viernes, 17 de julio de 2009

Marduk T-Shirt Men's Room Incident

Es curioso como en estos tiempos posmodernos, en los que el concepto mismo de "genio" aplicado a un artista prácticamente ha desaparecido junto a la confianza de que el arte pueda conjurar algo más que eventual entretenimiento, la gente al mismo tiempo sea tan generosa con la palabra "genio": Charly García es un genio cada vez que se tira un pedo musical que no ofenda demasiado la pituitaria -o cada vez que se toma un saque y se comporta como un chico de 16 años pasado de vodka brasileña-; M.I.A. afana y degrada un riff colosal de Clash y es una genia; Yayo se agarra la poronga frente a una chica boliviana -en un país dónde los bolivianos son permanentemente discriminados en la forma más abyecta- berreando "esta es para vos", y es un genio.

Sin embargo yo no creo en el total vaciamiento de la palabra "genio", porque no creo en el vaciamiento total del arte como forma de intercambio humano, y por lo tanto no me cuesta utilizar el término para denominar a un compositor repetitivo, pedante, excesivamente prolífico y técnicamente limitado, pero que, entre aciertos y errores, es capaz de vez en cuando -por suerte cada vez con mayor frecuencia- de evocar el lenguaje de su tiempo y condensar la confusión polifónica de este mundo desintegrado en una forma sensible, que no depende de la empatía más evidente sino de la más sutil. Este genio se llama John Darnielle, líder y esencialmente único integrante de la banda The Mountain Goats.

Descubrí a Darnielle al mismo tiempo que casi todo el mundo hace unos ocho años con la canción 'The Best Ever Death Metal Band in Denton', un tema folk que no habría desentonado en The Frewheelin' Bob Dylan si no fuera que está grabado con un radiograbador en un cassette de cinta (cuyo zumbido es perfectamente audible), y si no fuera porque los héroes populares de la canción son un par de adolescentes metaleros que tras haber sido despreciados y desesperanzados planean algún tipo de venganza siniestra -nunca explícita en la letra-, y que culmina con un extrañamente festivo "Hail Satan!".

Una canción tan buena que inevitablemente reducía en comparación a casi cualquier otra de las decenas de composiciones que atestaban sus excesivamente numerosos discos. Víctima del síndrome grafómano de Robert Pollard, Darnielle parecía dispuesto a quebrar algún record de cantidad de temas editados, olvidando ese principio esencial de que el arte es tanto un proceso de creación como de selección. Para peor apelando a una sonoridad lo-fi que en lugar de aportar texturas distintas se había convertido tan sólo en un esnobismo más.

Cuando estaba perdiendo interés en Darnielle, la increíblemente hostil -pero melodiosa e impactante- canción 'No Children', presente en su primer disco grabado en un estudio decente -Tallahasse (2002)- me recordó que el tipo era realmente algo serio, pero ese disco conceptual que gira alrededor de la relación autodestructiva de una pareja me reveló también una característica negativa del compositor: un exceso de cuidado literario, de artesanía de taller de escritura, que hacía a sus canciones ricas en vocabulario y originales en temática y desarrollo pero demasiado cerebrales y autoconscientes de su carácter "artístico". En definitiva: increíbles, pero no en el buen sentido del adjetivo. Darnielle me aburrió y dejé de prestarle atención durante algunos años. Un día me intrigó el ver en que andaba ese tipo del que admiraba mucho algunos temas y me bajé un disco llamado The Sunset Tree, pero no lo escuché y lo dejé perdido en algún lugar de mi disco duro.

Este verano me compré por primera vez un lector de mp3, una especie de I-Pod Samsung al que decidí llenar de discos que aún no había tenido tiempo para escuchar, y llevármelo a Punta Rubia junto con una buena colección de CDs. Esta selección -en la que había discos de A.C. Newman, Antony & the Johnsons y The Beta Band- terminó siendo uno de los conjuntos de canciones que escuché más y mejor en los últimos diez años, y le entré en el mejor de los ambientes posibles: en el ómnibus a La Pedrera. Entre los discos estaba, por supuesto, ese The Sunset Tree, que decidí escuchar tras decepcionarme con los sobrevalorados e intrascendentes vejigas de Animal Collective, sabiendo que por lo menos me iba a encontrar con canciones bien compuestas. Empecé a escuchar The Sunset Tree poco después de cruzar el límite entre Maldonado y Rocha, y lo terminé poco antes de llegar a Punta Rubia. No era un disco musicalmente muy distinto al sobre-escrito Tallahassee, y muchos de los vicios líricos de Darnielle seguían allí (i was seventeen years young), pero era una puta obra maestra y uno de los discos más llenos de emociones fuertes que haya escuchado nunca.

Luego me enteraría -aunque en realidad no me sorprendió porque no se puede escribir así sobre algo no vivido- que el disco era parte de una trilogía de discos conceptuales y en buena parte autobiográficos (Darnielle hasta Tallahassee sostenía que todas sus canciones eran sobre personajes de los que estaba totalmente distanciado), trilogía que había comenzado con la serie de retratos de amigos anfetamínicos de Portland, We Shall All Be Healed (2004) -un disco muy atractivo- y culminaría con la decepcionante y llorona descripción de su ruptura matrimonial de Get Lonely (2006), tal vez su peor disco.

