martes, 13 de mayo de 2008

Puntos de vista

Los días pasados me resultaron bastante deprimentes, no por motivos personales sino ambientales. El clásico de fútbol entre Nacional y Peñarol batió todos los récords posibles de saturación informativa, llegando a ocupar espacios inverosímiles en los medios aún si uno no los compara con espacios nulos, como el que se dedicó a la muerte de Robert Rauschemberg, uno de los mayores artistas conceptuales del siglo XX. El motivo principal de esta explosión de imbecilidad rampante fue el que un Peñarol re-formulado como escaparate de la escudería de Paco Casal -quién se ha echado el mayor y más espeso de sus "polvos morales" en el culo de los aurinegros- por primera vez en los últimos cinco años tiene una posibilidad no tan remota de salir campeón del paupérrimo campeonato uruguayo. Siendo los hinchas de Peñarol los más numerosos -mal que le pese a los bolsos- y consumistas, el negocio para los vendedores de humo y los parásitos que viven de los desperdicios del fútbol se potencia y los supuestos periodistas objetivos se convierten en mamaderas incondicionales, sobre todo los que saben la identificación actual del cuadro -en el que en algún momento jugó el gran Fernando Morena- con la mafia monopólica de Casal y sus planchas de un millón de dólares. La mafia que les da de comer a cambio de funcionalidad obsecuente y algún tete eventual. Servidores que hacen esfuerzos inverosímiles para mantener la ilusión no sólo de que el fútbol uruguayo sigue teniendo alguna importancia mundial, sino también el que sigue siendo un espectáculo entretenido.

Yo escribo esto con incomodidad; al fin y al cabo solía ir casi todos los fines de semana a la cancha y me sigue gustando ver un buen partido de fútbol o jugarlo (algo que hace años que no hago, por desgracia), pero no voy a abrir el paraguas como toda la intelectualidad culposa ante los fenómenos populares: la (in)cultura del fútbol, algo que no tiene nada que ver con el deporte, debe ser rechazada y combatida con la misma severidad con la que se rechaza en los ámbitos civilizados a las organizaciones neo-nazis o fundamentalistas. Para mí cualquier distintivo de fútbol debería ser prohibido, como objeto de odio y división, en los ámbitos de enseñanza con la misma severidad -y derecho- con el que en Francia se prohibe el uso del velo a las alumnas o los símbolos religiosos. De hecho debería ser castigado con más severidad el llevar un emblema de Peñarol que el llevar una svástica: al fin y al cabo nadie ha matado uruguayos en nombre de la svástica y tan sólo en los últimos diez años hay por lo menos cinco ciudadanos asesinados en nombre de Peñarol, algunos de ellos -como el hincha de Cerro que fue acuchillado por diez subhumanos en frente a su hijo- con extraordinaria crueldad. Olvídense de esa mentira flagrante que dice que "son diez u once inadaptados que cagan todo, la mayoría no es así". Yo escuché a una tribuna entera cantar eso de "cómo me voy a olvidar / cuando matamos esa gallina / como me voy a olvidar / fue lo mejor que me pasó en la vida". Puede ser que sean una decena de energúmenos los que efectivamente le clavan cuellos de botellas a los hinchas del cuadro opuesto; los que lo autorizan moralmente son miles y miles. Y no es sólo Peñarol; es lo mismo con las hinchadas de Nacional, Cerro, Basañez y cualquiera de los cuadros cuyas hinchadas se ufanan de su aguante y su violencia gratuita y cobarde.

El grado de hipocresía mediática al respecto es asombroso, con un ejemplo de antología en la portada del diario El País del martes pasado: a dos días del partido el diario no encontró en todo el mundo una mejor portada que una gran foto del técnico ganador del clásico, Mario Saralegui, contemplando con felicidad la portada del día anterior que reproducía, por supuesto a Carlos Bueno. El colgado anotaba un gran pensamiento de Saralegui: "Les dije que no había que matarlos, había que ganarles". Se puede discutir la ridiculez de dedicarle la foto de tapa de un diario a un partido de fútbol que ya ocurrió hace 48 horas -una eternidad en términos periodísticos- y al que ya se le dedicó una tapa; lo que es absolutamente indiscutible es que es una monstruosidad el que debajo de esa nota tan feliz a Saralegui se lea el siguiente titular: "Matan a un hincha tricolor al grito de 'gallina'", en referencia al veterano al que cuatro lumpen mataron a patadas en La Paz. Alguien tendría que haberle dicho a alguien que por más de que las tapas dedicadas a Peñarol vendan muchos ejemplares, la segunda nota anulaba como posibilidad a la primera: había que elegir cual iba en portada, las dos no. Queda, por decirlo suavemente, un poco inmundo.

Yo prefiero que gane Defensor a que gane otro cuadro de fútbol, y lo hago no sólo porque es el cuadro que elegí en mi infancia sino también porque lo asocio con un barrio que me gusta y en el que vivo y con una institución de la que soy socio y que participa activa y positivamente de la vida de la comunidad en la que está inserta. Si este año Defensor se queda con el campeonato uruguayo lo voy a disfrutar mucho, no sólo porque es el equipo de mis simpatías sino porque le estaría ganando a este Peñarol de rodillas, al Pacoñarol, al símbolo mismo de la corrupción, la ignorancia y todo lo que me desagrada de los uruguayos. Pero cuando no estoy siguiendo un campeonato no me importa cómo le va a Defensor y no sólo no me pondría violento sino que ni siquiera me incomodaría con un desconocido por no ser de Defensor o llevar la camiseta de un rival eventual. Si me pareciera que lo que más me define como persona es ser seguidor de Defensor, entonces dejaría de serlo, porque me parece muy poco y muy pasivo. Prefiero que gane Defensor y no otro cuadro, pero yo no estoy en la cancha, yo no gano nada, yo soy un voyeur de un respetable triunfo deportivo o de la tristeza de un fracaso. Es decir, yo no soy de Defensor (o del cuadro que sea) como cualidad ontológica, no me reduzco voluntariamente a un papel tan ridículamente servil.

A pesar de la cantidad de metáforas sexuales que han hecho del vocabulario futbolístico similar al de una novela de Ercole Lissardi, a mí me gusta -muchísimo más, si hay que aclararlo- coger que ir al fútbol o verlo; me hace sentir mejor, parte de algo, de otra persona incluso, y no simplemente un fucking voyeur. Pero no voy por el mundo embanderado con los datos de quién me cogí y en qué posición. Casi nadie lo hace, a menos que sea un imbécil terminal y despreciable. También me gusta más la música que el fútbol, pero tampoco camino con una bandera de The Handsome Family o de King Crimson, dispuesto a rompérsela en la cabeza a quién prefiera a Wilco o a Procol Harum. Sin embargo la pestilencia contagiosa de la cultura futbolera ha comenzado a hacer que esto empiece a ser frecuente. Los músicos descubrieron que es un buen negocio, ya que los fans incondicionales como los del fútbol pagan la entrada aunque el espectáculo sea penoso, y lo han alentado, componiendo inspirados en las hinchadas y en formatos que puedan adaptarse a ellas. La bengala condenada en su momento por Spinetta pasó a ser el principal emblema de las bandas que lo sucedieron. Bueno, hasta que se murió un montón de gente por ese ritual criminal, pero claro, la culpa no es del fútbol ni de los que reproducen sus rituales, es de los políticos, o de los otros, como siempre.

No hay ninguna manifestación del totalitarismo, la intolerancia en su peor sentido y el fascismo masificado en la vida cotidiana más flagrante y explícita que la cultura (denominarla así es todo un oxímoron) futbolera. Hay, además, que tener un severo daño mental para no ver las conexiones directas de la misma con el reaccionarismo político más flagrante, cuando no con el fascismo; no es ningún secreto que las hinchadas de fútbol se convirtieron en Europa en los ámbitos ideales para la infiltración de los grupos neo-fascistas y su crecimiento casi geométrico. Cualquiera que no esté mirando deliberadamente hacia otro lado puede ver como las tribunas de los estadios son el medio de amplificación más sonoro de los pensamientos xenófobos, racistas o del nacionalismo más retrógrado. Y eso no es nada, ¿alguien cree que un oligarca antipático y sin muchas luces como Mauricio Macri podría ser gobernador de Buenos Aires si Boca no fuera el club de fútbol más popular de Argentina? ¿qué hizo el médico masón de Tabaré Vázquez para pasar por encima de decenas de militantes de currículum más heroico y brillante para convertirse en el lider del Frente Amplio excepto haber sacado campeón como dirigente a un cuadro de fútbol?

Cuando hace poco más de un año murió Eduardo Darnauchans, un artista conocido y un hombre de bien, sólo uno de los cinco diarios montevideanos le concedió su portada. Un escritor del calibre de Juceca no consiguió ni eso al morir. En cambio un gol le valió a ese personaje repulsivo que es Carlos Bueno la portada de los cinco. El que sea previsible no evita el que sea absurdo. Sí, efectivamente, es la clásica protesta de vieja chota profesora de literatura, pero lo que pasa es que en una cultura en la que hasta los literatos se quieren hacer los pijudos editando libros sobre fútbol y proclamando a los cuatro vientos sus conocimientos sobre fútbol (mientras sus libros generalmente delatan su ignorancia sobre la literatura), la propia cultura literaria se ha vuelto cosa de profesoras de literatura, y el concepto de "profesor de literatura" se ha vuelto indisoluble del de "vieja chota" (sea cual sea el sexo del profesor). No es de extrañarse semejante derrota cuando casi todos los que supuestamente deberían defender el intelecto y la auténtica cultura, la perseguida por el acriticismo genuflexo ante el mercado, están tan preocupados por mantener su imagen masculina e integrada con los fenómenos . Ya se sabe; hay que ser Hemingway, no Borges, hay que dejar de ser el nerd a disposición de los bullies deportistas, hay que dejar en claro que el ejercicio de la mente no embruteció la comprensión todo-terreno de los intereses masculinos, hay que dejar en claro que, además de escribir libros, uno se coge minitas y uno es un hombre de acción. Cuando a Umberto Eco -quién en definitiva es uno de los mayores integradores culturales de la teoría literaria- se le ocurrió preguntar por qué tenía que sumarse al carnaval del último mundial de fútbol en Italia, por qué tenía que interesarle si, en cambio, a casi nadie le interesaba su amada literatura medioeval, los opinólogos hacían cola para putearlo por su autismo. Entre ellos varios literatos. Hoy en día eso no pasa, porque hasta estos simples cuestionamientos han sido devorados por el pensamiento único. Pero siempre queda algún mohicano.

Si hay un artista de importancia que nunca me importó en la vida ese debe ser Nick Cave; estoy seguro que al tipo le gustan las mismas cosas que a mí, escucha los mismos discos y su aproximación al arte es de lo más sincera, pero no me convence. De adolescente tuve un maravilloso shock estético cuando en Buenos Aires un vendedor muy convicente hizo que, entre algunas grabaciones de Joy Division y The Clash, nos lleváramos el Junkyard de Birthday Party. Los que lo habíamos comprado nos pasamos meses fumando porro y escuchando ese disco con asombro un poco atemorizado, haciéndole escuchar a nuestros amigos ese disco misterioso que era mucho más violento y feo que cualquier cosa que hubiéramos escuchado en nuestra vida. Hasta el día de hoy el trabajo de Birthday Party me maravilla, pero no me conmueve (como sí lo hacen otros grandes negativos como Throbbing Gristle, Big Black o Jesus Lizard). Al contrario, el trabajo solista de Cave a veces me conmueve ('Into my arms' siempre me puede), pero no me maravilla, al contrario, me empalaga muy rápidamente. Pocas cosas debo haber explicado más veces en mi vida que mi poca afinidad con la obra de Cave, que todo el mundo imagina, sin embargo, que me fascina.

Bueno, dicho esto, lo poco que me entusiasma su música no impide que considere a Cave como un tipo brillante y un gran entrevistado, y en un reportaje en Zona de Obras me lo confirma en algunas respuestas que reproduzco acá (con errores de edición incluidos) y que se relacionan con todo lo anterior:

-Tienes cuatro hijos, ¿no?
-Sí, dos de dieciséis y dos de siete. Los pequeños son gemelos. Los de dieciséis son de madres diferentes.


-¿Qué crees que piensan de su padre? ¿Crees que saben que tú no eres el típico padre?
-Sí, supongo... Creo que les gusto. Creo que saben que no soy como el padre de sus amigos.

-Pero supongo que ellos saben todo lo que has hecho en tu vida. Incluso las cosas menos recomendables.
-La verdad es que cuando dejo a mis hijos en el colegio veo a padres con pinta mucho menos recomendables que la mía. Sus vidas han tenido que ser peor que la mía. La manera que teníamos los de mi generación de dar por culo a nuestros progenitores era tomando muchas drogas y escuchando música. El uso de la tecnología es lo que nos separa ahora de nuestros hijos.

-¿Crees que la generación actual puede hacer cosas mucho más peligrosas con la tecnología que tu generación con las drogas y la música?
-Posiblemente, sí.


-Quizás entonces tomar drogas y escuchar música te aporta más culturalmente que hacer el bobo delante de la televisión o estar en Internet 24 horas al día... -Exacto. A mí me resultaría muchísimo más doloroso ver a mi hijo entrando por la puerta con una puta gorra de lado y una jodida camiseta de un equipo de fútbol y un pack de seis cervezas bajo el brazo para ver el partido en la tele, que descubrir que está picándose heroína en su habitación porque, al menos, esto último puedo entenderlo. Al final acabaría diciendo: "¿Qué cojones he hecho mal en la vida que he traído un hooligan al mundo?". Prefiero un drogadicto a alguien que no tenga cerebro, la verdad.

