martes, 29 de septiembre de 2009

Decisiones

Había escrito un post larguísimo sobre el pleibiscito sobre la anulación de la Ley de Caducidad. Había escrito sobre la vergüenza y la mugre y la cobardía y el horror, y la oportunidad de limpiar un poco. Sobre el recuerdo terrible de 1989, cuando me dio asco vivir en Uruguay. Sobre la repulsión que me producían las imágenes publicitarias del "Sí", con niños y muchachas sonrientes producidas por publicistas imbéciles que siguen sin entender -a veinte años de aquellas chotas que bailaban con calzas verdes, como si el Voto Verde fuera la legalización del porro- que se estaba hablando de un tema serio y trágico. Sobre una izquierda frenteamplista que ya no significa nada para mí, que va a votar a un candidato al que le dan pena los "viejitos" represores encarcelados y que no movió un puto pelo de su bigote para hacer algo por el voto a la papeleta rosada. Sobre esos militantes imbéciles a los que les importa más el humillar a los votantes de los partidos tradicionales, como si fuera un partido de fútbol, que el limpiar la inmundicia de ser conocidos como un país de cómplices de tortura. Sobre la historia reescrita por los ahora vencedores, y apelando una vez más a la teoría de los dos demonios, pero ahora embellecida como la historia de San Jorge y el dragón. Sobre el no confundirse ni mezclar el tema con el del voto epistolar, al que me opongo totalmente y fue propuesto por especulación electoral sin pensar dos minutos acerca de su injusticia fundamental. Sobre mi afecto a los emigrados y mi deseo de que no se metan en mi vida si no van a compartirla. Sobre el silencio, sobre la comunicación, sobre la rara oportunidad histórica de compensar un momento fatídico en el que la democracia se convirtió en un río de mierda.

Pero no vale la pena a esta altura de las cosas publicar algo tan largo; en parte por las complicaciones de lectura y, sobre todo, por lo sencillo del asunto. Es decir, nada; voten la papeleta rosada y eliminen esa ley podrida. Espanten la maldición.

32 comentarios:

Alejandro dijo...

aguante benito!
desde bs as
ale

Roberto Carlos dijo...

Ojalá.

JJ dijo...

Demasiado pesimismo Benito!
La papeleta rosa gana y el FA gana. Eso hace que por lo menos no se cierren las posibilidades de un cambio que todavía está por hacerse. Si ganan los otros las posibilidades se cierran y el país retrocede mucho.
Así que a vivirlo con optimismo aunque el que este de candidato no sea tu preferido. De Seregni para acá: cuando lo fue?

xopxe dijo...

Y si, hay momentos en que no dan ganas de discutir.

Yo me acuerdo cuando salio el voto amarillo, y juro que no entendía qué estaba pasando. Cómo era posible.

aceprax dijo...

Suscribo cada palabra, cada punto, cada coma, cada espacio.
Amén

Unknown dijo...

al igual que aceprax suscribo cada palabra cada punto, cada coma y cada espacio.
para JJ dicen que un pesimista es un optimista informado.
esperemos no ser tan cobardes y cornudos otra vez.

sissi dijo...

Solo hay motivo de festejo si sale la rosada.
De lo contrario duelo y verguenza.

Porlo demás: chapeau Benito.

Anónimo dijo...

Tenés razón en todo.
Al otro día del voto amarillo, casi me voy del país. Pero en ese momento me quedé: simplemente se murió algo, me distancié, lo aborrecí por indigno.
¿Y volverá a pasar lo mismo? ¿En qué cabeza cabe?

HarrietA dijo...

JJ: Lo peor que hizo este gobierno fue permitir que se llegara a una instancia de plebiscito sobre este tema. Tenía que haberse buscado una alternativa legal de anulación (o derogación o la figura legal que aplicara. No voy a entrar en esa discusión)
Ahora se corre gravísimo peligro de que no sea anulada.
Y no, por supuesto que no gana el FA. Sos uno de los tantos que confunden deseo con realidad. El mundo es como es, no como a vos te gustaría que fuera. Y es bastante obvio que el fa quedará lejos de tener la posibilidad de ganar en segunda vuelta.
Dejá de leer a Chasquetti y de darte la manija con la banderita y el actito. Abrí la ventana, salí al mundo, respirá y conocé dónde vivís. Y abrí los ojos con respecto a tus "héroes". Por algo van a perder a pesar del fanatismo irracional con que son idolatrados.

benito dijo...

El triunfo del voto amarillo en el 89 -primera vez que votaba en algo, por otra parte- fue para mí un shock. Aunque las encuestas (y un poco de conocimiento ambiente, de haberlo tenido) indicaban que iba a pasar, yo simplemente no pude creerlo. Me impresionó tanto que durante casi diez años no volví a interesarme en nada relacionado con la política (recuerdo ir al acto final del FA en Tres Cruces, para acompañar a una chica, y ni siquiera saber quién era el candidato a la Intendencia). Después me di cuenta de que aunque uno abandone la política, la política no lo abandona a uno, y volví a interesarme, pero con una negatividad perpetua que hace que hasta el día de hoy no pueda identificarme con ninguna demostración de alegría relacionada con un partido. En una de esas eso fue lo único bueno que tuvo para mí el voto amarillo.