Lo cual es realmente extraño, ya que su antecesor, el ya mencionado The Sunset Tree, es lo mejor que hizo nunca y posiblemente lo mejor que vaya a hacer. Un disco que en varios de sus temas trata de su adolescencia bajo la opresión de un padrastro brutal e incomprensivo, que lo revienta a trompadas por despertarlo involuntariamente al llegar a casa ('Hast Thou Considered the Tetrapod') y al que sueña despierto con asesinar de un escopetazo en la boca ('Lion's Teeth'), y que contiene una serie de canciones absolutamente conmovedoras, llenas de furia y amor a duras penas contenido. Un disco que te trae una sonrisa terrorista a la cara al escuchar a Darnielle cantar las estrofas brutalmente guerreras de 'Up the Wolves' (I'm gonna bribe the officials, I'm gonna kill all the judges / It's gonna take you people years to recover from all of the damage / Our mother has been absent / Ever since we founded Rome / But there's gonna be a party when the wolf comes home) o que te llena de tristeza indefinible ante las esperanzas sombrías de los amantes de 'Dinu Lipatti's Bones'.

En lo particular, y supongo que tanto por motivos personales como por las cualidades de la canción, me desarmó -casi literalmente- con el último tema, 'Pale Green Things', en el que evoca en su memoria al hijo de puta de su padrastro pero no puede recordar más que algunos escasos momentos tiernos y hasta dignos de compasión en las carreras de caballos. En un momento Darnielle dice que su hermana lo llamó una noche a las 3 de la mañana y serenamente canta "She told me how you'd died at last" e inmediatamente repite con la voz quebrada el "at last!", con una clase de dolor, alivio y pena que sólo alguien que haya convivido con el odio a un familiar que no eligió puede entender.

(Escuché ese "at last" ya abajo del ómnibus, con el estuche de la guitarra sobre la espalda y un bolso colgando de cada hombro, bajando por la calle de Las Maravillas y viendo a lo lejos el azul profundo del océano en un día soleado. No escuchaba nada más que el gruñido lejano del Atlántico y el zumbido inquieto de las chicharras. Me prendí un porro que llevaba en el bolsillo de la camisa -yo sólo fumo en verano- y me dirigí al almacén para buscar las llaves del rancho. Un poco antes de llegar tuve que detenerme para secarme la cara, porque se me estaba empapando de algo que no era sudor. Sin embargo me sentía bien, muy bien, por fin. Era verano y era un día radiante y lleno de expectativas.)

El disco posterior, Get Lonely, sería aún más catártico pero demasiado autocentrado, cerebral y quejoso como para ser realmente emocionante, y bastante más pobre en lo melódico (aunque la producción sonora sea prácticamente idéntica). Luego de esta avalancha autobiográfica, Darnielle -por suerte sin abandonar el buen sonido y los buenos compañeros de ruta musical- volvió a la temática diversa de sus discos lo-fi con Heretic Pride, un disco que toma su nombre de un tema de Aura Noir -una banda de black metal noruega- y en el que vuelve a retomar sus habituales obsesiones: imaginería de metal extremo, personajes históricos del reggae, referencias a escritores de subgéneros, romances complicados y sentimientos violentos. Un gran disco con el mejor de los bateristas del mundo -Jon Wurster-, que lo coronó ante la crítica estadounidense como poeta laureado oficial del rock actual, y en el que hay por lo menos tres canciones maestras; la fantástica visión individualista y arrogantemente religiosa del tema que le da nombre, la ominosa 'Michael Myers Resplendent' y la que posiblemente sea una de sus canciones más profundas y conmovedoras: 'Marduk T-Shirt Men's Room Incident':

Slumped up against the sink
Hair plastered to her cheeks
Marduk t-shirt sticking to her skin
Refugee from a disco in old east Berlin

weightless
formless
blameless
nameless

Stray syllables were gurgling
From her throat one at a time
Face hidden from my view
I let myself imagine she was you

Only weightless,
formless,
blameless,
nameless

And when I washed my hands
I ran the water hotter than I could stand

Half rising to a crouch
Sinking back down to the floor
when you're walking keep your head low
Try to leave no traces when you go

Stay weightless,
formless,
blameless,
nameless

De las liner notes del disco, en las que Darnielle detalla varias características de la inspiración de los temas, las de esta canción se limitan a decir que la misma provino de una visión, de una imagen sobre la que no da más información. Lo cual es adecuado para la que es una de sus canciones más elípticas, y que, sin embargo, es simultáneamente clara y abierta, polisémica.

La remera de Marduk mencionada desde el título refiere a una de las más brutales y a la vez payasescas bandas de black (o en su caso, con bastante de death) metal escandinavo. Formados con la expresa intención de ser un grupo brutalmente ofensivo y blasfemo, los Marduk se hicieron notorios desde su primer disco, que se llamaba Fuck Me Jesus y cuya portada exhibía un dibujo de una mujer auto-sodomizandose con un crucifijo. Material hardcore, digamos.