Qué simple, qué claro; pero no hay clínicas de detox de la idiotez, no hay clases en primaria que alerten sobre el peligro de convertirse en un barra brava. A mí me gusta el fútbol, no lo digo por abrir el paraguas: me gusta como me gusta ver una buena película berreta de horror, pero eso no me hace parte de ninguna cofradía de débiles mentales. No considero que tenga que horrorizar al mundo en nombre de Drácula, al fin y al cabo una criatura tan fantasiosa como el amor de los futbolistas profesionales a la camiseta que portan. Mi concepción de comunidad en relación a este país inventado se apoya en Varela, pero en José Pedro, no en Obdulio. No es que sean excluyentes, pero cuando uno de estos arquetipos se vuelve la medida de todas las cosas, el preferir al otro suena, inevitablemente, como una oposición. Y tal vez lo sea.

Es decir: lo lamento, para mí no es un sentimiento, y si lo fuera igual podría parar. Es lo que hacemos los homo sapiens, esos elitistas.

72 comentarios:

Ama-gi dijo...

Lindo post. Deja pensando. Para mi si es un sentimiento, y adentro de la cancha no puedo parar. Afuera soy otro. Quizás porque estudié la racionalización que vivió el fútbol en las últimas décadas y la lógica sistémica me está conquistando.

De todas formas, se puede vivir el el fútbol de manera elitista, como hoy en Inglaterra. El éxito de Fever Pitch contribuyó a que en el país de los hooligans, el fútbol se volviera fashionable. Obviamente no sucedió eso por un libro. Las principales razones fueron Heysel, Hillsborough, y la racionalización sistémica. Pero coincidió con el inicio de la Premier League, donde va la gente de guita, y los viejos obreros industriales que eran el backbone de los hooligans miran los partidos desde el pub. Y el modelo Premier League va a seguir extendiendose.

Eso si: que van a ser mas los manyas. Siempre al final de la temporada vendemos mas entradas y tenemos el triple de socios. El domingo fueron todos porque nosotros estabamos MUERTOS. Me acuerdo cuando vinieron con su puta lesbiana del pincha, cinco o seis puntos atrás nuestro, no llenaron ni el segundo anillo.

Y no. No pude parar. Y bueh...

daniel dijo...

golazo de benito.
yo puedo, en este caso, pasar por tener la fe del converso. durante muchos años fui cada fin de semana a la amsterdam, incluso fui a ver a peñarol cada vez que jugaba en buenos aires o porto alegre -que están razonablemente cerca- por la libertadores. hoy en día, suscribo cada palabra de este post. claro que eso no quita que me siga gustando el fútbol y esté contento por el clásico del domingo, a pesar de lo mucho que apesta todo lo periférico a esos 22 tipos que corren.
me acuerdo que mi viejo, muy manya él, decía que a los barra brava había que encerrarlos a todos en un gran recinto cerrado y esperar a que se mataran.

con respecto a cave -aunque no tenga que ver con el tema del post-, a mí sí me gusta bastante. particularmente su carrera en solitario y especialmente casi cualquier canción de 'no more shall we part'. y en directo los bad seeds parecen recién salidos de alineación y balanceo.

cromo6 dijo...

sweet and tender hooligans...

Walter Hego dijo...

Terrible canción, Into my arms.

Gus dijo...

Muy bueno, aunque no acuerdo en todo lo que decís.
Saludos, de otro hincha de Defensor

Txus dijo...

A mi nunca me gustó ver fútbol, así como no me gusta ver ningún deporte (excepto boxeo); siempre me divierte más participar que ser expectadora.

Tu post me hace pensar en cuanta gente anda con parches antifascitas, preocupados por los neo-nazis y con miedo a los planchas. Gente que, por supuesto, corta un toke por la mitad ante la presencia de un patrullero.
Hay posturas demasiado autoritarias de parte de los liberales, donde los gustos se convierten en ideales, y repudian todo lo que no va con ellos. Obviamente es más fácil decir que la cumbia es una mierda y los planchas no encaran nada, que tomarse el trabajo de conocerlos y mostrarles otras opciones o, incluso, aprender algo de ellos (además de que sería todo un deshonor tener un amigo bailantero, jeje).
Por eso, cuando me preguntan qué música escucho, digo "De todo", a lo que siempre me preguntan "¿Cumbia también?", y ahí me pongo a cantar Gilda o alguna guarrada por el estilo, muajaja!!!

Volviendo a la temática del post, el fanatismo fútbolero es, al igual que todos los fanatismos, algo bastante despreciable, generador de conflictos y limitador de crecimientos personales.
Creo que el degeneramiento que se ha dado entre el ser simpatizante a ser fanático, es para buscar llenar algún que otro vacío (yo, prefiero tomar alcohol, pero cada uno...). Antes, se colgaban con la política, ahora se cuelgan con Tinelli y el "fulbol", lo cual es bastante triste, además de conveniente para ciertos intereses (los mismo que, supongo, fomentan tal rebaja de nivel temático en los medios locales)



Cambiando de tema nuevamente, The Birthday Party me agrada más que Nick Cave & The Bad Seeds. Me acuerdo cuando vi por primera vez el video en vivo de Junkyard, que es una demencia (está en youtube, por si no lo viste) y quedé completamente fascinada. Ya la carrera de solista no me gustó tanto, porque algunos temas se me hacen un tanto monótonos y son apropiados sólo para estados de ánimo particulares.
El año pasado, hice una nota sobre él en una revista para la UTU (que me quedó bastante bien en general). Si querés, te la paso al mail un día. :D


En fin, me escribí la vida y estoy cansada... :S

Saludos!!

the walrus dijo...

Cuando se jerarquiza la socialización en torno a una actividad intelectual por sobre el proceso de apreciación de esa canción o lo que fuera, hay un problema. Es decir, vos no vas a partir una bandera de King Crimson por la cabeza a uno que le gusta otra banda porque no es ese tipo de experiencia la que esa banda te ofrece. Y vos tampoco buscaste en ese caso a una banda que te dice que “tenés que saltar” en el estribillo. Y como todo, es una retroalimentación. Mucha gente quiere escuchar eso y es lo que circula. De pronto es la nueva versión, achatada y vanal, de los punks cantando no future y cagándose a trompadas.

En el fútbol lo mismo, la priorización de putear al rival sobre la calidad del espectáculo dice mucho sobre una tendencia, y repercute en el juego. Los tipos adentro de la cancha prefieren meter una puteada que tirar un caño.

A mí también me pasa que puedo para con el sentimiento, y que si tengo que disfrutar de actividad exclusivamente sensoriales prefiero coger que ir a la Ámsterdam, sin dudas.

Los últimos dos discos de Nick Cave me parecen geniales. Me gusta mucho toda su carrera, pero creo que incluso —aún arriesgando menos— se supera todo el tiempo. En esa entrevista, cuando dice que prefiere un hijo heroinómano a uno hooligan se gana todo mi respeto.

Tomás Eastman dijo...

Hay una lógica que nunca logré comprender del ciudadano uruguayo (sea o no futbolero) es esa opción entre peñarol y nacional, y lo demás no existe o existe como una segunda opción.
Es particularmente insólito cuando esa idiocia se presenta en pobladores del interior del país, No creo que exista en todo nápoles un hincha del Milan.
Esa particular toma de posición no pasa en el básquetbol, donde los cuadros con arrastre de hinchas son variados y ganan o pierden sin mayores complicaciones.
Salvo, salvo cuando dirigentes del fulbo se meten. Ahí se pudre todo.
Peñarolynacional - Nacionalypeñarol le han hecho y le hacen mal a la sociedad uruguaya.
El sábado voy al Franzini

the walrus dijo...

Donde digo “vanal“ deberia decir “banal“. Y donde digo “para“ debería decir “parar“.

Anónimo dijo...

Soy hincha de Peñarol por una cuestión por razones ajenas a la lógica. Provengo de una familia afín a Nacional que, no obstante ello, nunca censuró mi preferencia por el rival de siempre. La sinápsis en mi se produjo un día que Peñarol perdía 2-0 y el "Zurdo" Viera descontó provocando un grito irracional y desaforado que me dejó inequívocamente prendado a esa camiseta. Claro, tenía 6 años -7 quizá- y en mi universo de campito no cabían los contratistas, los transeros ni la prensa obsecuente. Los barrabravas eran "esos que cantaban" y poco más. Hoy me he vuelto prácticamente radical al respecto. Y digo "prácticamente" porque aún disfruto los 90 minutos de cada partido. Esos que, lamentablemente, legitiman todo lo que viene antes y después, lo que se ve y lo que no. Dejé de ir al fútbol hace tiempo. He ido si a partidos de esos en los que ninguno se juega nada. No puedo entender a los subnormales que hacen de su cuadro la justificación de sus vidas. No me da vergüenza ser hincha de Peñarol pero por mi pueden pasar lustros sin que pise una cancha. Lo que decís sobre quienes matan en nombre de una bandera es muy triste y muy cierto. Lo peor es que la futbolización de la opinión de prensa y público se ha derivado también hacia otro universo que alguna vez supe mirar con cariño e idolatría hacia sus protagonistas: el carnaval. Por suerte, nadie mata en su nombre, pero el sistema que lo avala en lo institucional es humillante para cualquiera. En las radios hay ignorantes, irrespetuosos y clientelistas que miran cada espectáculo con una calculadora en la mano porque, en la mal llamada fiesta popular del Uruguay (aunque comprende unos pocos barrios montevideanos), la historia también la escriben los ganadores. No es casualidad que ambas fiestas populares estén sustentadas por la misma empresa. Qué ilusos si pensamos que la culpa es del monopolio Casalesco. Dentro de la noción de democracia (a veces ilusoria) elegimos someternos a esas dictaduras. No se loco, ya está, claudico: ya somos dos los deprimidos.

benito dijo...

ama-gi: tengo entendido que algunas encuestas habían encontrado un mayor número de adherentes a Nacional que a Peñarol, pero los manyas son clientes más fieles y más consumistas. Mejor negocio, digamos.

t0m: a mí también me parece más noble el boxeo, pero respeto al fútbol en origen y concepto. Lo cual no impide que hoy en día lo considere un negocio vil y una mala influencia. No es la primer cosa que degenera al crecer y dogmatizarse.

daniel: mi viejo también era manya, fanático, pero más allegado al área del básquetbol, donde llego a entrenar alguna vuelta a pesar de ser aún más bajo que yo. No hay nada de malo con ser hincha de Peñarol, por lo general simplemente -y al contrario de lo que sostienen tanto sus hinchas como sus detractores- no quiere decir nada, lo que explico en la respuesta a...

el-warren: lo sorprendente no es tanto la monopolización de los hinchas en esos dos cuadros, sino la desterritorialización absoluta de los mismos. Me pueden cagar a pedos, pero Nacional o Peñarol no se identifican -más que por conceptos perimidos hace décadas- con nada, con ningún barrio, ninguna clase social, ninguna escuela de juego. Los dos mayores cuadros de Argentina -River y Boca- en cambio tienen señales identificatorias de lugar y estilo mucho más marcadas. Aquí lo único que se puede anotar es que los dirigentes de peñarol suelen ser líderes colorados y que sus hinchas suelen matar gente. El resto son reliquias de un pasado que el grueso de su hinchada jamás vivió.

the walrus: el ejemplo de Crimson fue deliberadamente elegido por absurdo (y por predilección personal, es de las pocas bandas de las que me considero fan), y porque todavía en determinados ámbitos de consumo de estímulos la violencia es totalmente ilógica. Pero el de la música rock (al igual que el de la cumbia) es tal vez el más evidentemente infectado por la mentalidad cripto-fascista de las hinchadas. La canción que mencionás ("Hay que saltar") además agrega el insulto de que está escrita sobre una canción anti-policía de Eddy Grant ("Police on my back"), lo cual para mí es como convertir un tema de los Dead Kennedys en un jingle para MTV.

mg dijo...

Excelente post.

Cuántos temas. Casal, Macri, Tabaré, Carlos Bueno. Qué lástima tener que hablar de éstas cosas.

Se te nota enojado.

A Cave lo escuché muy poco, así que no puedo decir nada.

Voy a ver a Nacional cuando puedo, y estoy de acuerdo con lo que decís sobre los hinchas violentos y la violencia que genera el fóbal, ya sea en el estadio, en un toque o en La Paz, pero creo que está claro que no hay muchas cosas que te generen ésa sensación cuando tu equipo gana un clásico o un campeonato.

Saludos.

Robertö dijo...

Defensor ha tenido una conducta cerebral y oportunista. Es menos sumiso que la dirigencia de otros equipos, pero fue cómplice estampando su firma en un contrato que nadie parece haber leído. La desinformación es brutal.

A mi me dolería más que me cantaran que se llevaron a Bueno, Cebolla, y Bisera sin poner un peso que me recordaran que nos comimos 6 en una tarde. Realmente.

Prefiero ver campeón a Danubio o Liverpool que tuvieron la osadía de no votar a los ponchazos algo que no era serio.

El fútbol dejó de ser algo que se comprenda. Hace un par de clásicos filmaban en la tribuna a un pobre diablo saltando con una gallina viva tomada por sus patas como si fuera un trofeo. Esa gente no tiene sentimientos, como canta, tiene un sentimiento mafioso primario que lo expresa de la forma más cavernícola que es capaz. Son indigentes, y para peor inconcientes y violentos.

Quiero que gane Defensor,a pesar de su minúscula y cómplice directiva.

Al menos se quejan a los gritos cuando se la ponen.