Al contrario de lo que piensa HarrietA; yo sí creo que el FA va a ganar, cómodamente, estas elecciones. En parte por varios logros propios y en parte por una sucesión de golpes de suerte difícilmente creíbles: yo nunca vi hasta ahora que a la fortuna de tener que competir con un pésimo adversario como Lacalle, se le sume el que ese pésimo adversario se derrumbe completamente a media campaña. Y como si fuera poco ojete, el otro candidato se llama Bordaberry.

No me parece -a pesar del desprecio que le tengo al sector mayoritario y ahora conductor del FA- algo malo; más allá de la rabia que me pueda haber agarrado con sus errores, los aciertos de este gobierno alcanzaron como para volver a poner al país en una dirección y con un movimiento. Pero también espero sí que el FA no tenga mayoría parlamentaria; me parece bastante peligroso un poder de autonomía así en manos de gente como la de la 609, que no sólo van a tener presidente propio sino que parecen encaminados a tener una total mayoría en el parlamento.

Y también espero sinceramente que no salga el voto epistolar, un disparate absoluto -y que contrariamente a lo que dice su propaganda a favor NO permiten la mayoría de los países (los ejemplos tan repetidos de España e Italia son países en los que los ciudadanos en el exterior NO votan presidentes ni poderes ejecutivos, sino simplemente una presencia parlamentaria orientada a ocuparse de los intereses de los ciudadanos en la diáspora. Algo sensato, pero que no tiene nada que ver con lo que se propone acá).

Tengo a la mitad de la gente que quiero más viviendo en el exterior, y son gente brillante y mucho más informada que la mayoría de los votantes locales. Sin embargo me doy cuenta que algunos de ellos no entienden algo muy simple: son, y espero que así sea siempre, parte de mi (nuestra) comunidad afectiva y cultural, pero como residentes en otros países, no son -temporalmente, permanentemente, ellos sabrán- parte de nuestra comunidad política, y les corresponde tanto el votar sobre las políticas de economía y administración interna en Uruguay como a mí me corresponde hacerlo por las de Toscana, porque al fin y al cabo soy ciudadano italiano y en una de esas se me podría ocurrir ir a vivir allá.

Roberto Carlos dijo...

Un poco en la línea de lo que plantea Benito, tengo la sensación de que el FA tiene enormes chances de ganar estas elecciones. Aunque yo pienso que será en segunda vuelta y no este domingo. Me parece que la diferencia va a ser tan cortita, que en el balotaje es muy probable que gane.

Meses atras pensaba totalmente lo contrario. Pero, ahí está, los hechos demuestran que les y interesa muy poco los análisis pelotudos que ensayemos y que la reaidad supera ampliamente a la ficción.

No voto la papeleta blanca, también tengo afectos afuera del paìs. -¿Quién no los tiene a esta altura?.- Pero yo sí pienso que no están bien informados, y que piensan más en lo que votaban cuando se fueron, que en lo que estarían votando hoy. Aunque es cierto, que de todos modos en este país hay miles de des-informados que de todos modos tienen derecho a votar. Y votan.

Y por último no estoy de acuerdo con que esta ley tendría que haber sido derogada, anulada o le que sea por un medio legislativo o ejecutivo. Para nada, en absoluto.
Me parece que si hay algo importante en todo esto, es que esa ley sea tirada a la mierda por todos nosotros, por todo "el pueblo", o por lo menos por la mayorìa de el. Como constructores legitimos de la sociedad que queremos tener, somos nosotros los que tenemos que decidir si queremos convivir con esta ley o no. Somos nosotros quienes tenemos que pensar que tipo de comunidad queremos compartir, y entonces optar por ella, y no el Legislativo, el Ejecutivo, o el Judicial en lugar nuestro. Tenemos una oportunidad que no todos tienen o tuvieron. Espero fervientemente que no la dejemos pasar. Que tengamos la honestidad de no escondernos en argumentos repugantes, y tirar abajo esta puta verguenza que tenemos por ley.

werte dijo...

¿Hay encuestas, alguna idea de cómo va a resultar la derogación? Salutes.

Agustin Acevedo Kanopa dijo...

