencia proveniente de la histeria anti-drogas. No creo que haya pasado así y si pasó así no creo que el que mandó el mail lo sepa.

Y en cuanto a las minas trofeo: no sé si es realmente ridículo. Supongo que si para uno lo físico ocupa mucho lugar en la vida, entonces es hasta válido el que se dedique la vida a estar en contacto con físicos jóvenes y saludables. Lo que pasa es que rara vez es el hedonismo lo que hay detrás de esto y generalmente es una simple mezcla de obsesión por el status y autoengaño.

Anónimo dijo...

Celebro haberte encontrado de vuelta. Desde hacía unos meses entraba a FYT seguido para ver si había novedades. Me alegra mucho volver a leerte, sobre todo con un post así, porque uno de los primeros que leí en FYT también contaba una historia de cactus.

Un abrazo

Candida dijo...

Es muy raro el caso de esta chica Natalia, huele feo. Hasta donde sé no la violaron, no había signos de forcejeo, estaba con la ropa puesta, con qué fines se la ultimó ? Parecería algo del tipo de ajuste de cuentas o algo así.

Algo menos urgente y desesperante pero muy triste es la desaparición (esta vez temporal pero sin retorno definido) del mismísimo poroto hacia las uropas, lo que deja a los excelsos DI sin su gran bajista. Una lástima.

Anónimo dijo...

Muy interesante todo. Pero no puedo dejar de comentar algo sobre al famoooooso caso de Natalia. Lamento en el alma cada muerte. Ojalá fuéramos eternos todos. Pero lamento con un dolor atroz la estupidez de los que nos dejamos manipular. Saqué de mis contactos personales de msn, por ejemplo, a muchos "amigos" que no supieron explicarme bien por qué ponían un solcito solidario en sus comentarios o sus nicknames. Es para festejar un movimiento así de solidario con una familia que sufre. Pero es igualmente vergonzoso activar esas solidaridades en forma selectiva. ¿Qué había en esta pobre chica que movilizara más a la gente? ¿Que era joven, y bonita? ¿Que estaba bailando? ¿Que era de algún barrio bacán? ¿Que tenía muchísimos amigos cibernéticos que lanzaron campañas de todo tipo? De verdad que no sé. Pero tal vez algo de resentido afloró en mí. Cuando hablan de que fue "ultimada" o algo así, en este mismo blog, están dando por supuesto algo que nadie puede probar. ¿Qué tal si murió por una cardiopatía congénita igual que las otras chicas, y su acompañante ocasional se asustó y la tiró por ahí? ¿Quién puede asegurar que no se pasaron de alguna sustancia con sus amigos, que sin saber como reaccionar, prefirieron perderla?
A mí realmente me azoró este caso. No por sí mismo. Ya hemos escuchado que un promedio de 500 personas desaparecen por año. Y muchas más son asesinadas por año, algunas aparecen antes, otras después, otrás nunca. Lo asombroso es cómo reaccionamos: si los medios nos impulsan. Por eso la persona que recordó a Woody Allen me parece estupenda. Muchas desgracias, más cercanas seguramente a cada "televidente", habrán requerido reacciones de tanta gente, pero no pudieron reaccionar. Estaban conmovidos por una extraña de la cual se ignora casi todo, porque sus "más mejores" amigos enturbian más las cosas cada vez que hablan.

benito dijo...

Bueno, un poco como le decía a Marujita, ahí hay dos cosas distintas; una es la mirada macro -que legítimamente puede preguntarse acerca de por qué dedicar tanto tiempo, espacio y especulación a una simple desaparición dudosa- y otra es la mirada micro, que ve en un caso todos, en una extraña una conocida y en el miedo de una familia todos los miedos. Ninguna de las dos miradas es necesariamente excluyente y de hecho el recurrir sólo a uno de los dos puntos de vista es caer o en la insensibilidad incapaz de empatía o en el egoísmo absoluto.

Yo no discutí con casi nadie, excepto con mi amigo drogado, el caso Natalia y no se metió en mi vida más que como objeto de observación de tratamiento periodístico. Hasta que de alguna forma me conmovió ver que la historia terminaba mal, u horrible más bien.