Y quiero estar bien lejos de alguien que canta que lo mejor que le pasó en la vida es estar gritando en pedo por un conjunto de millonarios ignorantes. Es demasiado.

pedro dijo...

si, se te nota enojado.
y más enojado vas a estar cuando les ganemos las finales.
LES ganemos. porque yo si me siento parte.
a ver...
comparto contigo cantidad de las cosas que escribiste. pero nada más alejado de esas descripciones que mi forma de ver y sentir (si sentir) el futbol.
creo que hacés un buen análisis y necesario, fundamentalmente el del aspecto político de la cuestión, pero me gustaría trasmitir (para no quedarme tan mal) que hay muchas formas de participar en los acontecimientos sociales como este.
y hay muchas formas de ser hincha de peñarol, muchas más que de defensor, ni hablar.
bueno, dejando el sarcasmo, para mi que estamos demasiado pendientes del avance del pensamiento único y a veces nos parece que el pensamiento es lo único.

benito dijo...

robertö: yo no idealizo en absoluto a Defensor ni a su directiva, simplemente creo que ha tenido una actitud razonablemente digna dentro de una bajeza generalizada. Sin dudas Liverpool, o incluso Danubio, han sido más consecuentes y aguerridos, pero también creo -no como hincha, como uruguayo- que la retirada de Defensor de las finales del 2005, luego del hurto descarado de Gustavo Méndez fue un acto muy significativo, y me llenó de orgullo.

El caso de Bueno, Bisera y Cebolla fue asombroso y coincido en que fue una derrota para Peñarol tan humillante como haber perdido 18 a cero contra un cuadro de baby-fútbol femenino. Pero lo que me dio mucha vergüenza ajena fue el regreso triunfal de Bueno a Pacoñarol; fue como cuando después de una pelea en la cárcel, el tumbero que gana obliga al perdedor a chuparle un poco la pija. Para dejarle bien claro al resto del mundo quién ganó y para que el otro quede sumido en la abyección, en la derrota total. Pero todavía más vergüenza ajena me dio ver a los hinchas de Pacoñarol (me gustó el término) abrazando a Bueno como salvador, como hijo pródigo. No recuerdo haber visto nada más bajo en la historia del fútbol. Y ese es el signo que domina al cuadro más popular del Uruguay. Me dio mucha pena por Fernando Morena, un hombre al que admiro haya jugado donde haya jugado y que, en los días en que el asqueroso de Bueno volvió a Peñarol estaba tan dolido que no podía ni dar hablar con la prensa.

benito dijo...

pedro, mg: sí, estoy enojado pero no porque Defensor tenga que jugar con Peñarol las finales, eso era casi inevitable (fuera con Peñarol o cualquier otro) y en realidad no me importa un carajo. Lo que me enoja es el triunfo -sin voces que lo cuestionen- de lo peor de la lógica tumbera, del pensamiento ultra-capitalista de "perro come perro" y a cagar. Me enoja que esta garcha ocupe todo el escaparate, me enoja que se le venda esta garcha a los pendejos como sucedáneo de auténtica pasión.

No me cabe duda de que no todos los hinchas de Peñarol (si me centro en este cuadro es porque, en este momento, es el genuflexo mascarón de proa de la mafia del fútbol, en algún momento Nacional fue igual y tal vez Defensor lo sea algún día) son así: conozco por ejemplo a pocas personas más generosas y civilizadas que el mejor amigo de mi viejo, que como este lo era es un manya irredimible. Al igual que todos mis mejores amigos del SJB, a quienes acompañé al estadio muchas veces.

Pero a esa gente no la escucho, porque dejaron que los taparan los gritos de los lumpen que festejan asesinatos y golpean en patota a pendejos por una gorra. Eso es lo que Peñarol es ahora, mal que les pese. Y me gustaría decir que es SU problema, pero por desgracia se las han arreglado para que sea problema de todos.

pad dijo...

Benito:

En verdad no es sencillo. Es decir, el futbol es todo eso que describis, pero Marcelo Bielsa es futbol, el Barcelon de Cruyff fue un fenomeno futbolístico, la deliciosa escuela del Ajax, es futbol, y aún el racionalismo estrategico y el sacrificio tactico del futbol tano tambien son hechos que ocurren en ese mundo inculto y barbaro que mencionas.

Es decir, el futbol si es una ventana para poder contemplar la belleza estetica, valorar la actitud de riesgo e inteligencia, y la pasión, cuando llega al extremo de sacrificio y la solidaridad grupal.

Respecto a la identificacion de los grandes, es cierto, pero ocurre algo similar con los propios partidos políticos por ejemplo. Nuestros clubes son instituciones de composición policlasista (por data que he visto que hay una relativa sobre-representacion de sectores populares urbanos entre la hinchada de peñarol, así como una mayor mejor insercion en el interior de nacional), pero no creo que eso los haga mas repulsivos. Quizas, un corte social de la composicion de estos clubes agravaria muchas de la tendencias barbaras en las lealtades partidarias.

Finalmente, no creo que los hinchas de Peñarol sea mas consumidores. Son mas, notoriamente mas, y por tanto hay un mercado mas grande. Pero hay que recordar que los datos de filiacion de Nacional duplican a Peñarol, lo que es en si mismo un gasto fijo en coutas sociales de bastante mayor magnitud. A eso hay que agregar que los ultimos grandes paquetes publicitarios (pepsi, el partido del centenario, las recientes campañas de socios) han estado dirigidas a los hinchas de nacional. Ese año, (el del centenario, 1999) la cantidad de revistas, videos, promociones comerciales que hubo fue notoriamente mayores que las existentes en el año del centenario de peñarol. Creo que hoy particularmente (y la evolucion de los socios puede ser un indicador)Nacional ha explotado exitosamente un segmento de mercado orientados a sectores medios altos y altos que son los que "consumen" futbol: cable, ropa deportiva, coutas de filiacion, abonos etc. Vivo cerca del parque central y la verdad, se ven unas linda cuatro por cuatro que podria ser imputadas al propio Defensor Sporting.

xopxe dijo...

Todo se pudrió cuando lo publicitarios aprendieron a manipular las conductas adictivas. Desde entonces tienen a la humanidad agarrada de las pelotas, y la convierten en un idiota babeante como con un control remoto.

pedro dijo...

asi es el ser humano, mal que nos pese. o por suerte, todavía no decidí.
lo que no puedo es hablar de futbol (en cualquiera de sus temas) sin acordarme de la paliza que LES dimos el domigo a los bolsos, perdón.
y quedate tranqui que es indigna la situación de carlitos bueno y compañia. pero al futbol trato de no usarlo para indignarme. por ahora eso se lo dejo a otros temas. y además, que jugador carlitos, por favor!!! cuando hace un gol, lo hace peñarol, que carajo me importa en ese momento paco casal. me importa que no haga uno el chengue. que es igual de troglodita, por cierto.
si religión viene del latin religar que es unir o juntar, y refiere a mucha gente en un mismo lugar, con un mismo centro de atención y nada dice de lo racional del hecho... entonces yo digo que SOY de peñarol, esa es mi religión. y no es mucho peor que cualquiera de las otras que conozco.

Stephanie Biscomb dijo...

¿Peñarol como religión?

Y.. ta, yo que sé. Ta todo bien. Si en Inglaterra un 0.7% de la población dice ser de la religión Jedi, entonces vos podés tener a Peñarol como religión.

Digo, locos hay en todos lados, ¿no?

(Es más, si te ponés a pensar, el fanatismo exacerbado por el fútbol es quizás bastante similar al fanatismo exacerbado por Star Wars y esas cosas. La única diferencia es que los nerdos se esconden atrás de pantallitas y lo máximo que pueden hacer - en la mayoría de los casos - es tirarte un wtflol o matarte entre asteriscos.)

Anónimo dijo...

"Y quiero estar bien lejos de alguien que canta que lo mejor que le pasó en la vida es estar gritando en pedo por un conjunto de millonarios ignorantes."

Ja ja ja, muy bueno, de verdad.
Yo que sé, como casi todos acá tengo sentimientos ambiguos con este tema. Por momentos me da un profundo asco todo el asunto y por momentos me parece lo más lindo y noble del mundo. Es un lugar común pero Maradona es el símbolo perfecto de todo lo horrible y todo lo hermoso que hay en el fútbol.
Muy buen post, y si, la foto de Carlos Bueno aparece en el diccionario bajo "Desagradable".

Anónimo dijo...

Justamente la polarización nacional-peñarol,hace muy mal al fútbol,y a las cabecitas ignorantes.Este campeonato esta comprado por Pacoñarol,que es el dueño de los derechos de tv, que quiere que haya 6 finales,en cancha "neutral",y que armó el cuadro para ésto,y por supuesto el año que viene o el otro será nacional el beneficiado.Nunca el campeonato es el beneficiado.Los fallos a favor de pacoñarol en este campeonato han sido increíbles,avalados por periodistas que son empleados,o sea, compañeros de trabajo de carlitos bueno...que relativizan un penal a favor o que juegue como sucederá ahora "de visitante pero de local".

daniel dijo...

ya que lo nombraste un par de veces, benito: el nando morena es el único ídolo que tengo. por otros personajes siento infinita admiración, profundo respeto o soy un fan total. pero morena es el único que se ajusta a la palabra ídolo.
si me cuesta dormir, pienso en rodolfo rodríguez llendo a buscar la pelota adentro del arco o me acuerdo de nombres del peñarol de su época como unánue, pizzani, julio césar jiménez, bossio o rubén paz y la quedo en 2 minutos.
y ni hace falta decir que hoy día morena brilla como un diamante dentro del inmundo estercolero que es fútbol en uruguay.
una pregunta: ¿hay alguien más como morena -con algo de dignidad, quiero decir- en este ambiente?

tal vez no haya que relacionar tanto a los barra brava con el fútbol, que en sí mismo no tiene la culpa de sus pobres vidas. como tampoco tiene la culpa de que tengamos unos medios de prensa muy muy pobres, llevados por periodistas con muy, pero muy pocos recursos. como en sí mismo no tiene la culpa de ser el vehículo para los negocios y trapicheos más bajos de unos empresarios muy pero muy ordinarios a los que la suerte del mismo les importa tres carajos.

Tomás Eastman dijo...

Creo que hay que separar algunos tantos.
El fútbol es sin duda uno de los deportes más populares y adictivos del mundo.
Bien o mal jugado, casi siempre mal televisado, acapara la atención de millones de personas en el mundo.
Ahora los que ganan o pierden o empatan son los que juegan. Todo el resto que estamos afuera (los de afuera son de palo) somos eso. De palo.
Los hinchas no ganamos partidos. Nunca
Nos pondrá muy contentos o muy tristes el resultado que obtuvo el equipo de nuestros amores, pero NOSOTROS, LOS DE AFUERA NO LE GANAMOS A NADIE.

benito dijo...

Bueno, ese es uno de los puntos centrales de la hipertrofia del fútbol como fenómeno: la venta de la ilusión de pertenencia y participación. Hoy en día las hinchadas están convencidas de ser el jugador nº12 y de que efectivamente ejercen algún tipo de presión sobre los jugadores. En cierta forma eso es cierto, las hinchadas ejerecen presión, pero solamente sobre los demás espectadores y sobre los propios jugadores, que ya han asumido -al menos en estos países descerebrados- que tienen que colaborar eventualmente con los delincuentes lumpen que dominan estas barras.

Yo, repito al santo pedo, no tengo ningún problema de principios con Peñarol (salvo la horrenda combinación de colores que caracteriza al equipo) y posiblemente el gol que más me festejé en mi vida debe haber sido el de la fiera Aguirre en los descuentos. El problema es en particular el rol actual de Peñarol, que es otra cosa.

Sinceramente no entiendo cómo se puede disfrutar de un triunfo ajeno en semejantes condiciones y sentirlo como propio. Coincido con D.I.T. que al menos otras enajenaciones presentan más claro su carácter de tales y su subjetividad. Es decir; uno puede de pronto considerar a "My Girl" como SU canción porque escuchándola finalmente se pudo clavar a la vecinita de al lado, pero si vas por el mundo diciendo que es tu canción o vas a AGADU intentando cobrar los derechos, posiblemente termines internado. Sin embargo razonamientos así son habituales en las hinchadas de fútbol.

Y no quiero entrar en detalles apreciativos de fútbol, pero decir que Bueno o el Chengue son unos jugadorazos es como decir que mi amigo Eduardo era un jugadorazo porque era el que hacía más goles en nuestros partidos de fútbol 5: si hay dos jugadores mediocres (en el caso de Bueno ni siquiera pudo ser más que un percha en Argentina, que convengamos no tiene los estandars de calidad del Milan) que han vuelto a su país envueltos en fracaso son esos dos. Lo cual no quiere decir que un hincha de Nacional no pueda apreciar los modestos logros locales del Chengue, al fin y al cabo no hay por qué globalizar todos los disfrutes, pero en el caso de Bueno es vil: es un tipo que robó una cantidad de dinero importantísima de Peñarol y que colaboró activamente en el sistema de chantajes que tuvo mucho que ver con el patetismo del cuadro durante los últimos años. El tipo que vino a jugar sólo siendo parte del paquete coercitivo de Paco Casal, paquete solamente negociado después de que se aceptara el despido en condiciones públicas humillantes del último técnico que consiguió algo por el cuadro (G.Pérez), que ni siquiera era un opositor de Casal sino simplemente no era uno de sus empleados obsecuentes....

Digo; para mí lo importante hoy en día es el combate directo contra la concepción misma de "hincha" y contra la difusión indiscriminada en todos los estratos culturales de la (anti)moral de la cultura futbolística. Y la disminución de los espacios dedicados a esta función de circo.

Pero al mismo tiempo, si nos metemos dentro de una lógica futbolística más o menos sensata y de afectos respetables, el festejar y apoyar a un cuadro -sea Peñarol o Defensor- armado en las condiciones en las que lo fue Pacoñarol, me parece casi una expresión de odio hacia el propio cuadro. Me parece exactemente igual a limpiarse el culo con una foto de Morena o de Spencer. Sinceramente.