Lo de la papeleta rosada ya está demasiado claro -al menos para mí y la gente que aprecio.
Totalmente de acuerdo con lo del voto Epistolar. Es una barbaridad, un miopismo selectivo que comenzó como una estrategia electoral del Frente Amplio y que se fue ramificando a lugares impensados, una muestra clarisima de que acá todos están más preocupados por el partido que por el país
(para peor me entero que muchos del PN se pronuncian a favor, lo que terminan confirmarlos como autenticos retrasados mentales, porque mas alla de lo nacional, les cava el piso como partido -de una forma u otra son unos imbeciles).
Hace un tiempo en Esta Boca es mia se trataba el tema de la conciencia cívica poniendo el ejemplo de las diferencias de subjetividad entre Uruguay y Estados Unidos, comentando que en nuestro país la gente se siente ciudadana por votar y en el otro país por pagar sus impuestos. De alguna forma, le habian encontrado la vuelta para enaltecer nuestra tradición democrática frente a la de los norteamericanos (otro de esos muchos mitos que ya no significanpracticamente nada), pero en realidad, la noción yanqui me parece mucho mas sensata, y es justamente una nocion que se topa con la pelotudez del voto epistolar. El hecho de pagar los impuestos es un hecho simbolico, tal como el voto, pero es una relacion mucho mas directa, menos mediada entre la persona y su país, entre la persona y su propia decisión. Los impuestos solo son un elemento metonimico de lo que es un país, y de la subsistencia compartida que este desarrolla con respecto al individuo -no tenemos que ser muy materialistas para darnos cuenta-. A qué voy con esto? que por más uruguayos que se sienten, los que votan no van a disfrutar/sufrir los efectos de su voto, algo que coloca y divide a los votantes en una posicion de desigualdad tremenda. Nadie discute la conciencia politica de los del exterior, pero por mas guita que manden a Uruguay, por más veces que comenten en Montevideo COMM, por más euros que gasten en llamadas de larga distancia, NO estan viviendo la realidad de el pais. Ser ciudadano no solo implica votar, adherir a tal tradición, mitos compartidos, lenguaje, etc. sino ser parte de la infraestructura economica que este despliega.
Tampoco nadie cuenta sobre los costos que el voto epistolar le genera al Estado, pero ese ya es otro tema.

Cabage dijo...

El otro día hablando con mi vieja, una profesional universitaria de 60 años, ex militante y única votante del FA sobreviviente de su grupo de amigos que ya hace rato se pasaron a otros partidos, me sorprendí ante la revelación de que ella no iba a votar por el Sí. La explicación: que ya está bien así, que para qué remover "aquello". No lo entendí, no lo entiendo. Hoy, a tres días de la charla y después de haber ido a la marcha, sigo sin entenderlo.
En una fiesta, hace un rato, hablé con una amiga: su padre de iguales características que mi vieja, tampoco vota: "ya está" le dijo a mi amiga. En esa fiesta me enteré de un caso más: misma generación, misma respuesta. Mierda. Estoy cagado.

benito dijo...

werte: las encuestas dicen que hay un 47-48% a favor de derogar (anular) y un 15-17% de indecisos, por lo que cabría suponer -si sólo se votara eso- que se anularía. Pero cómo también es elección presidencial y hay otro pleibiscito más (la imbecilidad esta del voto epistolar), se especula con que mucha gente, por pereza o confusión, no meta la papeleta del Sí en el sobre, por lo que en realidad no se sabe qué mierda va a pasar.

Agustín: Bueno, ahí está un viejo problema de los rioplatenses, que es la concepción de entender los derechos pero no los deberes que entrañan. Tu ejemplo de los yanquis en relación a los impuestos es uno que suelo usar para criticar lo que para mí es un defecto del IRPF, y que es el que haya franjas totalmente exoneradas de pagarlo. Quiero decir; para mí está bien que alguien que gana poco pague un 1 o 2%, por ejemplo, y otro que la junta en pala un 30%, pero no que no pague nada, y por dos motivos: el primero es que si un impuesto general exonera a franjas enteras de la población, entonces se vuelve discriminatorio hacia los que no están exonerados. Tiene que existir el hecho moral de que sea un esfuerzo compartido, aunque en la medida de las posibilidades. Pero el otro motivo es que los impuestos integran democráticamente. De hecho es un argumento que yo uso, y que desafío a cualquiera de los defensores del voto epistolar que viva en el exterior a que me lo rebata, para manifestar mi oposición a que voten para presidente: este gobierno instaló el IRPF, y yo lo voté aunque ha sido notoriamente negativo para mi familia, pero me lo fumo. Ahora, vos que estás viviendo en otra parte por voluntad propia e interés económico, ya que no fuiste exiliado, no podés pretender el decidir sobre este u otro impuesto futuro desde un lugar al que el mismo no te va a afectar. Punto.