PD: No tengo nada en contra del comment anterior pero como el espacio de comments va a ser desde ahora desde puntos de opinión más o menos identificables dentro del respetable anonimato elegido, y me parece de elemental cortesía denominarse de alguna forma aunque sea mínima, no voy a publicar más comments firmados como "anónimo", así que de ahora en adelante gastén una micra de segundo en escribir "cacho X", "poronga", "Mazinger Z" o el nick que se les cante, porque no voy a subir comments firmados como "anónimo" ni aunque contengan el nombre único y verdadero del Señor o la cura del cáncer.

Anónimo dijo...

De acuerdo con las dos miradas, y también con tus reparos sobre el problema del hambre en Uruguay. Ahora, no hay hambre en Uruguay pero sí en Argentina, Brasil, Paraguay, y el resto de los países de la región. Y en todos estos países mueren modelos, no por enfermedades congénitas, sino por anorexia, y esas muertes horrorizan más que las muertes por hambre, incluso en Uruguay que absorbe como una esponja todo lo que pasa en la casa de los vecinos. Y seguramente mucha gente reconocería que esto es irracional, aunque seguiría sensibilizandose más por el caso de la pobre modelo que murió de anorexia. Vos decis que la sensibilidad es subjetiva y estoy de acuerdo, pero me parece que en algunos casos se va naturalizando e imponiendo algunas formas de sensibilidad sobre otras.

Candida dijo...

Me parece que lo que estás marcando ahí, Marujita, es más bien la amplificación que generan los medios sobre las noticias; y todos sabemos como impactan los medios en las reacciones sociales, pero eso no quiere decir que a la gente le interese más una muerte que otra.

Anónimo dijo...

uh, perdon, monte hermoso es en bs as, argentina. y ya que estamos, te paso el chisme de que los ntvg hicieron un cover de los redondos. me pregunto si ese cover lo hacen siempre o solo cuando van a argentina. si tocan en japon haran covers de boredoms?.

Con respecto al hambre, aca en argentina los casos de desnutricion que dio a conocer la prensa eran de niños descuidados por los padres. a mi se me hace imposible pensar que una persona mayor se muera de hambre. siempre vas a hacer algo; vas a pedir, robar, lo que sea, pero dejarte morir?.

Clementina dijo...

Benito, soy de esas lectoras silenciosas, pero sólo contigo. Creo que una sola vez dejé comentario en tu blog anterior y debe haber sido tan intrascendente que ni siquiera me lo respondiste. Eso no me alejó, sino por el contrario, seguí leyéndote en silencio pero no con menos atención. No soy una lectora ciega, como me parecían muchos de los que te comentaban, soy simplemente alguien que disfrutaba mucho de tus textos. Conozco gente que hasta se los imprimía para leerlos en un lugar menos viciado que un trabajo. Lois, en quienapagolaradio.blogspot.com, habla de tu retiro. En fin Benito. Ojalá en esta segunda vuelta te puedas preservar de las alimañas bloggeras que nos quitaron fyt.
Saludos, lindo regreso y volveré.

Anónimo dijo...

No Cándida, no necesariamente los medios, aunque los medios influyen y en gran medida. Pero no son los únicos. Digo solamente que la sensibilidad siempre es una construcción social y que algunas sensibilidades se imponen más que otras.

benito dijo...

amb: no, supongo que si tocan en Japón harán algún cover de Shonen Knife, los Boredoms son complicados... pero tené en cuenta que una banda que toca el himno de su país en versión no-paródica en todos sus recitales locales hace tiempo que perdió la concepción de "demagogia".

clementina: contesto en forma casi neurótica todos los comments que se me hacen, sinceramente no recuerdo ninguno tuyo, pero tal vez haya sido publicado entre el aluvión de los últimos tiempos de FYT, cuando desistí por completo de leerlos. El análisis de Lois me parece de lo más acertado. Han habido varios textos escritos sobre el fin de FYT en la blogsféra (algunos de ellos legítimamente críticos como el de anothermanspoison.blogspot.com), lo cual me hace sentir un poco de vergüenza en relación a haber abierto un blog nuevo a apenas seis meses del cierre del otro. Algún día tal vez explique con más detalle el por qué decidí hacer Dragon Lieder, o no.