En todo caso los suecos de Marduk siempre han tenido algo de broma; lejos de la calidad musical de bandas como Ulver, Emperor o Enslaved, lo de Marduk siempre fue barbarie musical y oscuridad absoluta, en cierta forma más próxima a lo de anormales como Gorgoroth o Dark Funeral, pero con el grotesco escénico de Cradle of Filth y un sentido de la sutileza digna de Gwar (pero sin humor). Sin embargo fueron -y son- una banda muy popular dentro del gigantesco mercado europeo de metal extremo.

La referencia a una banda tan bestial es ambivalente; por un lado Darnielle es un reconocido consumidor de metal extremo, lo cual tal vez no se note en su música pero que -además de probar que es un tipo fino- nutre de referencias muchas de sus canciones. Desde su exitosa 'The Best Ever Death Metal Band in Denton', es habitual que haya menciones a grupos de esta subcultura rockera en sus canciones, particularmente en el sombrío EP Satanic Messiah -editado simultáneamente al Heretic Pride, en 666 copias que se vendían por 6,66 dólares-, en el que incluso hay una (excelente) canción llamada 'Sarcófago Live', que le debe el nombre a una más bien oscura banda metalera brasileña. No solamente eso: Darnielle escribió un libro entero sobre el tercer disco de Black Sabbath, Master of Reality. Es decir, no es sólo pose y no es irónico.

Pero también hay que considerar dos cosas más allá del posible interés de Darnielle en el género: la inclusión de estos nombres y referencias sonoras contrasta con la suavidad y economía musical de los temas que los mencionan y, además, dan un marco cultural y etario instantáneo. El metal, más allá de que algunos medios y artistas -como el propio Darnielle- le hayan aportado un renovado marco de coolness, es música de gente que se cayó del tren de la moda, de los que están aterrados por los límites de la madurez y oscurecidos por la inadaptación a la juventud, de los descastados generacionales. Es música denigrada como terraja e inmadura, aunque sea a la vez la mayor proveedora de virtuosos musicales; es música de personas de sentimientos simples y maniqueos. Y es música, generalmente, de adolescentes tardíos y de clase social media-baja, de hijos de alcohólicos y habitantes de complejos habitacionales mal construidos.

No hay ninguna brutalidad musical ni lírica (al menos explícita) en 'Marduk T-Shirt Men's Room Incident'. Al contrario, al igual que 'Dinu Lipatti's Bones' o 'In Corolla', presenta a Darnielle explorando las aristas más suaves y delicadas de su a veces irritante voz nasal, buscando una intimidad absoluta con el oyente e irradiando una tristeza insondable. El acompañamiento musical es mínimo y de sutileza ejemplar: apenas un arpegio borroso de guitarra que en algún momento es subrayado por un leve arreglo de cuerdas y, en los estribillos, un coro femenino tembloroso, aún menos firme que la desolada voz lider. Es, en todo caso, una canción bellísima, que transmite esa fragilidad melancólica de los mejores temas de Cocteau Twins o Nick Drake, y que a primer escucha podría confunidrse con un etéreo tema de amor no correspondido. Pero en manos de un letrista como Darnielle, obviamente eso no iba a ser tan fácil.

Nunca queda muy claro qué es lo que se está describiendo en esta canción: se sabe que se está en un baño de varones y que hay una chica colapsada -ya sea por alcohol, drogas o su habitual mixtura-, empapada y con enormes dificultades para incorporarse del lavatario o levantarse del piso. No se sabe lo que pasó pero, sin la menor referencia directa, todo connota alguna clase de contacto sexual entre la chica y el narrador. Más allá de la descripción de su postura corporal, de su cabello pegado a la cara y de la remera de Marduk, no se sabe gran cosa de la chica dada vuelta y apenas referida como una "refugiada de una disco del viejo Berlín Este". La remera de una banda metalera, la evidente intoxicación y, por qué no, la culpa omnipresente en el narrador, sugiere la idea de que se trata de una chica muy joven, pero también podría, simplemente ser un buen ejemplo de esa clase de mujer a la que se califica y resume con el término despectivo y simplificador de "reventada". Pero ella no habla, así que sabemos poco sobre sus sentimientos e intenciones.

Sí sabemos bastante sobre lo que siente el narrador de la canción y aparente partícipe de las acciones anteriores a las que la letra del tema cuenta o bordea. Y lo que siente es, al parecer, una tremenda culpa: no sabemos qué hizo y no sabemos en qué circunstancias, pero hay un absoluto arrepentimiento. La condición más bien desastrosa de la chica podría implicar algún tipo de abuso o aprovechamiento deshonesto de la situación, pero hay un par de versos ("la cara oculta a mi vista / me dejé imaginar que eras vos") que no encajan en absoluto. Más bien da la impresión de una infidelidad fugaz, o simplemente una relación sexual acosada por el horror al sexo. Un encuentro erótico efímero, visto con los lentes deformantes y lúcidamente depresivos del post-coito, en ese momento en que la sangre vuelve desde la pija hasta el cerebro, esquivando el corazón. Y la reacción del narrador es, simplemente, un pedido de que la chica desaparezca por completo.