Cabage: Sí, no es la primera vez que escucho eso de militantes de izquierda mayores que quieren dejar todo eso atrás. No lo entiendo demasiado, pero creo que hay un simple conservadurismo atrás de todo eso, ese decir "para qué sacudir el barco" que es habitual en las personas cuando se empiezan a hacer viejas. También creo que en muchos casos la prédica "conciliatoria" del fucking pai gurú que se metió de candidato por la ventana ha influido mucho. Yo lo que te diría es que usaras con tu madre el mismo argumento grosero que utilicé con la mía (que tampoco va a votar el Sí, pero por un estúpido formalismo legal): "Mirá, yo voy a tener que vivir unos cuantos años más en este país vergonzoso que vos. Haceme el favor de hacérmelo un poco más fácil". Lo curioso es que la gente que piensa así, es decir, que piensa que no hay que seguir girando alrededor de lo mismo, no entiende que liquidar esta ley es la única forma de que eso termine, y que además es un asunto moral; yo no creo que se vaya a juzgar a casi nadie más por esta anulación, que además es tan tardía que el efecto justicia ya se perdió: los asesinos ya ganaron, vivieron en una libertad inmerecida casi 30 años, y si hoy van en cana, quién les quita lo bailado. Es sólo para eso, para sacarse de arriba este espanto jurídico-moral, para dejar de ser un país de mierda.

Javier dijo...

No entendí eso que los españoles que viven en el exterior no votan a presidente.
Mi madre es española y vota a diputados en Galicia que votan al presidente. Y yo soy español desde hace 5 meses y en las próximas eleccioens podré votar, aunque dudo que lo vaya a hacer, a diputados por Galicia que eligirán al presidente.
Diferente es el caso de Italia en donde hay diputados que representan a la diáspora.

Javier dijo...

Ah, no pienso votar el pelbiscito sobre voto epistolar, y menos el no haberse discutido. Onda, "vos meté todo esto dentro del sobre"

Federica dijo...

quien vive fuera del paìs sigue teniendo el derecho de votar.
quien puede viene, vota y se va
¿que diferencia hay con hacerlo en fforma epistolar??

benito dijo...

Javier: no lo entendiste porque había escrito cualquier estupidez; hace muy poco leí que los españoles en el exterior sólo elegían diputados regionales y me olvidé del sistema electoral de allá, en el que estos eligen al presidente. Es en Italia -y eso lo sé, porque de hecho soy ciudadano tano- dónde se eligen sólo una minoría representativa.

Pero el ejemplo español es válido para demostrar un sistema equivocado; ¿por qué un simpático comunista gallego que aspire a ser diputado tiene que remar contra varios de los miles de votos que el fascistón de Fraga venía a recolectar cada elección a Uruguay? Hay una concepción muy imperial europea en eso; el ver a los emigrados como representantes de los intereses españoles en el exterior. Yo pelearía a brazo partido porque cada gallego dueño de bar que no tenga del todo sus papeles en orden sea capaz de votar en las elecciones uruguayas, pero de ser español me daría no sé qué el ver a un Aznar elegido por gente que vive bajo el considerablemente más amable gobierno de la Michelet.

Hay un argumento que se utiliza mucho para defender el voto en el exterior, que es el del derecho, es decir, que el voto es un derecho constitucional y que por lo tanto no hay tu tía al respecto. Bueno, en la constitución el ejercicio de ese derecho está dado por circunstancias territoriales eventuales, y cualquiera que pueda costearse el pasaje sigue pudiendo ejercerlo. ¿Qué es injusto hacia los que no tienen dinero para viajar? Sí, pero la constitución también habilita a casi cualquier ciudadano a ser candidato a presidente, pero en la práctica sólo aquel que tenga un aparato financiero considerable detrás suyo puede hacerlo.

Hay decenas de derechos violentados día a día, algunos en forma injustificable y otros por motivos de mera práxis de intereses mayoritarios: la constitución dice que todos los uruguayos tenemos derecho a la vivienda propia, pero si el Estado concediera ese derecho a todos los acreedores al mismo, el Estado colapsaría económicamente al otro día. Por otra parte todos los uruguayos tienen derecho a la educación gratuita y laica, y a la salud gratis, ¿por qué no podrían los residentes en el exterior exigir que Uruguay instalara una escuela pública y una mutualista en cada embajada? ¿o que pagara el traslado de los niños a Uruguay para que puedan ejercer ese derecho?

Hay más de 600.000 uruguayos en el exterior; es alrededor de un 20% del electorado, y es una porcentaje muy grande en relación a gente que -más allá de la internet o de los lazos que tengan- no conviven el día a día con la realidad socio-económica de Uruguay. Un período de gobierno no puede decidirse con un porcentaje tan grande de votantes en condiciones tan diferentes. Esa es mi opinión, al menos.

Tengo un pariente que acaba de llegar a Uruguay para votar por el partido de su familia (el FA). Hace 35 años que vive en Suecia, a dónde emigró siendo un niño pequeño, país en el que reside, donde nacieron sus hijos y su mujer, y del que no piensa volver jamás. No entiendo la cabeza que le hace pensar que está bien el que venga a sumar su voto a fuerzas que no tienen casi nada que ver con su vida. Tal vez sea una concepción internacionalista del socialismo, pero me parece una injusticia enorme y un abuso.

Por otra parte; es muy cierto lo que señalás que ha habido una auténtica mala fe en el colar el tema dentro de la votación general, sin que se planteara el menor ámbito de discusión al respecto.