Walter Hego dijo...

Me parece que, en buena parte, el problema es esa tendencia tan humana a formar parte de un grupo, a sentirse integrante de una masa que a la vez es más y menos que cada individuo que la integra.

Más, porque la masa puede lograr cosas que, afortunadamente, a una persona aislada le resultan imposibles. Menos, porque creo que el coeficiente intelectual de una masa, si es que puede hablarse de tal cosa, es incluso mucho menor que el del componente individual más intelectualmente pobre. Las hinchadas no piensan: actúan ciegamente y movidas por algunos de los peores impulsos humanos.

Como decía la penosa "traducción" al castellano del título de aquella película, Deliverance, la violencia está en nosotros. Y cuando nos juntamos en patota (que no otra cosa es una verdadera hinchada de fútbol), la violencia propia de cada uno de los elementos que la forman -y que, por supuesto, se genera por una muy compleja serie de factores individuales y sociales-, se potencia hasta el infinito.

La identidad de las patotas u hordas depende de la existencia de un otro (un grupo similar, generalmente, pero también un individuo, en ocasiones) al que se siente enemigo. Las hinchadas de fútbol y otros deportes; los partidarios de un líder político carismático y enfermo; las catervas de linchadores y otras lindezas -incluso los ejércitos, en muchas ocasiones- existen en función de un otro (grupal o individual, como decía) al que hay que masacrar.

Se podrá argüir que la diferencia entre una hinchada y los otros grupos que mencioné es que la destrucción de un enemigo es la única razón de ser de éstos, mientras que, teóricamente, los grupos de seguidores de un determinado club deportivo existen simplemente para alentar colectivamente al equipo. Pero se sabe que la línea que separa ese fin del de dar rienda suelta a la bestialidad infrahumana es tan tenue que con demasiada frecuencia termina por borrarse.

Capaz que digo perogrulladas, pero bueno, estoy pensando en voz alta, nomás.

Tomás Eastman dijo...

insistiendo sobre la nula importancia de las hinchadas. Hoy cancha de San Lorenzo. El local con todo el empuje y el "aguante" de su hinchada no pudo con Liga de Quito. Sobran las palabras

Ama-gi dijo...

No se porque no llegó mi comentario anterior. Vamos de vuelta.

Hay una tesis hecha en la facultad de sociología, que trata sobre el imaginario simbólico que hay alrededor de los equipos grandes, a través de la prensa y de los hinchas. Si bien estoy de acuerdo con el ejemplo del superclásico argentino, y es obvio que los grandes locales no tienen identidades diferenciadas como las que pueden tener Celtic y Rangers Real Madrid-Barcelona o Lazio y Roma, todavía existen diferencias como lo demuestra el estudio.

Siempre existió el concepto de Nacional como el equipo de plata y Peñarol como el popular. Nunca fue tan así, como lo demuestra la coloradísima elite gobernante manya, y ahora esto se diluyó todavía más con la degradación socioeconómica del país. También esta la imagen de Peñarol como el cuadro con huevo, y Nacional como el cuadro con fútbol de pelota al piso. Obviamente, con el desastre del fútbol uruguayo, esto está también diluido, aunque aún en los últimos años Nacional ha tenido tibios intentos de jugar al fútbol que no se han visto en la vereda de enfrente. Estos dos componentes, si bien no están tan marcados como antes en la realidad empírica, siguen estando muy marcados en el imaginario.

Las encuestas de popularidad han dado a ambos grandes en el primer lugar, casi siempre por menos del margen de error estadístico, y oscilando de acuerdo a los momentos deportivos de cada uno. La paridad de hinchas es casi un hecho, y Nacional es el vendedor máximo de entradas y tiene un caudal social históricamente mayor (Hoy la diferencia es abrumadora: más del doble de socios pagando más del doble de cuota) pero Peñarol conserva el capital simbólico de ser el equipo de gente de clase baja,
macho, que gana de atrás (Lo cual también es paradójico porque Nacional remontó más clásicos), y no necesita preocuparse por la excelencia técnica, táctica y física, ridiculez mayúscula que el fútbol uruguayo hace muy poco que descubrió que es una pavada total lo que nos atrasó enormemente. Por esto, por ser el equipo de mas hinchas en Montevideo que es donde se concentra el mal llamado fútbol uruguayo, y probablemente también por la violencia de su hinchada (que quizás no sea mayor que la de los demás, pero que en su caso el balazo dio donde no tenía que dar), es que se lo considera habitualmente como el más popular. Eso difícilmente cambie en los próximos años.

A lo que dijo Pad sobre la comercialización, hay que agregar la preocupación obvia de los dirigentes de Nacional de aprovechar un capital simbólico que estaba medio oculto, pero que siempre se tuvo por encima del manya: la institución. Juveniles, cancha, actividades como la del Parque Central que se va a hacer el 25, “Cultura Nacional” etc. Esto Peñarol no lo tiene. Y los dirigentes de Nacional, conscientes del proceso de racionalización técnica y económica que vivió el fútbol en las últimas décadas, están haciendo un trabajo modesto, limitado por las condiciones del fútbol local y del país, pero bastante serio. Eso si: si al final el principal patrimonio del club, que son los jugadores formados en sus juveniles, son regalados a la pacobanda como se ha venido haciendo, es difícil que ese trabajo termine de cerrar.

Sobre las muertes, que decir. El ser humano mata por lo que considera importante. El tema es ver como se llegó a que el fútbol sea considerado algo TAN importante.

Robertö dijo...

El argumento de Warren es sumamente incompleto.

Jugar de local o visitante tiene varios factores de incidencia. Es como hacer un levante en un boliche que uno frecuenta y que conoce al detalle o hacerlo en un lugar sumamente hostíl observado por miradas amenazantes. Cualquiera prefiere trabajar tranquilo, en un sitio donde tiene más cantidad de variables bajo control. Y sobre todo que la masa sea amistosa. Si fuera el único factor directamente no se jugarían los partidos y se contratarían hinchas y no jugadores, pero eso no implica que no afecte.

La final a la que Defensor no se presentó y puso orgulloso a Benito el único resultado que tuvo fue que Mendez fuera expulsado del arbitraje. No fue una gran victoria política dado que en los hechos nunca más Peñarol permitiría que le arbitre y sería raro que lo permitiera algún rival de Nacional. O sea, fue como matar un fiambre.
Y como valor ètico me parece sumamente incoherente no presentarse a finales y presentarse al resto de los partidos desde aquel momento hasta ahora. En el medio votó la continuidad de toda esta berretada. También especuló cuando Casal vaciaba alternativamente y debilitaba a los cuadros grandes pera ver si lograba su campeonatito. Me llama la atención Benito tu juicio "razonablemente digno". Estaría más acorde en esta página hablar de primates deglutidores de pelotillas de mierda que de dignos razonables.
Pero bueno, cada uno tiene su corazoncito.

Hoy hablabamos en el trabajo sobre el arbitraje de Méndez y unos hinchas de nacional me daban el argumento del penal a favor de Rocha que cobró y que Magureguy, creo, tiró a la tribuna. Es un argumento efectivo, pero viendo el partido recuerdo que en determinado momento al arbitro le hizo un click y comenzó a hacer todo lo posible para que Rocha no pasara la mitad de la cancha, incluyendo darle la ley de ventaja a un jugador de Rocha que se venía cayendo para que terminara perdiendo la pelota o ir a buscar una pelota, que el mismo Oscar Morales había puesto en el banderín del corner porque el mismo había pateado, para dar el saque de arco, pasarsela al golero de Nacional y salir corriendo presuroso a la mitad de la cancha esperando el rápido ataque de Nacional. Pasara lo que pasara iba a cobrar el penal que cobró porque roces hay siempre y difícilmente quedara desautorizado. Pero igual hay hinchas de nacional que lo defienden. Fue raro, y para mi hubo un clik mental alrededor de los 40 minutos del segundo tiempo y que solo Méndez debe saber los motivos.

Estoy de acuerdo con Benito que es una burla alegrarse por un campeonato tan visiblemente flechado por la incidencia del dueño de los jugadores, lo distinto a otras veces es que Nacional pudo lograr que no lo debilitaran e incluso traer algún refuerzo interesante que equilibró un poco las fuerzas. A Defensor le arrebataron la línea final y a Danubio lo persiguieron extrañamente los jueces hasta que hoy día es un cuadro moralmente derrumbado. Y River no jode. Está dirigido (bien) por un tipo que no podía citar a Abreu a la selección y no lo denunció nunca.

Así no tiene gracia, pero en un país donde hay más operadores de prensa que público no cabe duda que la gente va a terminar vivando a PEñarol.

Hace unos años cuando Casal se llevó los jugadores de Peñarol, Silvia Pérez le alcanzó a preguntar si era conciente que no tenía buena imágen con la gente. Le respondió convencido que la imagen de la gente se puede cambiar.

A mi me recuerda a cuando en Argentina todos los medios repetían que la ex mujer de Menem estaba loca por hablar de que su hijo murió en un atentado. Muy poca gente le daba crédito a esa mujer. Los medios tienen eso, engañan a casi todo el mundo, y eso basta para llenar estadios.

benito dijo...

Parece que el párrafo entero que dediqué a mi relación con Defensor no sirvió de un carajo, o no había ganas de leerlo: soy socio de Defensor, es el club de mi barrio en el que practico (escasamente) deportes. Me gusta el lugar (originalmente el club Sporting, no lo olvido), al igual que a otros miles de montevideanos del barrio que también asisten al club, muchos de ellos siendo hinchas de otros clubes. Este es el motivo simple por el que Defensor ha mantenido saneada su economía: porque no depende exclusivamente de Casal para su economía. Me hice seguidor de Defensor cuando en la misma semana, en los años 70, cuando yo era muy, muy chiquito, mi padrino -manya absoluto como mi viejo y todos sus amigos (y todos mis amigos) me llevó a ver a Peñarol contra Defensor y Defensor le metió cinco goles. En esos días en el barrio regalaron algunas remeras de la farola y yo, que no me había decidido aún por ningún cuadro, me decidí.

No soy un hincha; me alegro moderadamente cuando Defensor gana y no me entristezco cuando pierde. Pero sí me dio orgullo cuando no se presentó a ese partido. Fue un buen gesto porque fue algo que no se hace. Mal que te pese robertö fue algo que tuvo una enorme incidencia en la defenestración de Méndez, que de lo contrario hubiera seguido en la calesita de los árbitros de Casal: siendo rechazado por Peñarol o Nacional cuando están fuera de gracia con el Padrino y siendo aceptado cuando están reconciliados. El gesto de Defensor fue el que lo tiró de la calesita y fue un buen gesto, lo otro fueron payasadas. ¿Qué Defensor debería haberse retirado de los campeonatos después de eso, como si fuera la BCG del fútbol? Y, en una de esas sí, pero sigue siendo un cuadro de fútbol, no una empresa de desinfección. ¿Qué hay un montón de arreglos con Tenfield que no debió haber suscrito? También, pero todos sabemos qué cuadros inclinaron la balanza ahí. Yo no justifico todas las cosas que han hecho los dirigentes de Defensor, a quienes no conozco y de los que no tengo buenas referencias. Pero por lo menos no me han hecho pasar una vergúenza pública similar a lo de Bueno, ni han ido sus técnicos a besar anillos en público a la sede Tenfield. ¿Se puede pedir más? Por supuesto, pero a mí el fútbol no me interesa tanto más. Me alegra de seguir a un club cuya economía depende más de las clases de natación para pendejos que del trata de jugadores.

Me hincha muchísimo las pelotas cuando se trata de justificar cualquier cosa aplicando la comparación de esqueletos relativos, tipo, "vos qué criticás a Bengoa si una vez te afanaste una ficha de cien pesos del casino de La Paloma..." Yo no creo en los absolutos, creo en la dificil facultad de discernir entre lo admisible y lo inadmisible. ¿Qué parte de "razonablemente" es la que no se entiende? ¿por qué pensás que sólo puedo hablar de los primates que se comen las pelotillas o modelar insultos y no de lo que considero digno? ¿por qué en una argumentación que se ha basado casi por completo en lo racional en oposición a la justificación de lo irracional por el sentimiento me encajás una botijeada como lo del "corazoncito"?

Por último; pad decía por ahí que en el Parque Central ha visto 4x4 que no desentonarían en el Franzini. Yo tengo que decir que si hay algo que jamás vi en el Franzini ni en ningún sitio donde haya visto a Defensor son millonarios ostentosos. De hecho la clase social de los seguidores del cuadro es asombrosamente homogénea: más alta en términos económicos y culturales -en relación a formación de estudios- que la de cualquier otro cuadro, pero sin picos de riqueza o marginalidad. Nunca jamás conocí a un millonario -y conozco varios- que fuera de Defensor. Casi inevitablemente son de alguno de los cuadros grandes (aunque he conocido alguno de Wanderers, cuadro que supo ser el más patricio de todos hace un millón de años).

Pero si esto se convierte en una discusión entre el hincha de Defensor resentido y los auténticos hinchas, entonces escribí al pedo.

(Dicho sea de paso; antes de empezar a hacer natación en el Defensor, el club donde practiqué deportes antes -y en forma gratuita- fue Peñarol, en donde al menos hasta hace algunos años se podía ir a hacer boxeo sin garpar ni un mango).

Robertö dijo...