En todo caso puedo asegurar una cosa: la mediación funciona.

Anónimo dijo...

Esperemos que no termine esto como fuck you tiger. Va muy bien. Saludos, Benito.

Arturo

Marcelo Jelen dijo...

¿estás seguro de que en el caso de natalia martínez hubo homicidio, benito?

todavía no entiendo por qué la jueza de maldonado caratuló el caso como "homicidio" y no como "natalia martínez - su muerte". me imagino que fue porque mirar tanta tele no le dio tiempo para leer con atención el expediente.

benito dijo...

No, en realidad en este momento me da la impresión -aunque al igual que todo el mundo sé poco y nada- que lo de Natalia no fue un homicidio, sino que se le murió a alguien en el auto -posiblemente después de haber tomado drogas- y ese alguien se asustó y la tiró por ahí y después se hizo el gil. Lo cual es en verdad muy distinto a un homicidio.

En realidad mi deseo de muerte hacia el asesino fue la primera impresión cuando vi la portada de los diarios, antes de que se supiera más sobre las características de la muerte. De cualquier forma por ahí hubo -como mínimo- una omisión de asistencia calificada, lo cual no es el peor delito del mundo pero no deja de ser una enorme cagada.

Anónimo dijo...

Volviste benito!, que bueno!, que gil que no me di cuenta antes...cuando vi que FYT se habia puesto blanco, que cada tanto pasaba a ver si habias posteado el ultimo.

bueno saludos che, felicitaciones.

pad dijo...

Supongo que yo estoy entre los no-bienvenidos a este espacio. De todas formas, pese a todo, queria dejar un saludo y felicitarte que hayas vuelto por aca.

Anónimo dijo...

Salud benito, celebro la reencarnación del tigre en dragón, que me condujo volando a tu nueva guarida. Y ya que estoy, para decir algo sobre lo que se viene comentando, coincido contigo en la versión de la muerte de esta chiquilina, con un agregado más siniestro, en mi historia me imaginaba un vil intento de “date rape” (¿será que me comí la imagen de chica perfecta que nos dieron los medios?). Otra cosa: ¿vale poner comments en posts anteriores? Los del blog cef implementaron una sección “post activos”, para mí está buena porque van apareciendo informaciones nuevas sobre temas ya tratados o en discusiones que empezaron hace tiempo.

benito dijo...

Todos los comments de todos los posts están habilitados, pero no sé cómo configurar la página de tal forma que se indique -más allá del número- los posts que están "activos". CEF es un blog con espacio propio y con un montón de lujos de diseño que Blogger no habilita o yo no he descubierto como habilitar. De cualquier forma yo me doy cuenta inevitablemente de qué discusiones tienen nuevos comments porque los modero.

En relación al Caso Natalia, hoy El País publicó una detallada recopilación de los datos existentes -es decir, de los datos públicos sobre el caso- y la verdad es que por lo que se sabe es tan probable mi teoría como la tuya o la de que la chica fue abducida y ultimada por un ovni que no encontraba el camino a la estancia La Aurora. Al parecer el cuerpo tenía las manos atadas, lo que indicaría que sí habría sido un homicidio y los peritos se inclinan en esa dirección, pero no saben nada: el cuerpo era casi un esqueleto y aquí no son exactamente los peritos forenses de CSI Miami.

Lo que sí es interesante es que el informe de El País es totalmente objetivo excepto en cuanto a una disgresión en relación a si la jefa de policía de Maldonado (una gran perseguida por la prensa de derecha) tuvo algo de culpa en la no-solución del caso. Otra excepción a la objetividad es que el informe asegura que la chica no tomaba drogas porque (cito textual) "La familia negó que la joven consumiera. Es posible que haya sido forzada por su asesino" y de ahí en adelante se refieren, dentro de las posibles causas de la muerte, a las drogas solamente como "ingesta obligada de drogas".

La mierda, yo, por ejemplo, creo que mi familia negaría el que yo haya tomado alguna vez drogas aunque me encontraran muerto con el cerebro empalado por un tubo de plata que fuera desde mi nariz hasta una bolsa de papas llena de frula, y mi cadáver exhibiera una sonrisa tal que mi mandíbula estuviera desencajada, pero El País toma esa versión como LA versión.