Javier dijo...

Pero es que yo nunca dije que estuviera bien votar desde el exterior. Es más, en las próximas elecciones en Spain dudo mucho que vaya a enviar el sobre de votación por correo (aunque no descarto tomarme el buque para la Madre Patria en el futuro) y sin dudas que no voy a votar al alcalde del pueblo de Galicia en que nació mi abuelo en 1898.
Además, como bien decís, hay una cantidad tal de uruguayos en el exterior que distorsionarían totalmente la elección.
Volviendo al tema de España, son precisamente los del Partido Popular lo que se oponen al voto epistolar y han logrado que en las últimas fuera necesario enviar fotocopia del pasaporte, y aspiran a eliminar el voto del exterior. Por la sencilla razón que el PSOE recibe más votos del latinoamérica que el PP, razón por la cual el PSOE amplió recientemente la nacionalidad a algunos nietos (de varón emigrante). Tal parece que una vez que perdió las elecciones a la XUNTA en 2005 aprox. en definición reñida al llegar las sacas desde Venezuela, Fraga se retiró y el PP perdió votos por acá.
Como se ve, allá los motivos son igualmente de espurios. Buscar la argumentación para lograr el objetivo que nos conviene.

Roberto Carlos dijo...

Pensando en el argumento de que "el que tiene plata viene y vota", y entonces es injusto para los otros. También cabría entonces proponer restringir el voto solamente a los residentes a los efectos de solucionar ese tema, ¿no?.

O sea, votan los que viven acá y soportan todas las consecuencias de su voto, y no tenemos el dilema de que vengan a votar solo los "privilegiados". -Aparte, yo sigo pensando que el que vota desde el exterior, en el 98% de los casos, vota un recuerdo y no otra cosa. Y ese es el principal argumento en contra que encuentro-
Pero claro, es una medida tremendamente antipatica y nos perderíamos una buena proporción del electorado. Así que mejor, que voten por carta.

robertö dijo...

Estoy por irme a votar. Como me rompe las bolas hoy.

No me molesta nada que se deje para el final la conclusión y la inauguración de las mejores obras de un gobierno. Pero si me preocupa mucho que la justicia le de 25 años a un dictador justo a unos días de la elección. Quisiera saber por que se da está casualidad. Al final es criticable que uno de los candidatos descrea de la justicia? o es que todos descreen y se critica al único que lo dice, aunque sea off de record. Es decir, lastimosamente decir la verdad es decir estupideces, parece.
Esta fue la peor campaña para elecciones presidenciales que recuerde, la más triste, la menos colorida y la que tuvo menos ideas. Se notó un claro pacto de no agresión, pegarse algún grito y algún insultito menor, pero nada de sacudir los fiambres de los placares para que salga mucho olor a podrido. Estoy bastante asqueado. Para peor miro la lista y veo una mierda infecta e inútil demasiado bien posicionada y deploro tener que poner ese voto y provocar ese orgasmo (hoy meditaba sobre el poco espacio de tiempo que le di a la visualización de las listas de candidatos). A minutos de salir estoy acá escribiendo al mismo tiempo que dudo. Está feo votar con la mano en los huevos.

Salud

Benito, hace un tiempo te mande un link a un video sobre h1n1 medio escalofriante. Me interesaba tu opinión, si te rompí un quinoto las disculpas del caso.

El gaucho insufrible dijo...

Yo estoy a favor de que un Uruguayo no residente pueda ejercer el voto desde el exterior (yo vivo en un pueblito de España). Ahora, esto no es exactamente lo mismo a que esté de acuerdo con la reforma propuesta.

Pienso que por prisas y por lo chapucero del proyecto queda bastante claro la intención electoralista de la propuesta.

Recomiendo leer el diario de sesión de la asamblea ordinaria del 1 de abril 2009 en donde queda bastante patente las prisas del proyecto, y lo – sorprendentemente - razonables que suenan las argumentaciones de la oposición.

De todos los argumentos en contra del voto exterior (y a partir de aquí me referiré al tema en general y no a ésta propuesta), el más fuerte y el que más comparto es el de “los que votan no van a disfrutar/sufrir los efectos de su voto” (1).

Conviene recordar - como se comenta anteriormente en el blog- que tanto el que está viviendo en Suecia como el que esta viviendo en Argentina hace 20 años pueden venir el día de la votación y votar. Esto es “injusto” de acuerdo al argumento (1) y dentro de la normativa vigente.

A mi entender el argumento (1) es válido pero no es absoluto y admite matices, por ejemplo:

¿No he de votar sobre derogar la ley de caducidad, porque no voy a sufrir/disfrutar los efectos de mi voto?,o dicho de otra manera ¿el efecto de derogar esta ley no lo disfrutaré aunque viva en Marte?