Justamente por todas las cosas que mencionás me parece que de Defensor se podría esperar algo más "razonablemente" digno. No puedo esperar independencia de equipos que para empezar el campeonato tienen que salir a pedir electrodomésticos usados a los vecinos para rematarlos en la sede, o hacer peajes en sus modestas callejuelas pidiéndole cualquier monedita a los vecinos.O sea, que en definitiva son carne mucho más fácil para la extorsión o el amiguismo, según el caso.

Políticamente Defensor cabildea y no hace lo mismo que hacen Liverpool y Danubio (que no es nada más que lo que corresponde) porque especula. Y eso no es digno ni hay términos medios y tiene el mismo valor que decir "yo a veces soy digno".

Uno no se deja meter el dedo en el culo razonablemente no hay relatividad posible. Se deja o no se deja. Cuando dejó de jugar las finales, creo que bajo alguna amenaza de multa incluso por cagar el circo,por una vez, no se dejó.


Y si, Defensor no "te" provocó la enorme verguenza de un caso como el de Bueno, fue porque cuando tuvo un jugador potencialmente semejante lo vendió en cuotas de unos pocos dólares y permitió que se lo sacaran un rato antes de un partido internacional en Paraguay. Claro que te evitaron la verguenza del caso Bueno, andá a decirle a Paco que no estás de acuerdo con lo que te está pagando y que encima vos querés hacer la transferencia de club a club como indican las leyes.
Yo preferiría haber librado esa batalla,la verdad, como lo hizo Damiani viejo y como lo hace más visiblemente Alarcón, ahora.

Lo que te molestó que dije fue por la presunción mía de que si las mismas actitudes fueran en otros niveles u otras instituciones lo calificarías con una verborragia más cáustica pero esa es una subjetividad propia de quien lee acá desde hace un tiempo y no tiene mucho más valor que ese. Si querès modifico la frase por "todo el mundo tiene su corazoncito menos Benito" pero eso no quita que racionalizar acerca de las cosas cercanas al sentimiento no sea un huevo. La dejo por acá. Aclaro que no me resulta interesante botijear a nadie y por acá anonimamente y a la distancia todavía tendría menos valor si es que tuviera alguno.

jardinero escéptico dijo...

Benito, un saludo. Hasta ahora no había participado más que como eventual lector, pero acá me interesó tirar alguna punta.
Compartiendo todo el rechazo y desprecio hacia las manifestaciones violentas, descerebradas y fascistoides que emergen del fanatismo futbolero, no creo que la dicotomía “cultura futbolera” – “cultura cultura” sea clarificadora de nada. No lo afirmas con esas palabras pero se desprende de tu post el enfrentamiento a lo que creo que erróneamente definís como “cultura futbolera” desde el discurso de la profesora de literatura. Creo que es válido y necesario reivindicar una parte de la cultura futbolera que es no sólo parte indisociable de lo que vulgarmente se define como nuestra identidad, sino expresión sana de disfrute por un deporte y por una manifestación social, que no necesariamente tiene que estar identificada con las expresiones extremas de patoterismo. Lo que vos identificás bien como conductas cobardes y retrógradas que se expresan como un “… sentimiento que no puede parar” es algo mucho más parcial y reducido que “cultura futbolera”. La manera mas ajustada de definir esa tragedia social es “el fanatismo”, o si querés una denominción más específica la “cultura barra brava” (querías oxímoron?). Y ese fanatismo es tan despreciable y peligroso cuando se expresa en el barra brava que cuando esta detrás del devoto religioso del militante político, o de un ridículo ricotero.
La degradación cultural de una parte de la sociedad es tan profunda que hace que estos fanatismos revienten como un grano de pus por donde encuentran una válvula de escape. Y el fútbol es una oportunidad perfecta para que esa peste se exprese. Pero también lo son muchas otras, la salida del interbailable, la puerta del liceo, o el acto politico peronista como pudimos ver ayer.
Quienes estamos dispuestos cada tanto a disfrutar, o a menudo a sufrir viendo un partido de futbol, y lo hacemos sin vergüenza, tenemos que reivindicar el derecho a poder hacerlo. Hay que reivindicar la cultura futbolera que no necesita separación de hinchadas, la que “puede parar” y sabe dónde hay que parar, la que no logra entender esa necesidad descontrolada de cagar a puteadas a la madre del juez y de los hinchas rivales durante noventa minutos, la que reflejan las palabras del loco Abreu, cuando le preguntaron por la trágica situación de River después del partido con San Lorenzo y recordó, con una lucidez admirable, que tragedia es lo que pasó hace unos días en Birmania con el paso del ciclón Nargis.
En cuanto a la referencia final de Nick Cave, francamente me parece una bravuconada propia de barra brava. ¿Quién carajo te obliga a elegir entre ser un triste heroinómano o un estúpido fanático? Pero creo que no agrega demasiado seguir por ese lado.

pad dijo...

Creo que fui mal interpretado. Mi alusion a las 4x4 era justamente resaltar la existencia de segmento de hinchas en Nacional separados de la media, cuando eso usualmente se le ha imputado a defensor por su ubicacion geografica. O sea la mencion realizada iba en la direccion de desmitificar la composion de elites de equipos como defensor, o diversos equipos del prado. Todo eso es muy dificil de precisar sin datos en la mano.

Profundizando en el punto, siendo yo hincha de nacional no puedo mas que asombrarme como el proceso de cierto emprolijamiento institucional puede hacerse reforzando el vinculo de la institucion con ciertos estratos, lo cual para mi es un problema. Es decir, el hecho de que Nacional construya un estadio en donde los abonos ocupan cada vez mas espacios en la tribuna, y en donde vergonzosamente los taludes siguen siendo sin asientos, con pesima vision de cancha, creo que refleja hacia donde quiere expandir la cobertura a nivel institucional.

Vivo a dos cuadras del parque y es claro que los eventos deportivos que alli se desarrollan han perdido heterogeneidad en su composicion. Si uno no tiene abono, y quiere pagar una popular estara condenado a ver el partido en la talud, en pesimas condiciones, y rodeados de los mercenarios rentados.

benito dijo...

robertö: insisto, Defensor no es mi modelo de conducta en relación a Casal; en realidad no hay ni un cuadro que lo sea, porque en las circunstancias actuales enfrentarse a Casal es como ser gremialista en una fábrica en la que no hay un gremio. Y donde además los compañeros no apoyan. Yo lo que digo es que Defensor ha peleado sus batallas -no sólo en el caso de Méndez- y no tuvo que hacer una claudicación pública (menos a meses escasos de haber ganado una elección asegurando ser la alternativa a Casal) como la de Damiani Jr., hoy en día de rodillas ante el hombre que se ufanó públicamente de haber abofeteado a su anciano padre. Pero mi modelo de actitud ante Casal no es Defensor, sino un manya: Fernando Morena, ese al que Peñarol hoy en día trata como si tuviera lepra.

jardinero: coincido contigo con tu simpatía con el Loco Abreu, uno de los jugadores de fútbol más carismáticos -y lúcidos- que haya visto en los últimos tiempos.

Pero coincido sólo parcialmente en la socialización total del problema; sin dudas que hay montones de cosas relacionadas con los problemas sociales que influyen directamente sobre la violencia en el entorno deportivo, pero la cultura futbolística actual es el espacio que la legitima y la amplifica. De hecho es algo presente también en sociedades que no tienen los problemas económicos de las nuestras.

En relación a lo de Cave, no sólo no me parece una bravuconada sino que me parece algo muy sincero; Cave ha sido un hombre con históricos problemas de drogas, y dudo que hoy en día, ya cincuentón, esté totalmente libre de ellos. Pero al mismo tiempo es un artista existoso, activo y creativo, y por lo que se sabe un buen padre. Sin embargo al entrevistador le parece válido preguntarle, indirectamente, si no es una suerte de padre-mala influencia. Y el responde que no, porque sabe que una adicción, incluso a una droga complicada como la heroína, no necesariamente inhabilita la percepción de la realidad, no obstante lo cual es una conducta estigmatizada y condenada en una cultura en la que el deporte y el cuidado del cuerpo están totalmente hipertrofiados como valor.

Una buena prueba de la confusión de tantos es el programa que Tabaré implementó para que los adictos a las drogas se dediquen a hacer boxeo. Ahora, yo adoro el boxeo y me parece el más noble de los deportes, pero su practica en competencia daña más la salud que la heroína y la frula juntas. Y el dominio de su disciplina es, literalmente, la adquisición de un arma. Y la cultura del deporte festeja que a un adicto que se está haciendo daño a si mismo con drogas se convierta en alguien que deja que le hagan daño encima de un ring y, en el medio, aprende a usar un arma con la que puede dañar a otros. Es de locos.

Ama-gi dijo...

"Y ese fanatismo es tan despreciable y peligroso cuando se expresa en el barra brava que cuando esta detrás del devoto religioso del militante político"

Jardinero, me parece que estás exagerando. Ninguna barra brava, por más mal que haya hecho, mató millones de personas en una cruzada, holocausto, o gulag.

Anónimo dijo...

Son tiempos extraños porque como bien decis el cuidado del cuerpo y(mas que nada de la estetica o el rendimiento) esta hipertrofiado como valor, sin embargo nunca hubo mas gente con obesidad ni tanto sedentarismo, es algo que tironea desde dos lados opuestos.

Walter Hego dijo...

Benito: ¿Podrías explicar un poco eso de la "nobleza" del boxeo?

Ojo, no es una pregunta retórica. Es decir, no es una manera de decir que no estoy de acuerdo, sino que realmente no me doy cuenta de a qué te referís.

mg dijo...

Benito disculpá el off-topic y si querés no publiques esto, pero me parece que hay algo que deberías ver: http://dondeeltoldoaletea.blogspot.com

Creo que hay algunas cosas ahí que te van a resultar familiares.

Ansina dijo...

Me llamó la atención tu manera de ver el caso Bueno-Bizera-Cebolla. Con independencia de cualquier otra evaluación sobre Carlos Bueno como persona o como personaje, y de los intereses que llevaron a Casal a comportarse como se comportó en esa historia, desde mi punto de vista lo más importante de aquel problema fue que puso en evidencia una forma anacrónica de relación entre los clubes uruguayos y sus jugadores: la que permitía a los primeros sentirse dueños de "dejar libres" o de "declarar en rebeldía" (o sea, de no "dejar libres") a muchachos de veintipico con ganas de trabajar en otro país. En cualquier laburo legal del mundo, si alguien quiere irse renuncia, y lo peor que le puede pasar es que se vea obligado a pagar una multa por rescisión unilateral de contrato, pero no sucede que el empleador tenga la potestad de retenerlo contra su voluntad. La ignorancia soberbia y mal asesorada de los Damiani los convenció de que podían ganar ese partido ante la FIFA, y terminaron pagando por hacer un papelón internacional. Creo que gran parte de los hinchas de Peñarol se paró mal en esa historia, y si después de sentir que Bueno era un "traidor" decidieron volver a idolatrarlo, problema de ellos. En todo caso, a mi el episodio no me agrega nada en contra del tipo.

Anónimo dijo...

Benito.
estoy de acuerdo con vos y es un problema que me me tiene bastante preocupado ultimamente.
veo, incrédulo, como alguna gente a la que considero muy inteligente y culta, se vuelve absolutamente estúpida y patética a la hora de hablar de fútbol. Como si no tuviesen continuidad entre sus formas afuera de ese tema y adentro.

Como si la temática futbolísitca autorizase la inversión de códigos éticos. Podemos estar de acuerdo en que el fútbol, como todo, tiene sus especificidades, pero creer que hay reglas y éticas que valen adentro de la cancha, como la xenofobia, la violencia, el racismo y la discriminación, es cobarde, "maricón, puto", por decirlo en términos de cancha.

El fútbol ya no tiene nada que ver con el deporte. En ninguna cancha se habla de fútbol. No cantamos "ponelo de enganche", o "mete un zurdo que tire centros envenenados" (sería complicada de cantar esta). Cantamos canciones sobre achurar a los hinchas rivales, ser cagón, aguantar y "correr".

no existe el fútbol actual y los barra bravas como cosas disociadas. la gente que va a la cancha, los medios, la Afa, son todos criminales.

Pero los barras son los que ejecutan.

Cuando "la gente común que va a la cancha" grita "chicago sos cagón, te caemos con los fierros y corressss" están siendo cómplices de esa violencia.

---
sobre Nick Cave. Sin saber y conjeturando sobre la nada: tal vez que no te termine de cerrar sea porque te falta escuchar el mejor Cave. El de "Tender Prey", "Henry's Dream" o "The Good Son", "The Firstborn is dead".

Ese Cave, que no es el baladista de Into my arms o No More Shall we part (discos que me encantan también), ni el pendejo sacado de The Birthday Party, es uno de esos artistas gigantes, profundos y, porque no decirlo, geniales.

si podés escuchar The Mercy Seat (LA canción de Cave)... esa canción es la justicia encarnada.

saludos.

jardinero escéptico dijo...

Benito, creo que esas sociedades, que tienen bastante mas resuelto que nosotros las necesidades básicas de la gente, lograron controlar de manera bastante asombrosa las desviaciones mas animales del fanatismo, y hoy podés ver que entre la tribuna y la cancha suele no haber alambrado, algo impensable en estos países.
Acá el tema es mucho más complejo justamente porque la miseria en que vive un amplio sector de la sociedad genera un caldo de cultivo óptimo para la reproducción de la cultura barra-brava, donde la violencia no es un hecho excepcional sino un dato rutinario de la vida diaria para mucha gente.
Insisto en reivindicar una cultura futbolera que se anima a vivir el fútbol con placer – o con bronca cuando te toca, pero donde no hay lugar para el barra descerebrado. Capaz que estoy diciendo lo mismo que vos cuando decís que “la (in)cultura del fútbol, algo que no tiene nada que ver con el deporte, debe ser rechazada y combatida...” , solo que me interesa hacer esa salvedad. No creo que reivindicar esto hoy sea un reflejo de una intelectualidad culposa ante los fenómenos culturales. Si eso existió alguna vez, visto en perspectiva, fue un avance histórico que permitió superar una concepción academicista que recluía a todo intelectual en una pose arcaica y elitista, que despreciaba cualquier expresión popular, o a lo sumo las consideraba como una sub-categoría alejada de los valores elevados de la cultura con mayúsculas.