Es curioso como se toma como posible la "ingesta obligada de drogas" como causal de muerte. Creo que si uno va a matar a alguien, y a la vez no tiene la menor intención de hacerlo pasar como accidente (como es este caso), la última opción sería mediante la "ingesta obligada de drogas". Más allá de ser un método muy caro, debe ser el método más inseguro de matar a alguien. Incluso si alguien entra en un coma por, pongamos, la "ingesta obligada" de una cantidad enorme de barbitúricos, siempre existe la posibilidad de que se despierte naturalmente 20 horas después sin más síntomas que una notoria laguna mental.

Anónimo dijo...

Che, Benitum, qué placer volverte a leer.

Anónimo dijo...

me alegra mucho volver a leerte benito, pero quería hacerte una pregunta: hacia falta borrar todos los comments que se hicieron en la historia de FYT? o solo fue un error al querer deshabilitar la interminable "charla" que se dio en el ultimo post?

Anónimo dijo...

"Y ellos creen que se lo merecen, que merecen tener un trofeo humano a su lado, como si fuera una etiqueta que indica cuánto valen"

Yo creo que se lo merecen, esa gente se merecen los unos a los otros.

benito dijo...

Pablo: No fue un error, yo quise deshabilitar los comments y la única opción que encontré fue la de borrar la entrada de Haloscan. Pero es así y si encuentro como solucionarlo no lo voy a hacer: FYT está cerrado y no permite comments.

Void: Mi opinión sobre las "trophy wifes" en verdad es menos crítica de lo que parece. Por supuesto que me parece una huevada el tener una pareja como símbolo de status, pero en esas parejas-disparejas hay en ocasiones intereses tan legítimos y puros como los de cualquier pareja. No es algo poco frecuente que una mujer le guste realmente un hombre mayor, más experiente y que ofrezca diversos tipos de seguridad. No la convierte en un un "gato" automáticamente. Tampoco un veterano se vuelve un sexópata en forma instantánea por estar con una mujer quince o veinte años menor que él. No es obligatoriamente señal de sobrevaloración de la juventud o el cuerpo.

sissi dijo...

Supongo que lo de "trophy wifes" incluirá también a los "trophy husbands". No veo, salvo una solapada cuota de machismo, porqué discriminar y sólo ejemplificar con veteranos y chiquilinas.
Me gusta un tipo 10 años menor que yo y por ahora no me lo imaginé como sex-toy.
Pero claro, ...nunca se sabe.

Anónimo dijo...

cómo no me enteré antes de esto!!!! que alegría seguir contando con la posibilidad de leerle (parece una chupada de medias, pero realmente es un placer, si no lo fuera no leería ni lo diría, de qué me puede servir?)

es extraño lo que dice kundera sobre schoemberg. no conozco la actualidad de la academia en europa, pero aquí (y no en conservatorios que conservan el siglo xix, sino en academias "pro futuristas", ponele) se lo sigue reivindicando como la figura más importante de la música, al menos de la primer mid del siglo xx sin dudas... de todas formas, me gusta el hecho de que no se lo considere una figura "dominante", pues su trabajo consistió en despojar la música de las tónicas, y por lo tanto, también las dominantes (que nabo que soy, es el chiste mas snob y pelotudo que vi en mi vida)

Anónimo dijo...

Si, entiendo, yo hablaba de cuando lo que hay es interes de guita de una parte y ganas de exhibir de la otra.

Hay muchisimas otras parejas de edades diferentes que no tienen que ver con eso, sino con un interes bien legitimo, como decis.

benito dijo...

satur: en una de esas me querés vender un viejo instrumento musical de dudoso sonido.

Creo que a lo que se refiere Kundera es que el gran ego de Schönberg lo hacía imaginar un futuro en el que su música fuera tan popular como la de Bach (yo creo que él se consideraba, justamente, un sucesor de Bach) y aunque sólo podía aspirar al reconocimiento académico de sus contemporáneos, esperaba algo más del porvenir. Siendo justos, hoy en día es reconocido solamente en ámbitos académicos.

El chiste estuvo bravo.