En cuanto a la línea argumental sobre los impuestos, es un poco engañoso hablar del IRPF y su relación con el derecho a votar - pues hay IRPF para no residentes, y yo pago los impuestos de la casa de mi difunta madre - , y estoy en total desacuerdo en vincular el derecho a voto (a cualquier otro) a la cantidad de dinero que un individuo aporte al estado. Esta argumentación es la otra cara de la moneda de los que dicen que tienen derecho a votar porque envían remesas, que es como decir que el derecho a voto se puede comprar.

Entiendo usar el argumento del IRPF en la medida de poner un ejemplo meridiano de alguna acción impopular sin efectos sobre no residentes, de la misma manera que el argumento de las remesas solo puede servir para indicar que una persona continua preocupándose por Uruguay (o por su familia que no es lo mismo).

Yo pienso que el derecho al voto y el ser ciudadano Uruguayo (en un sentido amplio) no puede ser algo que se extinga cinco minutos después de que despegue un avión, y seguramente no será igual a los diez años de vivir fuera del Uruguay aunque todos los días esté tocando el tamboril y tomando mate.

Pienso que tengo derecho a cierto grado de participación, pero también creo que sería terriblemente injusto que mi voto decidiera una elección. Los lazos se rompen con el tiempo o que con el tiempo la brecha entre el Uruguay mental de cada no residente y el Uruguay real es cada vez mayor (y al escribir esto recuerdo cuanta diferencia hay entre un exiliado según Benedetti y un exiliado según Bolaños).

Yo estoy a favor de fórmulas combinadas en donde el no residente tenga derecho a votar, pero vote a una cantidad de diputados/senadores fija como en Italia, o halla un límite de tiempo a la posibilidad de participación como por ejemplo en Reino Unido en donde después de 15 años fuera del país ya no puedes votar.

Además las cláusulas de restricciones temporales podrían limitar la relación tan estrecha entre otorgar la ciudadanía de un país – acción que tiene sus razones propias- y el voto.



AAK: Creo que el sentido de la frase que vemos en las películas de “soy un ciudadano americano y pago mis impuestos” y la noción de “ser americano” esta muy ligada a los impuestos pero también al sentido de sacrificio por la nación, muy diferente al nacionalismo Uruguayo, en todo caso una visión tan monetarista de la ciudadanía tiene el efecto de que a los receptores de ayudas sociales se les trate como una lacra –chupasangre y que al primer presidente negro sea peor decirle “socialista” que hijo de puta.

benito dijo...

robertö: quiero creer -capaz que soy muy crédulo- que lo de los tiempos del procesamiento del Goyo fue mera casualidad. En cierta forma me sorprendería -a menos que fuera más fácil de lo que creo- que el ejecutivo presionara al poder judicial por un tema al que ha defendido tan poco.

Por otra parte coincido en que no recuerdo haber vivido con tan poco entusiasmo unas elecciones nacionales, ni siquiera las que sabía de antemano que mi opción iba a perder, porque por lo menos me dejaban la tranquilidad de estar votando lo justo. Tal vez por eso me irritó más que nunca el entusiasmo desmedido de los militantes. Creo que Mujica va a ganar, y más allá de la desconfianza parcial que me produce su praxis presidencial futura, me parece algo simbólicamente casi tan lamentable como que pierda el Sí a la anulación (ojo, un triunfo de Lacalle me parecería también aberrante, sólo que no creo que pueda suceder). Me parece triste que se le de la oportunidad de gobernar a alguien que en algún momento se la arrogó sin consultar a nadie. Me parece triste que la falta de autocrítica sea vista como una virtud.

Vi el video que me mandaste; pero no encontré cómo comentarlo y todavía me parece un tema muy dudoso en el que no necesariamente estoy de acuerdo con las teorías conspirativas.

Oldboy: Conocía tu punto de vista al respecto del voto epistolar y me parece bien fundamentado. En particular el otro día comentaba que en un tema como el de la anulación sí me parecía -más allá de que yo esté de acuerdo con la misma- totalmente legítimo el que un uruguayo residente en el exterior votara, porque es un tema legal moral que afecta a todos (en realidad que afecta a toda la humanidad, y que por lo tanto, más que también votar los residentes en el exterior, NADIE deberia votar, debería ser algo que la justicia tendría que haber hecho sin necesidad de consulta).

Es atendible el que un uruguayo emigrado pero sujeto a la tributación local tuviera derecho al voto, aunque aún en un caso como el tuyo es claro que esa relación económica sigue siendo menor que la de cualquier residente.

Pero yo creo que la cantidad de dinero que aporta un individuo mediante los impuestos al Estado va más allá del propio aporte -si eso fuera lo único importante, también se podría argumentar que los exonerados del IRPF tampoco podrían votar-, sino a la sujeción a un conjunto de reglas consensuadas mediante la elección de un poder ejecutivo, de las cuales los impuestos son solamente un aspecto. Es decir, un fumador uruguayo residente en Brasil, y que pita contento en cualquier bar, puede venir y decidir que yo tenga que dejar mi mesa y salir a la intemperie para prenderme un pucho, y no convivir con esa decisión.