Hay algo similar en el aparente contraste entre la dulzura de la música y lo casi misógino de su ruego que me hace pensar en una de las mejores canciones de los Rolling Stones, 'Backstreet Girl'. En ella Mick Jagger -en medio de su período más machista como letrista- le ruega a una chica con la que evidentemente ha tenido alguna clase de affair que no lo siga, que no trate de ser nada importante para él, que no moleste a su mujer, que no sea parte de su mundo y que se limite, simplemente, a ser su "chica de la calle de atrás", un concepto que no es equivalente al orgulloso back door man sodomizador de Willie Dixon, sino a un entretenimiento culposo que hay que ocultar por no ser lo bastante presentable para la imagen oficial del cantante. Sin embargo y a pesar de lo repelente que resulta el concepto central de la canción, hay una extraña ternura en 'Backstreet Girl' que excede lo agradable de su melodía, y que proviene de la debilidad con la que Jagger la canta, mucho más en tono de súplica que de orden. A primera escucha el narrador parece un canalla, pero no sabemos en los términos en que se planteó la relación, y todos los que vimos Atracción fatal sabemos lo caro que a veces puede volverse un momento voluble.

(Luego de la última frase debería ir un emoticón haciendo una guiñada, especialmente después de mencionar a una película tan repelente como la citada, pero supongo que todo el mundo -hombres y mujeres- hemos pasado por esa experiencia incomodísima y a veces atemorizante de cuando un encuentro sexual ocasional y sin premeditación es percibido por la otra persona como algo más, y esa percepción -en esta sociedad en la que el amor romántico de pareja está totalmente sobredimensionado y parece justificar las conductas más intrusivas- le otorga, o parece otorgarle, una especie de derecho a interferir con nuestras vidas en un grado mucho mayor del que un simple polvo debería autorizar. El amor -palabra con la que se denomina muchas veces a una simple obsesión neurótica-, es supuestamente una fascinación por una persona que debería traslucirse en el deseo constante de la felicidad de la misma, pero que a menudo se vuelve una excusa de molestia, de destrucción, de tortura. Amor es una palabra mal hecha que define a dos reacciones diametralmente opuestas hacia la misma persona y que denomina tanto a un pacto entre dos o más adultos como a la asunción individual y solitaria del derecho a ese pacto.)

Antes dije que no había (mejor dicho, no me parecía que hubiera, es muy difícil afirmar nada ante canciones tan abiertas como esta) un abuso en el ambiente enrarecido, algo onírico y lyncheano, de esta canción. Sin embargo todo es relativo en el mundo de la culpa: Andrea Dworkin, una de las feministas extremas que terminaron involuntariamente desprestigiando el concepto del feminismo, sostenía que el sexo heterosexual siempre era una violación, que el simple concepto de la penetración era sinónimo de abuso, de invasión, sugiriendo que solo el sexo homosexual era digno para las mujeres. Obviando la imbecilidad esencial del concepto y llevándolo a un plano más sensato, hay que reconocer que en una sociedad en la que el sexo sigue estando profundamente culpabilizado, especialmente para las mujeres, el tomar el rol activo -que fisionómica y culturalmente ha correspondido esencialmente al hombre- suele ser visto como un acto de valor en términos casi militares, es decir, en términos de lo que importa es exclusivamente el triunfo (el orgasmo masculino). Pero también hay personas más sensibles que no pueden abstraerse del merengue de responsabilidad y culpa que significa lidiar con un acto maldito e idealizado simultáneamente, sobre todo cuando existe la presuposición social o individual de estar a cargo de las decisiones.

Una mujer, la escritora uruguaya Armonia Somers, señaló algo interesante que me extraña que pueda habersele ocurrido a alguien que no haya vivido eso; en uno de sus mejores cuentos, Sommers se apiada de los hombres, señalando que, mientras que las mujeres no saben qué hacer con la virginidad y que una vez perdida la pierden para siempre, los hombres vuelven a ser vírgenes cada vez que se encuentran sexualmente por primera vez con una mujer. Cada vez que asumen las responsabilidades simultáneas de la erección y el placer ajeno. Hay algo de cierto en eso.

En todo caso el narrador de esta canción (¿será Darnielle?, él suele desligarse de la primera persona de sus composiciones, pero teniendo en cuenta lo escaso de las referencias sexuales en sus numerosísimas canciones y su background católico se podría aventurar que no es alguien que se sienta cómodo con lo sexual o que lo considere la cosa más natural del mundo) se lava las manos con el agua más caliente de lo que puede soportar. Evidentemente no es inocente, o no se siente inocente. Pero se lava las manos, un acto tan higiénico como simbólico luego de aquel viejo indolente llamado Poncio Pilatos, con el agua más caliente de lo que puede soportar. Se castiga levemente. Y al mismo tiempo exonera de cualquier culpa a la chica (blameless); de hecho la exonera de cualquier injerencia humana en su vida: le pide que se mantenga sin peso, sin forma, sin culpa, sin nombre. Que ingrese en el cajón de lo que nos cruza profundamente pero no deja rastros (no queremos que lo haga) en nuestras vidas.