Para analizar las palabras de Cave habría que saber en qué esta pensando cuando imagina a su hijo entrando a su casa con una camiseta y unas cervezas a ver el partido por la tv, si es una imagen metafórica de un comportamiento supuestamente atribuible a un estúpido hooligan, vaya y pase; si es literalmente lo que esta diciendo, lo sigo viendo como una pendejada digna de un aspirante a asusta-viejas como escanlar.
Con respecto a que en nuestras sociedades el deporte este hipertrofiado como valor, me desconcierta. Sobre todo en un país que hasta ahora no tenía educación física como materia obligatoria en los liceos. Mas bien creo que lo que esta hipertrofiado es el uso a través de los medios, de imágenes de fisicos atléticos como sinónimo perfección y paradigma único de belleza.

Ama-gi: claro que no se puede comparar el daño global del fanatismo deportivo con sus versiones religiosas o políticas. En esos casos al cóctel irracional se le suma la perversidad del poder institucional. (aunque en el caso de la religión creo que hay componentes arraigados a la propia esencia de la fe, que lleva implícita una dosis no menor de dogmatismo e irracionalidad muy fácilmente canalizable hacia la violencia)
Cuando hice la referencia pensaba en la actitud individual del fanático en tanto persona. Y ahí poco importa si está moliendo a palos al tipo en el suelo porque tiene una camiseta equivocada, porque esta enfrentado a los camioneros de moyano, o porque le rezaba a un dios con otro nombre.

Agustin Acevedo Kanopa dijo...

En mi caso, el fútbol siempre resultó algo más que un espectáculo, teniendo un punto de vista más cercano frente a mucho de lo que sucede dentro y fuera de la cancha. Podría haber optado por repudiarlo, pero a fin de cuentas, si hubiera tomado esta postura, mi vida, personal y familiar -que siempre dependió económica y emocionalmente de dicho deporte- me habría resultado insoportable.
Soy de Nacional por cuestiones difíciles descifrar -tendría que haber sido de Defensor, cuadro en el que jugaba mi padre antes de que yo naciera, o a su defecto de Peñarol, representado fervorosamente por el grueso de mi familia paterna- pero ello nunca me ha hecho ciego a todas las cagadas y maquinaciones corruptas que se ha mandado el club, así también como el hecho de reconocer que en partidos como los del domingo pasado, perdimos patéticamente. Quizás es por haber ido siempre al palco, y no a la Amsterdam o la Colombes, que mi posición con respecto a ser espectador de fútbol es casi igual que la música: como en los toques que me importan, me gusta poder ver bien el partido, estar lúcido para no perderme ningún detalle, desde una vista horizontal que me permita ver igualmente bien lo que pasa en los dos arcos. Un par de veces fui con amigos a la Amsterdam -incluso al talud y aquello no me gustó. Mucho macho, pero la mayoría de espaldas a la cancha. Y esto es porque una particularidad de las hinchadas de ahora es que no son hinchas del equipo, son hinchas de la hinchada del equipo. Esta es una diferencia abismal, y es por esto que en cierto punto retruca lo del voyeurismo expuesto por benito, pero en vez de desacreditar lo que dice, potencia tenebrosamente los efectos que describe.
A unos cuantos miles de kilómetros de distancia, en mi corto periplo por los mega estadios mexicanos vi la otra cara de la moneda. Ahí el fútbol se vive como un espectáculo, tal como si tocara en un palenque Vicente Fernández o Luis Miguel. La gente ve el partido el 10% del tiempo mientras se ocupan en otras cosas como corear canciones tan tibias como las de Locodevos, comer -pero COMER-, emborracharse y putear a la mascota oficial del equipo -en Mexico la incorporación culutural de gestos norteamericanos es bastante triste-. Una vez que termina el partido, uno puede salir del Jalisco en una derrota de Chivas 5 a 0 por el América y ver a los hinchas albirrojos cagándose de la risa, hablando de cualquier cosa como si aquello hubiese sido una obra de teatro que baja el telón. Una vez ahí me di cuenta de que faltaba algo. Personalmente mantengo que no tendría que haber diferencia alguna entre el fútbol y cualquier tipo de arte, y ciertamente, en casos como Maradona, George Best, o Georghe Hagi uno no puede presenciar aquello como un nuevo tipo de danza. Incluso, para los que tenemos la suerte de tener en vhs partidos enteros de la Naranja Mecánica, aceitada y en pleno funcionamiento, podemos pensar aquello como una coreografía funcionando en perfecta sincronía contra las fuerzas de la naturaleza y los otros equipos. Antes de que la gente me impute de algo, sí, el fútbol uruguayo está mal, y difícilmente se lo pueda asemejar con arte, pero hay que remarcar que la música también tiene sus Don Omar, Trostsky Vengarán y Pier. A lo que voy con este rodeo, es que- por lo menos, para mí- el arte tiene que conmover -emocional o intelectualmente-, y ciertamente en esos partidos de guante blanco, por más que todo el dinero del narco permita contratar jugadores mucho más interesantes que el Pollo Olivera, aquello es un espectáculo, un espectáculo presenciado fríamente por la gente menos fría del planeta.
Y aquello tampoco me gusta.
Un poco -solo un poco- de pasión no le hace mal a nadie.

Agustin Acevedo Kanopa dijo...

Ah, y el Loco Abreu es el único personaje que el fútbol uruguayo ha dado en la última década.
Acá un post inspirado en su penal suicida ante Brasil

pad dijo...

El otro dia dos conocidos fueron a ver al "bombon asesino". Estaban todos: el cachete, Salgado, politicos de uno y otro lado, y fiolos, y mas fiolos. Arriba del ring un pobre argentino con zapatillas de cuarta era bombeado a palos, al grito orgasmico de estas ratas de caño con cadenitas a cuestas. Si ese entorno, si es pobre desgraciado que lo trajeron a que se dejara romper la cabeza por dos putos pesos, da señales de nobleza es porque estamos mas jodidos de lo que pensaba.¿Eso es menos barbaro que el futbol, por mas odio y rechazo que uno le tenga a paco, peñarol, julio rios, y carlitos bueno?.

Miro al gran Clay, un ejemplo de dignidad y compromiso hecho mierda y la verdad que piendo que el deporte que el eligio le retribuyó sus buenos gestos de la forma mas indigna posible. Veo a ese enfermo mental de Tyson, un tipo aborrecible, una bestia humana que solo fue lo que fue por ser lo menos humano que hay sobre la tierra, y pienso que ese maldito deporte le dio mucho mas de lo que merecia. Yo no veo la nobleza en ningun lado.

Y bueno, la comparacion del heroinomano con el barra brava...Me parece poner al rock y al futbol en pedestales opuestos falsamente asignados. Uno manipulando la seleccion de los casos, podria poner al tipo hincha pasional del futbol que retrata Agustin capaz de disfrutar del buen futbol, de la buena jugada, cinico respecto a los entramados de poder con los cuales debe lidiar solo porque ama ese juego, y enfrente al loquito tribunero del rock que se pega lo que le viene a la mano, agita esos putos acordes que le dan los medios, y se hace el rebelde mostrandole el culo a una pobre vieja en una parada de omnibus. Asi la comparacion adquiere otro sentido. ¿De que lado esta la idiotización mediocre?.

Gerardo Miranda dijo...

Uno de los problemas del fútbol uruguayo,asociado a ese bipartidismo de nacional-peñarol,es que no es uruguayo,es montevideano.Incluso con tacuarembó y juvetud en primera,y aunque suba cerro largo será así.Recoredmos que peñarol compra las localías con unos pesos y a otra cosa.A la mierda integración,a la mierda el hay que llevar el fútbol al interior,todo.Si las ciudades del interior, aunque no todas,tuviesen un equipo el campeonato sería mucho mejor y generaría mas dinero.La plata que reparte tenfield por los derechos de televisación se reparte 50% para nacional y peñarol y el resto para todos los demas.El tribunal de penas se compone de miembros de nacional y peñarol seguro, y despues quizá algun otro....Incluso es raro como los hinchas de nacional y peñarol se indignan con un fallo dividido en contra de ellos...

Anónimo dijo...

Gran post.

El primer partido al que fui en mi vida fue Nacional - Cerro, en el viejo Parque Central, no recuerdo ninguna incidencia del juego, pero no me olvido más de que cuando llegué a casa, un amigo de mi hermana me dijo "mataron un hincha de Nacional".

Hoy, 12 años después, sigo yendo al fútbol esporádicamente, menos de los que me gustaría, entre otras cosas, por el inmundo ambiente que te tenés que fumar.

Hace poco fui al memorable 6-3 con River, y me fui triste del Estadio, sabía que la victoria de mi equipo iba a ser transformada por los medios en una victoria de "hombres con huevo" sobre "pendejos cagones".

Y gracias a algunos ejemplos cercanos de lumpenadas en nombre de "el aguante", estoy generando cierta fobia hacia el fútbol (sobre todo en su variable rioplatense).

Y algo que me calienta sobremanera y me duele bastante, es ver a gente medianamente lúcida repetir consignas como las que se escuchan habitualmente.

Si,eso de "lo vamo a matar a todo" y "como me voy a olvidar", entre otros hits.

Yo no lo vi, pero un amigo insiste en que vió a Bueno en un programa de televisión (no recuerdo cual) con el hijo, y que el delantero mirasol, en un gesto entrañable, le enseñaba a su hijo una canción de "la caterva", esa que dice "es para vo' gallina/ lo de Maldonadooooo/ no se olvida maaaa"

Como diría el Bambino... belleza.

Anónimo dijo...

Señoras/es, el fútbol abandonó el Uruguay. Hace ya tiempo. Uruguay junto con Bolivia y Ecuador se encuentra entre los pocos países en el mundo, productores de un fútbol intransmitible. Jamás verás imágenes de un clásico en la televisión de un sitio alejado a mas de 1000 kms del Centenario. El futbol uruguayo no existe. Lapidario, si. Lo que sí existe es el deseo de que se transforme en un salvoconducto para dejar atrás el potrero 1930 y así alcanzar una dimensión "fata morgana warholiana" para arreglarse los dientes y pasearse con el diario bajo el brazo por las Cibeles.
Fútbol se escribe con F de Frustración y es el recipiente donde muchas personas depositan la suya, de un lado y otro de la cancha.
Nick Cave lo supo muy bien. La frustración puede darme de comer, pensó el australiano. Meterme un chute solamente será viable si antes leo a Bowles, Rimbaud o Burroughs, y recién después puedo habitar en el Junkyard. Seré junkie, pero leído y con mucha laca pal pelo. Nick Cave es un caradura, con su oficinita, su comarca inglesa y su tinta pal pelo et bigote ridículos. Se ha vuelto un fiolo, al igual que el "dibino" Paco. De-drogo- autodestructivo-a-crooner-sensible-a-fiolo-que-está-de-vuelta(!!!).
La música es un arte menor, un arte simple, refiriéndome a lo post-Bártok o Einaudi o al recientemente desaparecido, el helicoptérico Stockhausen. Razón tuvieron muchos artistas al declararse "antimusiquistas", Breton et caterva por ejemplo. Nick Cave es un artista menor, y sus opiniones lo demuestran.
El único respetable de los personajes citados, es al que nadie se ha referido, Robert Rauschenberg, un dadaísta oculto en el pop. Un artista dentro y fuera de la cancha vertical.
Abajo el frustbol uruguayo!!

Anónimo dijo...

Me parece que hay una cierta dicotomía entre la recomendación de mantener una distancia del futbol (no "ser") y asumir que a los simpatizantes de un cuadro les tiene que importar un pepino el negocio -y los negociados- alrededor del futbol.

En mi caso personal, el futbol me ocupa exactamente la duración del partido que estoy mirando por televisión y mi única intención es que el cuadro que me gusta gane para poder gritar algún gol. Así que cuando Bueno le hace un gol al rival de turno, a mi me tiene totalmente sin cuidado lo que hayan hecho él, Casal, los Damiani y cualquier otro involucrado. Ellos son gente que está haciendo negocios y yo no voy a ver un mango ni de un lado ni del otro, así que por mi, que se maten por guita. A mi lo único que me importa es que me diviertan durante los 90 minutos que les estoy dedicando. Y si Gregorio está perdiendo -o sea, me está negando mi diversión- que lo echen como a cualquiera que no produce lo esperado en un laburo, independientemente de lo que haya hecho ayer o el año pasado.

Con la referencia a Cave me hiciste acordar al gordo Henry de la vieja disquería Atlantis (del que en alguna oportunidad ya habíamos conversado). El gordo era muy fanático de Cave (de hecho, fue quien me lo hizo escuchar por primera vez) y en aquella epoca que el tema internet no estaba todavia de moda, me pidio que viera si le conseguía algo de información del loco.

No me acuerdo exactamente de que fue lo que encontré (alguna colección de datos biográficos), pero si me acuerdo que se los imprimí en una carpetita, con un comentario en la primera página sacado de uno de mis temas favoritos del australiano y que creo que lo describe (en más de un sentido) perfectamente:

I am tall and I am thin, of an enviable height, and I've been known to be quite handsome in a certain angle and a certain light.

Phibrizoq dijo...