El argumento de las remesas -una decisión totalmente voluntaria (la de enviarlas) de los emigrados- como factor validante del voto me parece totalmente ridículo y, por lo que leo, creo que estoy de acuerdo con todo lo que planteás. Por ejemplo, el argumento del derecho al voto rescindido luego de los quince años de permanencia en el exterior, me parece sensato (aunque yo lo reduciría a dos períodos electorales, con posibilidad de reversión si el emigrado vuelve a radicarse).

(sigo)

benito dijo...

El asunto con los lazos es que yo, por otra parte, creo que es algo que no depende en absoluto de este tema, sino que es totalmente subjetivo. Yo creo que los países son ante nada organizaciones económico-sociales, pero que no está relacionado siquiera con el concepto de nacionalidad. Siempre he pensado que en terminos de nacionalidad, por ejemplo, la diferencia entre argentinos y uruguayos es nula, pero me horrorizaría estar sujeto a los designios de Macri. Creo también que estamos en una época privilegiada en cuanto a lazos de comunicación, los que hacen que no importa cuántos años haga que vos estás en España, puedas levantarte, tomarte un café y escribir tu opinión acá, -y por lo tanto influir mediante la palabra- como si estuvieras en Parque Batlle. Creo que hay una concepción -que considero detestable- de la militancia que ha reducido la participación social a la colaboración partidaria.

Y en relación a lo de Obama, es significativo que sean justamente los demócratas que representa los que defienden las politicas impositivas fuertes como forma constitutiva de la nacionalidad, y que la misma se considere, entre otras cosas, como un paliativo de la imposibilidad impositiva de otros conciudadanos. La expresión "soy ciudadano porque pago mis impuestos" no necesariamente es excluyente de los que no pueden hacerlo, y en una sociedad capitalista es también un recordatorio de quién es -o quién debería ser- el jefe. Luego de más de 10 años escuchando a ADEOM hablar de "la patronal" refiriéndose exclusivamente a las autoridades municipales, a mí me parece sano el recordar que la patronal del Estado es -o debería ser- el conjunto de individuos que lo sustenta económicamente, y los que tienen aspiraciones a hacerlo cuando tengan la oportunidad.

Cabage dijo...

Parece que no sale la anulación.
La reconcha de la reputísma madre que lo parío.

Agustin Acevedo Kanopa dijo...

El tema es que la relación del uruguayo con respecto a su país es mucho más fantasmática que la norteamericana.
Es algo que se ve incluso en la oposición entre militancia partidaria y participación y autogestión popular. Un hecho notable en Uruguay es que en la última presidencia frenteamplista, muchísimas organizaciones barriales, ONG's y CCZ, se vaciaron de líderes y participantes, los cuales fueron en su mayoría cooptado por el aparato burocrático del estado (es decir, del FA) en ministerios y demás. Así, muchísimas organizqaciones que funcionaban re bien se desmantelaron total o parcialmente, y todo quedó en manos de un gran Otro que te da o no te da guita, casi en una especie de fort/da infantil.
Lo que se pierde en esto es la relación directa del ciudadano con sus propios problemas, sus propios deseos y expectativas, algo que lo aleja completamente de una autogestión, que en todo caso, al menos en decisiones micropolíticas, siempre está mucho más aproximado al grado de sus necesidades que lo que una cámara de senadores, un presidente o un partido podría decidir por ellos. En estados unidos por momentos me parece que la relación deja de ser fantasmática y se vuelve más nutricia, algo que se puede ver en lo divagantes y escasas que suelen ser las relaciones nacionales, pero lo poderosos que tienen en capacidad de acción y pragmatismo ciertas grupos vecinales cogestivos, como los que hay en Nueva York (de los que vos y otras personas me han hablado más de una vez).
Todo esto se espeja diáfanamente en la noción flotante de la nacionalidad en torno a derechos más propios del iluminismo, a diferencia a una que vuelve al ciudadano causa y efecto de su misma acción.
Hay que replantearse otras formas de hacer militancia.
PD: son las nueve y seis de la noche, y, si las encuestas en boca de urna no fallan, somos un país de cornudos

xopxe dijo...

Me saltó la térmica. No voy a pensar en nada por un par de dias. Pero antes, la puta que lo parió a tabaré por sembrar dudas y ser un predicador mojigato, a mujica por ser centro de todo siempre y no dejar lugar para discutir nada mas que no sea el, a este pais de mierda por ser como es, y a mi por ser un digno representante y no haber hecho casi nada.

un ojo azul, un ojo negro dijo...