De alguna forma parece que esta no es una de esas anécdotas que los hombres contamos, ni siquiera entre hombres, y sin embargo Darnielle la filtra en una canción -esa forma expresiva con la que los antiguos trovadores intentaban seducir a las damas y con la que sus modernos herederos intentan probar que son mejores personas que las demás-, porque sabe que es material sensible, terreno inexplorado y posiblemente inefable. No tiene nada que ver con lo confesional, sino con el mapeo poético de un territorio virgen para la canción. Un territorio desolado y sórdido que sin embargo es representado en términos de belleza por el simple reconocimiento de su profunda humanidad. Eso es una cualidad tal vez no de genios, como calificaba a Darnielle más arriba, pero sí de compositores valientes más interesados en expresar que en seducir.

30 comentarios:

Marcelo Jelen dijo...

uh, para leer después de un bajativo... digo, después de bajar los discos. siempre me termino quedando con las ganas.

orgullozombie dijo...

maravillosas canciones escribe, de tanto en tanto, este muchacho. celebro volver a leerte escribiendo sobre música.

Diego dijo...

Todas las mañanas, durante muchos meses, me iba a trabajar gritando el estribillo de This year: "i am going to make it through this year
if it kills me" una gran terapia.
The Sunset Tree es un disco hermoso, eso.

Unknown dijo...

Si, mucha gente intenta evitar esos peligrosos e incómodos momentos recurriendo a la prostitución. Es raro ver este tema planteado en una canción.
Hay una pelicula (Creo que amo a mi mujer) que -mas allá de lo simple de una comedia estándar- ha provocado hasta comentarios de Julio Rìos en su programa de radio.
Al protagonista se le va muchas veces la sangre hacia abajo, vuelve al cerebro y asi está largo rato.
El tema es que en un momento dado el tipo reflexiona con mucha lucidez en que todo el mundo le dice que es un "toco y me voy" una vez en la vida, que la vida es corta, etc. Y la vida no es corta y el resto de ella vas a tener que vivir con las consecuencias de la cagada que te mandaste.
Entre amigos estos cuentos a veces se hacen, otras no.
Es una cuestión muy personal. Cada uno la resuelve como puede en función de como es cada uno. Conozco amigos que no se les mueve mucho el pelo por el sexo.Tipos tranquilos.Otros , nada que ver.
Particularmente , pienso que la vida no es fácil, no se trata de hacer lo que uno quiera ... y que la fuerza de voluntad da satisfacciones.
Termino con una frase atribuida también a Jagger : " el sueño de todo hombre es andar en un buen auto cargado de minas y el que diga lo contrario habla boludeces".

Ama-gi dijo...

Un alivio verte escribir sobre esto Benito.

Habrá que escuchar al susodicho. Mientras tanto Benito, dame tus razones de porque el metal no es apreciado entre los melómanos cool. Y por cool vos sabés a que me refiero.

Ama-gi dijo...

Un alivio verte escribir sobre esto Benito.

Habrá que escuchar al susodicho. Mientras tanto Benito, dame tus razones de porque el metal no es apreciado entre los melómanos cool. Y por cool vos sabés a que me refiero.

la cortina carmesí dijo...

ah, pero true love leaves no traces. y aquello era ya bastante injurioso.

El gaucho insufrible dijo...

Voy a tener que escuchar a éste hombra a ver si es tan bueno.
...
Es muy cierto que el heavy nunca tuvo "validadores" intelectuales como tuvo el punk por ejemplo, lo cual siempre lo relegó a ser música "proletaria" y nada mas, por lo menos en sus inicios.

Cabage dijo...

Face hidden from my view
I let myself imagine she was you

Por la frase anterior ¿No podrá ser que quien canta está confesando esto que le pasó en baño de hombres con la de la camiseta de Marduk?
Una confensión del tipo:
"Era como vos sólo que sin forma y sin culpa y si nombre"

Only weightless,
formless,
blameless,
nameless

No sé. Digo. Ese tipo de coss que pasan en esos lugares tal vez no se cuentan entre amiguetes pero llegado el caso se confiesan con amargura en un vil e inútil intento por limpiarse de culpa. Una culpa que no sale ni con agua hirviendo, claro.
La estrofa final: no dejes marcas al caminar. Puede referir tanto a ella (la de la remera) como a uno mismo y a la debilidad que acarreamos. Gran tema.

Walter Hego dijo...

Benito: Hay una cosa que no entiendo.
¿Decís que ser consumidor de metal extremo
hace que uno (en este caso, Darnielle)
sea un "tipo fino"? Y de ser así, si es eso
lo que afirmás, ¿por qué y cómo?

resina dijo...

Hola! Recomiendo que vean "Metal - A Headbanger's Journey" de Sam Dunn(2006) un muy lindo documental de un antropologo/metalero donde el tipo se propone (con exito) establecer una especie de taxonomia del metal.

El autor dijo...

Ya que hablás de genios, una vez consideré que un guitarrista/letrista (acordeonista, violnista, clavicordista y etc, pero posta, toca lo que le den), era tal; y lo sostengo.

El nombre del hombre es Darius Koski. Es el compositor y primer viola de Swingin' Utters, banda punk 90tera de San Francisco, altamente recomendable, y es también el alma de Filthy Thieving Bastards, su side band (a mi criterio, su band band), más orientada al folk, country y a las raíces de la música tradicional irlandesa.