Afortunadamente mi viejo nunca fue un gran fanático del fútbol, lo que hizo que nunca tuviera ni un poquito de pasión por ese deporte, y que sea una de las cosas que más aborrezco en este mundo.
Nick Cave se ganó mi admiración con esa entrevista que citaste. Como persona al menos, porque musicalmente me gusta bastante, pero nunca me fanatizó (y no creo que lo haga en el futuro), ni en The Birthday Party ni con los Bad Seeds.

benito dijo...

Agustí­n: no voy a ser yo el que discuta la gran capacidad de belleza que contiene -y a veces explicita- el fútbol. Hace poco veia en TVR dos demostraciones simultáneas de arte con la pelota y ejemplo de espí­ritu: era un reportaje a JR Riquelme (el tipo de jugador que me gusta) en el que le mostraban un espectacular caño que le hací­a a un jugador de River. Y mientras los periodistas le chupaban las medias, Riquelme les decí­a que el verdadero héroe ahí­ era el defensa (no me acuerdo ahora del nombre), que después de semejante caño en un superclásico, lo habí­a corrido como quince metros más marcándolo y sin bajarlo de una patada -como posiblemente le pedí­a toda la hinchada-. Hay mucha cosa hermosa en el deporte del fútbol. Pero el problema, más allá de las hinchadas, es la hipertofí­a, porque también hay mucha belleza en la pintura, en el volleyball, en el humor, en la doma de caballos... en cientos de actividades humanas que implican gracia, originalidad y valor, y sin embargo ninguna de ellas tiene ni una centésima parte de la exposición del fútbol, ni tampoco se las promociona como única alternativa válida de identificación, ni con algo que valga más que la propia vida.

pad: sin dudas en el boxeo hay tanta mafia como en el fútbol, por algo Paco andaba con ganas de comprar los derechos de televisación. A mi­ me parece por lo general un deporte noble, y que mantiene sus códigos de enfrentamiento, pero no es tampoco un recinto de honor samurai, ni mucho menos. En realidad ni siquiera hay que poner como ejemplo a una bestia como Tyson, de hecho el propio Alí­ -tal vez el deportista que he admirado más en mi vida- también embarró en su momento bastante la cancha llevando, aunque fuera con humor, el enfrentamiento a términos personales de machismo, algo por lo que mucha gente del boxeo lo rechazaba en su tiempo.

Ahora; tampoco tengo dudas de que buena parte del rock se está comportando con la misma imbecilidad de las hinchadas, pero eso es en cierta forma un contagio de la cultura futbolera -una cultura que permite y promueve la irracionalidad y la violencia como forma de afirmación-, no una cosa que está en el ADN del rock. Sin contar escenas limitadas, como los skins, el fútbol fue rechazado durante décadas por la cultura rockera en términos muy similares a los que yo uso en este post. En algún momento se cruzó ese espacio, y posiblemente fue algo muy honesto, pero el contagio ha sido más que nada unidireccional, y no para bien.

Pero cuando yo cité a Cave no lo hice como ejemplo de mentalidad de rock, sino de -como el tí­tulo lo indica- de puntos, o paradigmas de vista. Por más que haya excepciones, el consenso es que una obsesión quí­mica es mucho peor que una obsesión voyeurí­stico-deportiva, como puede ser la de un hincha, pero contrariamente a lo que se cree yo considero que el interés por las drogas es mucho más aventurado y nutritivo que el interés por el deporte -especialmente si es el interés por ver deporte, no practicarlo-, el consumo de drogas es sin dudas peligroso y sólo para algunas personas, pero fuera de algún fenómeno descontrolado -como es de la pasta base (y que es en realidad un fenómeno más cultural que otra cosa)- existe una cierta regulación y desconfianza respecto a las drogas. Por decirlo de alguna forma; hasta el peor hecho mierda cree menos mentiras con respecto a las drogas que las que un hincha fanático cree con respecto al fútbol. Eso pienso yo, al menos. Lo cual no quita que desprecie por igual al que te rompe la cabeza porque está convencido de que está poseído por el demonio de la droga y al que te la rompe porque cree que está haciéndole un servicio al cuadro "de su corazón". Ambos están fuera de la realidad y estaría bueno que también estuvieran fuera de la calle.

Anónimo: generalmente no publico opiniones de anónimos que no se molestan ni en poner un nick, pero bueno; estoy de acuerdo en la inexistencia actual del fútbol uruguayo, pero en realidad es una desaparición que no tiene aún 20 años, para ser exacto desde la aparición de Casal en escena como protagonista evidente (alrededor del Mundial del 90 aprox.). En esa época todavía se consideraba a los cuadros uruguayos y a su selección (en el Mundial 86 llegó a ser una de las favoritas en las apuestas previas) como algo importante, y los jugadores uruguayos ocupaban lugares destacados en el fútbol internacional (algo que solamente Forlan puede presumir ahora). Es decir, es un fenómeno multicausal, pero hay cosas que no son casuales y que tienen que ver con un modelo desaforado de exportación de jugadores para que hagan de percha en equipos europeos de la B o la C.

De cualquier forma eso no me parecerí­a malo si fuera algo asumido; de hecho podría ser saludable. Es un desastre el apoyar la identidad de un paí­s pequeño e inventado como el Uruguay en algo tan volátil y superfluo como un triunfo deportivo (y además rodearlo de toda una mitología absurda sobre garras sobrenaturales). Pero por desgracia los vendedores de humo y el auge de una (in)cultura totalmente acrí­tica han hecho que la actual versión degradada del fútbol uruguayo ocupe tanto espacio en el imaginario del paí­s como cuando tení­a méritos contemporáneos en los que afianzarse.

Con respecto a las observaciones sobre arte, Cave y la música. Vamos, yo mencioné al ninguneo sobre Rauschemberg porque era un artista significativo e importante como operador cultural, no porque me parecieran valiosos sus neo-dadaí­smos y su venta de obeliscos. De hecho fue el más chanta de un movimiento en que los chantas eran mayorí­a, y su influencia es la base de todo el pseudo-arte pseudo-vanguardista conceptual de la actualidad y toda esa cadorcha. Lo cual no quita que su muerte no debí­a ser ignorada, al contrario, era una excelente oportunidad para hablar de arte y de chuco artí­stico. Por lo demás, pocas cosas me aburren más que una vanguardia agotada y no comunicante, y poner el lí­mite de lo artí­stico en lo musical en la música académica me parece cualquier cosa.

Rod: qué cosa el gordo Henry, pensar que si no fuera por su pereza yo estaría trabajando en cualquier otra cosa hoy en día...

en realidad tu postura frente al fútbol es la que me parece más lógica y es en la que me parece que se puede apreciar hasta a alguien como Bueno. Tomarlo como un espectáculo deportivo, no pocas veces legítimamente emocionante, y disfrutarlo cuando se tiene ganas, dándolo por concluído en el mismo momento en que finaliza, teniendo en claro que se trata de enfrentamientos de empleados a sueldo de empresas privadas, y que hay muy poco de ese espectáculo que se pueda interiorizar humanamente como espectador. Una vez asumido eso es imposible tratar mal a otra persona por haber elegido un color diferente a la hora de sentir empatía.

sissi dijo...

Rod, me metiste en el túnel del tiempo, Atlantis, Astrolabio... el gordo Henry, que viaje!
Gracias a él conocí a Nick Cave. Y gracias a ambos volví a tocar piano aunque este agradecimiento no lo compartan mis vecinos.
Lo último que supe fue que seguía vendiendo discos en Barcelona, pero de esto hace mucho...
Recuerdan el alarido de: HOMOSEXUAL!!!!!! con el que recibía a cada conocido que entraba mientras tiraba una botella de Salus al sótano?
Nunca olvidaré la cara de espanto de una señora que había entrado seguramente por equivocación y casi infarta cuando el gordo empezó a gritar. Supongo que la pobrecita nunca volvió.
Salud Henry donde andes y ya ves las vueltas de la vida, te trajimos en un post futbolero, quién diría!

El gaucho insufrible dijo...

...fue como un visión, un deja vu, estaba buscando con mi mujer un mueble en una tienda IKEA de Barcelona (una muebleria que ocupa 3 manzanas) y de repente escucho - HOMOSESUAL!!!.

Primero atiné a mirar hacia los lados por si el lio era con otro, pero ante la total ignorancia del público presente caí en la cuenta que me gritaban a mi.

...Igualito que en la disquería del Ombu.

El hombre estaba con su mujer comprando los muebles para mudarse de casa y estaba contentisimo.

Por lo que me contó estuvo trabajando en un regimen de semi-esclavitud durante el año que no tenia papeles en un lugar de venta selecta y por catalogo de discos de Jazz y Clasica. Ahora estaba laburando en el mismo lugar pero como un ser humano.

Despues quedamos y fuimos a ver un recital de "Dirty Three" que me convenció de que eran buenisimos y tenia razón.

Estaba hecho todo un deportista y me recomendó fervientemente la utilización del te de "valeriana" el cual usaba profusamente para reducir su nerviosismo natural.

...

De futbol no opino porque no soy futbolero y no entiendo un pimiento, aunque me encantaba ver a Francescoli jugando en River Plate.

Anónimo dijo...

El gordo tenía dos "puteadas" míticas, una era precisamente el "HOMOSEXUAL!!!" con el que recibía a todo el mundo (instantes antes de ofrecer una grapamiel si la tarde estaba tranquila).

La otra, que siempre fue mi favorita y sigo usando hasta hoy en día, era la gloriosa "LA CONCHA DE TU PADRE!!!".

Ya que parece que somos varios los lectores que conocíamos a don Henry, de casualidad alguien tiene una dirección de mail para mandarle un saludo desde el paisito ?

benito dijo...

El grito entero de Henry (heredado de Siniestro Total) era "¡QUÉ TAL! ¡HOMOSEXUAL!", pero a veces también optaba por un mucho más sencillo "PUTO!!!!!" (las mayúsculas no llegan a dar la idea del volumen de la voz del gordo).

Si el 10% de los uruguayos tuvieran un cuarto de la capacidad de trabajo y entusiasmo de Henry, este país tendría el nivel de vida de Islandia. Y sería mucho más divertido, además.

Yo vivía a la vuelta de Atlantis, y conocía a Ricardo desde muchos años antes, así que Atlantis para mí era una segunda casa. Aunque más que descubrir música (en ese aspecto yo solía asesorarlo al gordo), en Atlantis descubrí muchas cosas de literatura, en particular mi actual ídolo Alejandro Jodorowsky.

La última vez que lo vi en Montevideo, apenas pude estar con él porque apareció sin avisar en unos días complicadísimos para mí. Si alguno de los residentes en España lo ve, dígale de mi parte que se lo extraña mucho y que fue y es un gran amigo.

Ama-gi dijo...

Jardinero, ta bien, pero no entiendo esa diferenciación que hacés entre política y religión, dándole a la segunda dogmatismos e irracionalidades implícitos, como si la política no los tuviera. De hecho, cuando la religión se manda alguna atrocidad, generalmente es a través de la unión del trono y del altar, con las armas del primero.

Y de hecho, ahora que me viene a la mente la irracionalidad y la violencia de la política, está bueno contrastarla con el fútbol, porque entre otras cosas, estoy desubicado porque no conocí al gordo de Atlantis. La política en su esencia más pura es violencia. Aún cuando se esté en un régimen bastante abierto, siempre está la posibilidad de la violencia "legítima" para aquel que desafíe el consenso. Ya lo dijo Weber hace casi un siglo ya, y no creo que nadie lo haya refutado porque hasta hace cuatro o cinco años los politólogos siguen teniendo su concepto de la política como algo central. Voy a citarlo para no decir boludeces:

"Quien hace política aspira al poder; al poder como medio para la consecución de otros fines (idealistas o egoístas) o al poder “por el poder”, para gozar del sentimiento de prestigio que él confiere. El Estado, como todas las asociaciones políticas que históricamente lo han precedido, es una relación de dominación de hombres sobre hombres, que se sostiene por medio de la violencia legítima (es decir, de la que es vista como tal). Para subsistir necesita, por tanto, que los dominados acaten la autoridad que pretenden tener quienes en ese momento dominan."

Weber es un tipo que nunca me deja de sorprender por la capacidad que tenía de decir las cosas de manera tan fría, y al mismo tiempo resaltar tanto la crudeza de los conceptos que manejaba. Me parece que no se le puede agregar ni sacar mucho a lo que dice la cita. Pero sin embargo esta cosa, por llamarla de alguna manera, es vista como algo saludable. Incluso en algunas esferas como algo culto, cuyo rechazo te convierte en un potencial salame admirador de Tinelly y Pizza a Carballo. Si no participás en política y no votás a nadie, se te puede endilgar irresponsabilidad, estupidez, cinismo, egoísmo y hasta fascismo. Ahora, si te interesa participar en un sistema que no es otra cosa que un sistema de ingeniería social fundamentada con el garrote que ha provocado las atrocidades mas grandes de la historia de la humanidad, sos todo lo contrario. Para algunas personsas, es hasta requisito para la sofisticación.

Pero si te sentás en la tribuna o en el living de tu casa, y te alegrás porque tu equipo hace un gol, o porque admirás el cabezaso perfecto que Cristiano Ronaldo se mandó esta tarde, sos un orangután aunque no jodas a nadie. Al punto de que puede aparecer un Juan de los Palotes en un blog, llamarte criminal por ello, y que a nadie le parezca desubicado.

andrea dijo...