yo también escribí o he escrito larguísimas o, al menos, quiero creer, brutales diatribas en contra de lo que acaso deba ser tu generación, pero en realidad es la de mi hermano. militancia, voto verde, amarillo, caducidad, el final de la militancia, la cobardía, el desengaño. el desgano. de hecho recuerdo haber tenido una conversación en buenos aires con dos amigas acerca de las miserias de los uruguayos, apoyado en esto. increíbles. era el tiempo de fuckyoutiger y no recuerdo qué post tuyo plagado de escepticismo circulaba por las cabezas afines, belicosas, un poco borrachas, muy queridas. y, recuerdo, que aunque no nos conocemos, personalmente (te había visto ya alguna vez. había un amigo común.) reconocí o comparé columbrando cierto profundo asco por el país, los compatriotas, la condición humana, lo que fuera. y cada vez desde entonces, incluso antes, cuando te leo es como si nostálgico escuchara a mi hermano, a la esposa, a los amigos, afuera, adentro, y encuentro, sin buscar, las semejanzas, lo que perdieron. por eso le he tenido a tu persona benito alguna forma de afecto o un raro respeto. benjamin y simone decían algo de los vencidos, del vencedor, de la justicia. hace rato puse la papeleta del sí, ya había firmado. pero esto no redime a nadie, pensando.
y hoy también, parece, el país es de los genuflexos, de los colaboradores, indolentes, desmemoriados, de los hipócritas. o al cabo no interesa a nadie. está bien, si uno ha leído a onetti, ha vivido en consecuencia. nadie tuvo la culpa o a quién le importa.
yo me voy.

Ama-gi dijo...

En su momento, bajo amenaza de otro golpe de estado, la gente fue a votar en una elección sin garantías democráticas. No se si se le puede reclamar a los votantes de aquel tiempo lo que hicieron, cuando tenían un revolver en la sien.

Pero lo de hoy es sencillamente repugnante. Da la casualidad que estoy saliendo con una sueca con pasaporte español. Mañana le pido matrimonio, saco los pelpa, y me rajo a la mierda de este país donde a la gente le importa más forzar una segunda vuelta o ganar una mayoría parlamentaria que votar por la dignidad.

Un poco de empatía se precisaba nada más. Pensar que es a nuestra vieja a quien le podrían haber robado a su hijo para luego encajarle un tiro en la nuca...

La verdad que no entiendo nada. No puedo dormir intentando buscar un culpable y no se por donde empezar. Capáz que por nosotros mismos, que estamos todos de acuerdo y ventilamos nuestra rabia juntos y capáz que no mucho más.

Brüno dijo...

No entiendo lo de escamotearle (creo que se dice, no estoy seguro) a los uruguayos que no pueden pagarse un pasaje, estén donde estén, el voto. Eso de "si no vivís acá, no tenés derecho", me suena tan mezquino, tan de pensar con el bolsillo y no con el corazón. Ahora, si vamos a pensar en términos estrictamente estratégico-económicos, CREO que a este país le conviene el aporte de todo aquel que se sienta consustanciado con el derrotero de este Estado tapón, de este invento de Nación. Nadie parece dudar que buena parte del aproximadamente medio millón de uruguayos que vive fuera del país contribuye en algo al bienestar y el funcionamiento de esta sociedad. Remesas, donaciones, lo que sea. Estamos siempre quejándonos de los pocos que somos, y nos lamentamos viendo cómo nuestros amigos, parientes o simplemente alguien que admiramos (por la razón que sea) se va o se ve obligado a irse. Entiendo que la solución encontrada, la epistolar, tal vez no sea la mejor. Pero el debate debería centrarse en eso, en resolver lo práctico, no en si está bien o no que tengan derecho a votar. Me da la impresión de que este país sería mucho más humano, próspero y benigno si lográramos que los que están afuera empiecen a sentirse cada vez más cerca y, tal vez, algún día emprender el regreso hacia sus orígenes. Sería, quiero pensar, una increíble inyección de capital humano y cultural, que por ahí lograría sacudir la modorra, la lentitud y la inercia de esta sociedad cada vez más avejentada, quejosa y pesimista. Ni que hablar de lo que significaría para nuestro mercado interno, para nuestra capacidad de producción e innovación si empezáramos a recibir contingentes de uruguayos que vuelven, se instalan, invierten, trabajan o simplemente aportan experiencias culturales y de vida. Y lo que significaría para nuestra sensación de identidad y pertenencia a una nación, a una cultura, más segura sobre sí misma y al tiempo abierta al mundo y a los que vienen de afuera, sean del color que sean y hablen la lengua que hablen. Uno de esos caminos, creo, es que los que están afuera sientan que pueden incidir en el futuro de este país. Y no tengo ningún fundamento para pensar que serían votos cantados para el FA. Eso es bien de mirada corta, de un alcance tan escaso y, repito, mezquino como el que recién mencioné: si no viven acá, no tienen derecho. En fin... así estamos, entre el pesimismo y la queja. Esta vez se perdió otra oportunidad de empezar a pensar más allá de lo que me puede tocar o no "padecer" o "disfrutar" a mí, a lo que me rodea en lo inmediato. Una actitud típicamente aldeana. Muy triste.

Anónimo dijo...

Que lindo lo que decís. Quiero conocerte.
Margarita