Te dejo la letra de un tema suyo, uno que a mi me desarma, de la forma que está bueno desarmarse cada vez en cuando (y si llueve como llueve hoy, capáz que hasta mejor). Un lavaje de alma. Duele pero cura.

Abrazo.

I don't need big sad blue eyes from you to think
& i don't need the consolation that you bring
I'm not asking for a lullaby or the pity of your love
It's just the same as dying, the same as giving up

Red roses hang above my sink, in a dangled mess
I use to scrub my pots & pans, my drinking glass
They don't mean well as they used to
They don't smell of anything but bitterness

So don't bring me a Valentine and expensive bottle of wine
'Cause i can't drink to anything that isn't truly mine
And take your dead red roses from the stoop where no one sleeps
'Cause their sick sweet smell is imposing on my better dreams

Take your red roses.

benito dijo...

Profe: yo creo que la monogamia masculina absoluta es totalmente innatural. Claro que no es la única cosa innatural que hacemos en consideración a los sentimientos de otras personas, pero sólo puedo imaginarmela por vocación propia en casos de una líbido extraordinariamente tenue o en un grado de completud que, la verdad, no recuerdo haber vivido.

Pero aún teniendo en cuenta el concepto de René Girard de que el deseo es una construcción que parte de la mediación del deseo de los otros, siempre desprecié esa voluntad cuantitativa de los mujeriegos. El concepto deportivo. Para mí es parte del mundo secreto, principalmente de una cuestión de curiosidad que es, aunque no lo parezca, más espiritual que física. Se conoce mucho de la gente y de uno mismo en el sexo.

Ama-Gi: A mí me gusta mucho más escribir sobre estas cosas, lo otro me parece una desprolijidad que me permito por calentura.

No creo que el metal hoy en día no sea cool; de hecho está pasando por una cierta faceta de revalorización (incluso dejando de lado el metal experimental, que culturalmente es otra cosa), pero hay una parte del mismo que es muy difícil de reivindicar después de los 25 años.

La cortina: efectivamente; bueno el viejo Cohen ha escrito con mucha sinceridad sobre el asunto. A veces le choca a la gente romántica.

Cabage: bueno, no está tan lejos de la interpretación que me parece más válida (la que doy después de la segunda foto de Darnielle). Pero creo que la última estrofa está en clara segunda persona (hacia la chica), lo cual no quiere decir que sea así, porque toda la canción es una bruma.

WH: Eso estaba dicho con ironía.

Resina: Vi ese documental y es muy bueno, pero creo que no hay ninguno más revelador -y es muy respetuoso- sobre el metal que Heavy, el de cuatro partes producido por VH1. Convencional pero muy centrado.

El autor: así son los choborra sentimentales.

Unknown dijo...

Benito, por suerte existen las recompensas a cambio de esas cosas antinaturales que hacemos por consideración, estoy tan totalmente de acuerdo que mejor no hablemos mas y dejemoslo ahi... en el mundo secreto.

El gaucho insufrible dijo...

Pecando, de irme de tema, y hablando de metal recomiendo fervientemente el documental "Anvil! The Story of Anvil", 100% amor a la musica y retrata muy bien ese punto entre la entrega admirable y el patetismo del genero.

Walter Hego dijo...

Benito: "Y él no lo vio." Duh!

Unknown dijo...

Mis conocimientos y gustos sobre el metal llegan hasta y se limitan a Metallica. De todas formas me resulta muy curioso como mis gustos viraron hacia el género cuanto mas viejo yo me ponía.De hecho tengo un pedal Super Distorsion y trato , de tarde en tarde, de emular la tecnica. Abandono a los 15 minutos por cansancio de muñeca.

Creo que está en un buen momento hoy en día.Lo veo en las influencias que ha tenido en grupos que rescatan sus mejores aspectos cuando quieren darle fuerza a un tema. Evanescence y hasta el mismo Eddie Van Halen -en sus ultimas composiciones- son prueba de ello.

Anónimo dijo...

toda mora es innatural, la "naturalidad" no solo es indefinible sino que casi todo progreso humano se basa cierta sublimacion o represion de implusos naturales, digamos se puede estar de acuerdo o no en la monogamia pero hay que buscar otros argumentos.

G.Samsa.

Rod dijo...

Lo bueno de la suerte del revival actual del metal (aunque yo no diría exactamente que estuvo muy muerto) es que hay tantos "flavors" que dificilmente uno no encuentre algo que le guste (a menos que uno odie las guitarras distorsiadas pero en ese caso uno es un gil, lol)

Desde Tristania (que de a ratos hace acordar a The Mission o mismo a Depeche Mode) hasta las barbaridades de unos Cannibal Corpse o Behemoth, pasando por puntos medios super disfrutables como Lacuna Coil o los más "teatrales" Moi Dix Mois, hay un espectro realmente grande de cosas para elegir que todas caen dentro del paraguas del "metal".

Pero una cosa interesante es que el metal ha perdido también la "obligatoria" seriedad del pasado y hay veta totalmente irreverente y casi humorística que sin querer queriendo (como diría El Chavo) también le sopla aires nuevos al estilo.