Bueno, estoy todavia exultante, nerviosa, con secuelas emocionales del toque de los Misfits, que si, aunque no estaba Danzig, fue impresionante. Y el que diga que no que se vaya a la mierda. Me hicieron pelota con el pogo, pero por momentos casi me sentí en el paraíso. Pero bueno...que lindo post para recordar al gordo Ricardo..por dios..Fue el mismísimo gordo Ricardo que me instruyó precisamente con los Misfits, al convencer a una andreita en el momento mas punki recien salida de su adolescencia, que comprara el "Walk among us".. "Fa bo...esto es buenisimo bo.." me acuerdo que decia. Y si le habré comprado discos. De Dead kennedys, de Black Flag, la caja de "Clash on Broadway".. "me la pagas cuando queres" decia...
A veces cuando estaba de bajon decia "Fa bo..que mal que estamos bo".."Es este pais bo".. y a los cinco segundos ponía un hardcore ridículamente alto y gritaba LA CONCHA DE MI MADRE LA CONCHA DE TU PADRE y rompia mas botellas en el sótano..¿Alguien habrá entrado alguna vez a ese sótano?.. Como se te extraña gordo.

P.D: Mas frases.. Mi INOLVIDABLE amigo fulano de tal(el que entrara)... Si me compras este disco te hago sexo oral.. Uh,entro la alegría..llego la buena onda (cuando entraba algun darkie)...Fa bo..¿que problema habrán tenido de chicos bo?..(A los mismos darkies despues de haberse ido)...AHHHH....AHHHHH (simulando un orgasmo)...DEJAME SENTIRLA...AHHHH....(al dinero cuando le pagabas)..LA PIJA DE TU MADRE Y LA CONCHA DE TU PADRE!! (en cualquier momento)...TE ODIO TE ODIO!!..(cuando le decias q no tenias plata)... SOY LA PUTA DEL OMBU...LA PUTA DEL OMBU!!!...(siempre)
Si alguien puede aportar alguna mas, bienvenido sea. Son lindísimos recuerdos.

Walter Hego dijo...

Y lo gritaba desde el mostrador, cuando uno todavía no había terminado de cruzar el umbral, con ese vozarrón que seguramente se oía desde la vereda de enfrente.

Si no recuerdo mal, al gordo lo conocí por intermedio de Hugo Celli, un amigo en común que solía comprarle discos.

Recuerdo que después de Atlantis estuvo laburando en una disquería que estaba en una galería del Centro. Creo que se llamaba Rarities.

Años después conocí a una excompañera de clase del tipo, de la cual él había estado enamorado (yo lo estaba en ese momento), y ahí me enteré de que, al igual que yo, el loco era exalumno del Elbio.

Anónimo dijo...

Que personaje, por Dios.
Agarré esa época de muy chico, que lástima. Con 11, 12 años me pasaba las tardes en la parte de arriba de Atlantis leyendole todos los comics a Henry y pagandole solo algunos, con especial atención a las (bizarrisimas para mi en ese momento) recomendaciones que me hacía. Le compré Watchmen pero recién lo empecé a apreciar 5 años después. Inolvidables los momentos en que entraban dos viejas paquetas a recorrer y Ricardo ponía death metal inescuchable a todo volumen mientras les gritaba su opinión de los libros que consultaban o cometaba con algún amigo a los gritos "Che, que fuerte Espalter chupando pija" y hacía la risa diabólica.

Anónimo dijo...

Después de Atlantis y antes de Rarities, durante un tiempo tuvo "Atlantis Movil" que consistía en el y dos especie de mochilas gigantes llenas de discos con las que iba a tu casa.

Me acuerdo particularmente de esa época porque el gordo no tenía tarjeta de crédito internacional así que en varias oportunidades yo le compraba libros en Amazon y el me los pagaba con discos.

Para mi Atlantis más que una segunda casa era como un santuario al que caía después de largos días en Facultad de Ingeniería. Aun si no tuviera tantos buenos recuerdos como varios de los citados, igual le debería al gordo agradecimiento eterno por haberme presentado tres de mis artistas favoritos de todos los tiempos (cada uno de los cuales además sirvió de "puerta" para decenas más): Sonic Youth, P.J. Harvey y Portishead.

benito dijo...

Supongo que me debo haber cruzado con muchos de ustedes en Atlantis; yo creo que fue -como lo fue Periplo, el Mincho, las disquerías El Cid y Crossroads (y cómo lo es aún hoy La Ronda y sus alrededores)- un espacio privilegiado de intercambio cultural. Más allá de que comprara o escuchara algo, ir a Atlantis estaba bueno sólo por ir, para charlar con tres o cuatro enfermos más obsesos por la cultura marginal. Un momento privilegiado, la verdad. Cuando cerró fue algo buenísimo para mi economía pero devastador para mi ánimo.

Volviendo brevemente al tópico del post solo para demostrar que soy un tipo contradictorio: qué emocionante el partido de Boca y el desempeño de Palermo, un cuadro y un jugador que me caen terriblemente antipáticos, pero lo de ayer... chapeau.

Agustin Acevedo Kanopa dijo...

Un comentario que intenta de hacer un poco de claroscuro sobre el fútbol local.
Este año he ido prácticamente a uno o dos partidos por fecha -un ritmo que no mantenía desde hace unos varios años- y, a pesar de que el fútbol uruguayo dista muchísimo de lo que era en los ochenta, o más claramente, en la era pre-paco, creo que este año me dio algunas gratas sorpresas por elementos futbolísticos y extra futbolísticos.
Primero, sin ser un director técnico que me guste (yo era de los que decía que meterlo a la selección era una locura), Juan Ramón Carrasco, piloteó un equipo que, más allá de sus problemas de balance, juega lindo, y es efectivo -algo que no pasaba con Fénix- y que a fuerza de buen fútbol está compitiendo por el campeonato. Posiblemente Peñarol le gane la final por cuatro penales mal cobrados, o se declare inconstitucional que salga campeón un equipo chico, pero el punto va más allá de los resultados. Incluso, es una posta que creo que lo pueden tomar otros equipos (no específicamente Peñarol o Nacional).
Segundo punto, en estos últimos años, los grandes protagonistas -los cuadros chicos- han demostrado ser un ejemplo de cómo una directiva firme y relativamente seria con proyección juvenil, puede, no sólo hacer mucha más guita que con los préstamos por jugadores desgarrados y prontos para venderse al mejor postor en cualquier momento -Bueno y el Cebolla es un ejemplo-, sino formar una escuela de juego que tenga resultados interesantes en la cancha.
Otro punto que parece nimio, pero no lo es: hay una mejora radical con el césped de ciertas canchas que antes eran injugables. No estoy hablando del estadio Fosa de Sudamerica, o de Huracán de Paso de la Arena, pero estuve en la cancha Liverpool, por ejemplo, y en lo referente al suelo, no tienen nada que envidiarle a las canchas de europa. Más allá de que un Maradona te puede jugar hasta en los bañados de Rocha, es muy difícil aspirar a que se juegue por el piso en un césped como el del Troccoli -que de hecho, también mejoró notablemente-.
El otro punto, más allá de lo que se pueda argüir sobre la estupidez de las hinchadas y más allá del juego -y con una posible mano de la siempre infladora prensa- el fútbol ha traído más gente a las canchas, incluso en partidos de equipos chicos, algo que no veía desde hace más de diez años. Por ejemplo, el otro día fui a ver Cerro-Miramar Misiones y había una cantidad de gente que nunca me habría imaginado hace unos años.

Yo que sé, no son cambios específicamente revolucionarios, y capz que peco de iluso, pero al menos es algo.

Anónimo dijo...

Ama- gi

no mencioné que a mi me gusta mucho el fútbol, que sigo a velez y que veo los partidos porque me pareció impertinente...

ir a la cancha y ver los partidos de fútbol por tv no son lo mismo. el que ve los partidos por tv no es hincha, es un espectador de tv. a mi forma de ver son cuestiones separadas.

y justamente, si fuiste a la cancha, sabrás bien que no se habla del "preciso cabezazo que colocó cristiano ronadldo", es decir, en la cancha no son todos Victor Hugo Morales.
Sino que se pierden dos partidos y llueven los silbidos, las puteadas, la xenofobia, la falta absoluta de respeto y los códigos; se cantan canciones sobre matar y correr al rival.
Mi comentario es en relación a eso: esa gente son criminales, son complices de lo que después hacen los barrabravas. No son LO MISMO, no es lo mismo el que se hace el mecánico que se hace el vivo y te hace mal el arreglo y el que chorea en un fondo público.. pero si, para mi, pertenecen todos a la misma cultura hecha mierda.

mi comentario iba en ese sentido-

Anónimo dijo...

Benito... ese gordo Henry del cual hablan y rememoran... no era el que gritaba con vozarrón "Titaaaaan!!!", de pelo largo atado? Yo soy un poco menor a algunos de ustedes, pero recuerdo que un amigo me hablaba de grandes charlas que tenia con él (en el caso que sea este). Pero por favor, díganme si es él, así le comento. Mi amigo me contó una, cuando lo conocio una tarde para comprarme un disco como regalo de cumpleaños (en Rarities, ya que mi amigo nunca creo curtió Atlantis y hasta me llevó con él más de una vez a la Galeria Yaguaron): Resulta que mi amigo estaba a un lado, mirando los cds importados en una época en la cual varios de nosotros nos permitíamos comprar discos norteamericanos o europeos y no caer en las copias argentas. La cosa es que él estaba ahí y en un momento luego de que entraran viejas a comprar discos para sus hijas, y el que pregunto si es Henry recomendaba cualquier cosa, pirando y charlando hasta asustar a las viejas o mismo que le compraran 2 discos. Luego lo conoci yo mismo al tipo, por medio de este amigo. Al verlo me recordaba por momentos (y me parece que quiza el personaje se inspiró en cierta manera en él) al Jack Black de High Fidelity...). La cuestión es que luego de que se fueran las viejas, mi amigo me comentó que tomó mi regalo, el "Between the buttons", se acercó a la caja, y el supuesto Henry empezó a meterle charla y fue correspondido (mi amigo es fanático de los Stones), pero le daba a la lengua y no quería terminar más... Hasta que en un momento mi amigo saca la billetera, para cortarlo al tipo, y éste se la agarra, le saca la plata, en su propia cara y le dice con ojos abiertos y sonriendo: "Titaaaaaaan!". Les pregunto si esa frase "Titaaaan" no era de él y si hacia el 2000 o antes no tenía el pelo atado, negro. Además este que hablo laburaba en Rarities, fue extra en la pelicula 25 Watts, esta en la puerta del boliche donde corren al Leche. Veanlo, es posta! Saludos Benito y si me podés ayudar, gracias. Si es Henry, bien, lo recuerdo también, pero sino, qué personaje...

Walter Hego dijo...

Si alguien sabe cómo comunicarse con Ricardo, podría contarle que lo estamos evocando. Estaría bueno que se diera una vuelta por acá y dejara algún comentario.

Y ya me imagino cómo saludaría: "¡Qué tal, homosexuales!".

Anónimo dijo...

qué capo el gordo henry.
en su última época en rarities cada vez que entraba me encaba:
QUÉ HACÉS, FEROZZZ!!!, con la misma cara de desconado de siempre.
un maestro.
me alegro mucho que le esté yendo bien.

Colifloressecas dijo...

Felicitaciones por el premio :).

Tomás Eastman dijo...

No es para publicar
felicitaciones.
Yo no lo voté(creo que había una instancia de votación), pero tampoco voté a otro.
A disfrutar la fama

Anónimo dijo...

Con respecto a lo que decía Agustín sobre la mejora en el fútbol criollo... y si, sin dudas que la hay, pero a veces pienso que cuanto peor, mejor.

Yo, ingenuamente pensé por un momento que este gobierno intervendría de una manera u otra el fútbol, pero después de ver a Vázquez a los abrazos con Espert y Paco...

Y Juan, mirá... no son lo mismo, pero prefiero recorrer este camino: partir de la idea de que son LO MISMO los que matan que los que festejan las muertes (y después demostrar que no), a empezar a discutir pensando que son unos pocos y los demás no tienen nada que ver. No se si me explico.

Es decir, prefiero partir desde ese extremo, aún a sabiendas de que no es del todo certero.

Txus dijo...

hoy a eso de la 1 am, me pareció ver tu reloj en una azotea, puede ser?

Anónimo dijo...

Admito que llego tarde y no me dan las bolas para leer todo. Igual digo:
100% de acuerdo con Benito en la horrible bastardización del fútbol, la intolerable imbecilidad que lo rodea, lo apestoso de la mafia que lo domina que todo lo que le terminó sacando la gracia, etc.
Pero cuando hablás de ser hincha de un cuadro... eso es, por definición, un sentimiento.
Uno no es hincha de la dirigencia, ni siquiera de la institución, y hasta los jugadores se tienen que ganar el apoyo de los hinchas. Se trata de amor por la camiseta. Y no e puede ser hincha de un cuadro porque te guste su política, es como ser hincha del cuadro que gana, o del que juega bien (ayer Danubio, hoy River). Ser hincha es (repito) un sentimiento, y con eso no se juega.

Walter Hego dijo...

No sobrestimemos a los sentimientos.

En cuanto a Ricardo Henry, si alguien sabe cómo ponerse en contacto con él, podría contarle que estuvimos evocándolo. Taría bueno que se diera una vuelta por acá y dejara algún comentario (el cual me imagino cómo empezaría: "¡Qué tal, homosexuales!").

Anónimo dijo...

En cuanto a Cave, yo sí soy bastante fan. El tipo tiene una carrera lo suficientemente larga como para justificar altibajos, pero los puntos altos (para mí: Your funeral my trial, Tender prey, Murder ballads y The boatman's call) rozan lo magistral.
Y claro, si Into my arms no te mueve es que sos de piedra.

(para irnos al carajo del todo) Hablando de australianos: hace poco descubrí a Kim Salmon, guau.
Escuchate Sour mash de sus Beasts of bourbon y reíte de Jon Spencer, Jeffrey Lee Pierce y Cave juntos.