Dejo un link de uno de estos ejemplos que me resulta imposible mirar/escuchar sin una sonrisa:

http://www.youtube.com/watch?v=ldva3dA8yGc

Cada vez que una banda de metal disfrazada de vikingos hace un cover de un tema como Rasputin (donde se homenajea al personaje por tener la poronga grande) y un pogo arranca al grito de "let's fucking disco!", a mi me vuelve un poco la confianza en nuestra especie.

El autor dijo...

IRON FUCKING MAIDEN.

Me copa cuando logro ser sintético.

Germán Cardoso dijo...

Excelente análisis, yo estoy concociendo a esta banda e intentando imaginar como será escucharla llegando a punta rubia al comienzo del verano, ese disco esta soberbio.

Respecto a lo monogamia hay un programa de Eduard Punset al respecto (http://www.smartplanet.es/redesblog/?p=311) que recomiendo visitar.

Salut.

benito dijo...

Rod: De cualquier forma me parece que cierta seriedad es parte inalienable de la música de metal (y me refiero al metal-metal, no al hard rock, que es rock'n'roll con pedales de overdrive más abiertos). Hoy en día las variables son tantas que es difícil adjudicarle un único espíritu, pero hay un elemento fantástico-épico que es muy propio de está música que tiende a lo grandioso-wagneriano. Por otra parte es medio difícil afirmar que, pongamos, Anal Cunt y sus versiones de "Staying Alive" sean realmente metal.

El autor: Iron Maiden me parece un excelente resumen de todo lo que está bien y lo que está mal en el metal clásico. Descubrir The Number of the Beast fue para mí, que era un purrete, una revelación que contenía todo lo que me interesaba en ese momento -fantasía heroica, terror, ciencia-ficción, violencia-, pero más tarde me di cuenta de que Iron Maiden se había pasado de mambo en esos aspectos en relación a sus dos imponentes primeros discos. Ahí habían todavía más cosas, y todo matizado -a lo Misfits- con un feeling medio punk de adolescente rabioso, y con algunas cosas de psicodelia ("Remember tomorrow") que nunca volvieron a meter y que les quedaba muy bien. Por otra parte y aunque Bruce Dickinson me parece un tipo simpatiquísimo, Paul Di Anno era mucho mejor cantante. Parecía que se había escapado de GBH.

ana dijo...

Darnielle es un tipo encantador. Qué bueno que hayas escrito acerca de él.
Salú

Unknown dijo...

Buen post y alentador para seguirlos escuchando. Conozco solo dos discos de The Mountain Goats y algún otro tema suelto. En varias letras, de las pocas que conozco, aparecen imágenes muy detalladas pero que son enormes en cuanto al sentido y la emoción que pueda generar. Hay algo de confrontación entre las cosas poco simpáticas que dice y la entonación y la música con que se acompañan, aunque puede resultar un poco repetitivo. No había prestado especial atención en el Marduk… pero ese sin nombre, sin culpa, etc. es muy bueno y tiene tantas interpretaciones como personas que lo escuchen. Me gustan mucho Dilaudid y Heretic Pride.

Me interesa saber cuál es el cuento de Armonía Somers, si lo tenés presente, gracias.

benito dijo...

Me costó mucho elegir una canción en particular de Darnielle sobre la cual escribir -"Heretic Pride" era otra gran candidata-, pero esta era la que me movió más la cabeza. Me gusta muchísimo el EP que hizo con Kaki King (Black Pear Tree), que tiene una canción absolutamente increíble ("Thank You Mario But The Princess Is In Another Castle") que está narrada desde el punto de vista de un personaje de Mario Bros.

No pude recordar el nombre del cuento de Somers, si no lo hubiera citado, pero sí recuerdo que era el segundo del libro El derrumbamiento. Recuerdo la reseña de Mario Benedetti en Número sobre este libro, totalmente escandalizado por las libertades temáticas de Somers. Esa reseña era un papelón, algo raro, ya que Benedetti era un buen crítico literario, pero hay que decir que luego Benedetti corrigió su error.

Rod dijo...

No estoy del todo seguro sobre la seriedad "inherente" del metal. Sí es cierto que determinados estilos (digamos, el black y death en particular) son bastante poco propensos a la liviandad, pero lo que vos describís como Wagneriano es casi exclusivo del power metal de bandas tipo Maiden, Manowar o (por qué no) Rata Blanca y no me parece que se extienda al resto de los (sub)estilos.

Justamente por eso es que creo que la revaloración (hasta cierto punto) de los últimos años es tan interesante porque ha permitido que bandas no tan asociadas con ese "libreto" del metal hayan ganado cierta popularidad y distribución.

Por poner un ejemplo, Evanescence (que hay gente que insiste que son Nu Metal, pero para mi se parecen mucho más al goth metal europeo que a un Korn o un Linkin Park) nunca hubiera existido sin Lacuna Coil antes, pero la popularidad que logró Evanescence en USA es obviamente un factor para que Lacuna haya metido un tema en el soundtrack de Underworld, que después haya vendido un buen montón de copias de su último disco y hasta que hayan tracks de ellos en un juego como Rock Band.

Y obviamente que podemos diferir en qué representa la "seriedad" en una banda, pero me parece que ese concepto de que el metal (como música) pueda estar al servicio de cualquier mensaje artístico (sea contestatario, deprimido, heroico, romántico, violento o hasta humorístico) es lo que más me gusta del metal contemporáneo.

Unknown dijo...

Me resulta curioso acerca de mi mismo el hecho de que disfruto mucho mas del metal cuando el estilo deja de ser "puro" y se mezcla con otros, como el caso del disco de Metallica con la Sinfonica de San Francisco, o temas como Unforgiven, One.
Evanescense es uno de esos casos en que el metal aparece como para "redondear" la canción , completarla.
En cuanto a su seriedad recuerdo una frase de Calamaro ,en que para nada estoy de acuerdo , en la que expresaba que siempre vió al " metal como una especie de broma".
Como Pappo estaba vivo en esa època, pienso que a lo mejor quiso competir con García en su pelea mediática con el Carpo.Que en paz descanse, tuve la oportunidad de verlo tocar a un metro de distancia en el Viejo Jack hace unos años y fue de las mejores "performances" que presencié.Todo improvisado.

Juan dijo...

Benito.
Me gustò mucho tu post. cuando hablas de mùsica se nota tu amor sobre lo que escribìs. Hay que hablar de mùsica siempre. Brindo por eso.

Ahora bien, hablando ràpido porque es tarde y quiero dormir.

Creo que lo más interesante del tema, que tuve que escuchar porque no lo conocìa, es justamente la subversión de un género asociado tradicionalmente con la seducción. De todas formas, no creo que uno puede dicotomizar seducción/expresión en la música, y menos en las canciones, porque la seducción constituye un elemento imprescindible para que un interprete retenga la atención del oyente.

Pero es cierto, las dos grandes fuentes de muchas de las canciones anglosajonas modernas - los madrigales y el canto gregoriano - son o bien seducciones o bien alabanzas. De cualquier forma, la gracia siempre está presente, ya sea como ofrenda a dios, o como ofrenda a una mujer.

La canción de la que vos hablás es una canción donde no hay seducción, hay un sentimiento incomodo de sordidez e inadecuación. No es confesional, no es auto despreciativa tampoco (la auto depreciación y la lástima también suelen ser formas de seducción).

Recién ojeaba y pensaba en la letra y no podía evitar pensar que capta una serie de sensaciones masculinas que no me son del todo extrañas: la sustitución de una mujer por otra, el anónimato, los fantasmas, el weigthless, formless, nameless, blameless.

En esa nebulosa yo intuyo algo muy erótico en el tema. Tal vez soy yo, que, en la neblina, veo lo que quiero ver. Pero hay versos como

Stray syllables were gurgling
From her throat one at a time
Face hidden from my view
I let myself imagine she was you

Only weightless,
formless,
blameless,
nameless

Ese verso capta una sensación. Una sensación sórdida y familiar.

En fin, la sigo cuando tenga menos sueño.

salutte
juan.
(creo que es al pedo aclarar que hay mucha buena música en el género metal. Pensando rápido y mainstream: Sepultura, Tool. Pensando rápido y underground: Isis, Napalm Death.

benito dijo...

Rod: convengo en que el concepto mismo de metal está tan extendido que es difícil atribuirle una cualidad anímica predominante. Sin embargo también la música habla y lo que hace que una banda sea de metal y no de reggae, por ejemplo, es en cierta forma una tímbrica, un ataque, una selección armónica y una instrumentación que no se lleva bien con todos los sentimientos. Es decir, uno puede hacer hasta una versión de Leonard Cohen o de Bob Marley en metal, pero dudosamente pueda mantener el feeling base de la canción (lo mismo va en la dirección contraria, recordar por ejemplo las versiones reggae de Zeppelin). Como es en cierta forma lógico el que el metal sea predominantemente serio lo hace también el género más susceptible al humor. Para hacer una película como Spinal Tap o un proyecto como Gwar necesariamente se tiene que tomar como modelo una banda metalera.

Juan: sí, yo también veo algo muy erótico en la canción -lo cual es raro en Darnielle, ya que el sexo es de los pocos temas que casi no ha tocado-, de hecho por más desgraciada y ligeramente sórdida que sea la descripción de la chica, no hay nada de abyección ni de misoginia en la misma. Lo que sí creo es que hay mucho feeling de post-coito, no necesariamente el momento más empático de los humanos.

Walter Hego dijo...

Benito: Supongo que Juan tiene razón cuando dice que "hay mucha buena música en el género metal". Es una pena (para mí) que el género me resulte tan infumable en general, porque debo estar perdiéndome cosas que quizá valga la pena escuchar. En fin.

Hablando de versiones de canciones en otro género que el original, ¿has oído y escuchado la versión reggae de Dark side of the moon (el disco) que hicieron los Easy Stars All-Stars? Creo que alguien la mencionó en la sección de comentarios de alguna otra entrada de este blog, pero no estoy seguro.

En cuanto a lo que decís vos sobre el postcoito, eso de que "no necesariamente (es) el momento más empático de los humanos", es cierto, no necesariamente lo es. Y cuando efectivamente no lo es, puede incluso llegar a ser muy jodido, una experiencia incomodísima. Pero creo que sí puede ser el momento más empático del ser humano (o al menos uno de ellos) y en ocasiones lo es. Y cuando eso pasa, hay pocas cosas mejores en esta vida.